Normandía: Una tierra de historia y terruño nada aburrida

El6 de junio de 1944, los estadounidenses no desembarcaron en las playas de Normandía por vacaciones. Omaha Beach, Utah y Arromanches fueron escenario, aquel día, de uno de los momentos más importantes de la historia de Europa y de Francia. Gracias a este desembarco, la Segunda Guerra Mundial llegó a su fin. Lo que queda de este acontecimiento son las playas, por supuesto, y algunas de las cicatrices que se pueden ver en el corazón de las ciudades cuya arquitectura fue trastocada por los bombardeos (Caen, Cherburgo, Le Havre, Falaise, Saint-Lô) y el Memorial de Caen. Lugar de memoria, la región de Normandía conserva, afortunadamente, algo más que las huellas de este terrible conflicto.

El famoso Mont-Saint-Michel da fe de ello, ya que es el monumento más visitado de Francia. Es fácil entender por qué cuando uno se encuentra cara a cara con esta inmensa roca, construida casi en su totalidad, que se eleva hasta los 170 metros de altura. Ejemplo excepcional de la habilidad de los artesanos de la Edad Media, el Monte Saint Michel no es el único monumento destacable, aunque siga siendo el más importante de Normandía. También está el Gros-Horloge de Ruán, una gigantesca esfera de reloj renacentista, y el Santuario de Santa Teresa de Lisieux, una inmensa basílica de un blanco deslumbrante.

Esta región ha sido testigo del desarrollo de grandes estilos arquitectónicos. Incluso fue precursora del arte gótico con la escuela normanda, cuyas obras maestras son la iglesia de San Nicolás de Caen, la catedral de Bayeux ylas abadías de Lessay.Las catedrales góticas de Normandía también produjeron joyas comola abadía de Saint-Georges de Boscherville y el Palacio de Justicia de Ruán. Esta última ciudad, llamada por Victor Hugo"la ciudad de los cien campanarios", posee también una gigantesca catedral gótica: Notre-Dame-De-l'Assomption. Una de las torres de la catedral, la Torre de la Mantequilla, llamada así porque su color claro destaca del resto, inspiró la construcción de la famosa Torre Tribune de Chicago. En la actualidad, el edificio es un testimonio de la magnificencia de la arquitectura normanda al otro lado del Atlántico. El arte se trasladó entonces a Giverny, con Claude Monet, cuyos jardines (sobre lienzo) se venden hoy por millones y atraen a miles de visitantes, junto con el Museo de Arte Americano.

Como Deauville, con su festival de cine, su paseo marítimo, sus grandes hoteles y sus carreras, que se abre a la fabulosa Côte de Nacre desde Caen y a la Côte Fleurie desdeTrouville hasta Honfleur. Los acantilados de Etretat** no se quedan atrás. Estos últimos han inspirado a muchos artistas famosos, empezando por Maurice Leblanc y su célebre personajeArsène Lupin, que esconde sus tesoros en laaguja hueca. Pero también a Monet y su famoso cuadro de la Manneporte d'Etretat.

Al pasear por este paseo marítimo con la nariz al viento, ¡también se le abre el estómago! En cuanto a gastronomía, Normandía es tan generosa y variada como su arquitectura y su naturaleza: camembert, andouille, teurgoule, manzanas, sidra, marisco o pierna de cordero presalada...

Con todo ello, es fácil entender por qué era tan importante liberar primero esta región. Al fin y al cabo, Normandía es la segunda región más visitada del país más turístico del mundo.