Paseando por el bosque de la región de Mortain, en Normandía, basta con prestar atención para oír murmullos o estruendos... A continuación, basta con seguir este susurro continuo para descubrir dos majestuosas cascadas, tan bellas como las demás cascadas imperdibles de Francia.
La primera, la Grande Cascade, es la más impresionante con sus 25 metros de altura y su enorme caudal. El entorno es único: un paraje rocoso excavado por el paso del río Cance, que se puede admirar desde lo alto de la cascada, siguiendo después un sendero que conduce directamente al pie de la cascada.