La medina de Túnez está inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1979. Ofrece un marco extremadamente pintoresco. Podrá perderse por sus pasadizos abovedados y callejuelas laberínticas, mientras magníficos palacios y prestigiosas residencias se esconden tras enormes puertas. Me viene a la mente Dar Lasram, un suntuoso edificio inaugurado en 1820 que se distingue por su rica decoración de estuco, cerámica y mármol inspirada en los estilos andalusí, otomano e italiano. La emblemática Gran Mezquita de Zitouna (Mezquita del Olivo) es de visita obligada y sirve de punto de referencia en este laberinto de callejuelas. Hay muchos zocos, agrupados por temas: perfumerías, joyerías, marroquinería, plantas medicinales, alfombras, etc.
Túnez alberga suntuosas medinas, tres de ellas declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO: Túnez, Kairuán y Susa. Muchas otras merecen una visita por su belleza, cada una con una característica única. Pero lo esencial siempre está presente: murallas, una fortaleza, una Gran Mezquita, un bazar y zocos. Sumérjase en las medinas de Bizerta, Túnez, Nabeul, Hammamet, Susa, Monastir, Mahdia, Kairuán y Sfax.
- 1. La medina de Túnez, orgullo de la capital
- 2. La medina de Susa, clasificada por la UNESCO
- 3. La medina de Hammamet, con vistas al mar
- 4. La medina de Nabeul, cuna histórica de la alfarería
- 5. La medina de Monastir, como un plató de cine
- 6. La medina de Mahdia, entre dos aguas
- 7. La medina de Kairuán, una de las mejor conservadas
- 8. La medina de Sfax, protegida por las mejores murallas del país.
- Consejos del editor
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Compare precios y reserve su billete de avión a Túnez.1. La medina de Túnez, orgullo de la capital
2. La medina de Susa, clasificada por la UNESCO
La principal atracción de Susa es, por supuesto, su medina, una de las más bellas del mundo árabe y declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La calle principal conduce hasta la Gran Mezquita, construida en el siglo IX sobre los cimientos de un antiguo fuerte. Al oeste, el Ribat más antiguo de Túnez adopta la forma de una impresionante fortaleza, que sirvió de modelo para la de Monastir. Ribat era el nombre que recibían, a principios de la época musulmana, estas fortalezas que vigilaban los ataques enemigos desde una alta atalaya. No dude en subir a la cima de la atalaya cilíndrica de 35 metros de altura para admirar el panorama.
3. La medina de Hammamet, con vistas al mar
Hammamet no es sólo la estación balnearia más conocida de Túnez: también es una antigua medina con magníficas puertas árabes azules y amarillas que albergan la espléndida Gran Mezquita. Es pequeña (200 m por 200 m), así que no se perderá... El conjunto ofrece un bonito contraste entre la cúpula blanca y las murallas, la playa y sus coloridas barcas de pescadores al pie de la fortaleza (o kasbah).
4. La medina de Nabeul, cuna histórica de la alfarería
Menos conocida que su vecina Hammamet, 10 km más al suroeste, la medina de Nabeul es menos turística y más auténtica. También está mejor conservada y es más grande. Lo mejor es perderse por sus callejuelas, regatear en las tiendas del zoco, tomar un té a la menta por un precio ridículo en una terraza con los lugareños, visitar a un barbero o atravesar la puerta de la mezquita y admirar el impresionante minarete. Por último, es impensable no llevarse a casa una cerámica de la capital tunecina de la alfarería.
5. La medina de Monastir, como un plató de cine
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Fácil acceso a Monastir desde FranciaLa medina de Monastir está llena de sorpresas al pasear por sus calles adoquinadas, repletas de tiendas. La atracción estrella es el Ribat, uno de los monumentos más imponentes de Túnez. Fundada en 796, esta fortaleza con vistas al Mediterráneo está rodeada por varios niveles de murallas. Una impresionante ciudadela fortificada que ofrece un escenario digno de Juego de Tronos. Desde lo alto del nador, la torre de vigilancia de los monjes, se puede disfrutar de una vista soberbia del mar. Un panorama que hay que ganarse tras subir un centenar de escalones en espiral...
6. La medina de Mahdia, entre dos aguas
Situada en una península rocosa en la punta del Cabo África, la medina de Mahdia tiene un encanto propio. No está abarrotada. Es relativamente pequeña, con plazas sombreadas donde disfrutar de un zumo de naranja recién exprimido. Por el camino, podrá admirar coloridos frescos, galerías de arte, el hammam público e incluso una antigua iglesia que acoge una exposición de pintura. Por último, podrá admirar la vista panorámica desde el tejado de dar el medina, un enorme café moruno de varias plantas. Se accede al casco antiguo por la Skifa El Kahla o Bab Zouila. Esta magnífica puerta fortificada data del siglo X y es uno de los pocos vestigios que quedan de las antiguas murallas. Desde aquí, un zoco cubierto expone trajes de boda tradicionales.
7. La medina de Kairuán, una de las mejor conservadas
La medina y la ciudad de Kairuán son Patrimonio Mundial de la UNESCO. Deambulando por sus callejuelas, tropezará con sus tesoros, entre ellos la Gran Mezquita, una de las más antiguas y bellas del mundo. La medina se revela tal y como era en el pasado, a lo largo de pasadizos abovedados que albergan pórticos, patios y las misteriosas siluetas de mujeres con velo. No se pierda la pequeña Mezquita de las Tres Puertas, que ostenta la fachada de mezquita esculpida y decorada más antigua del mundo islámico. Otra curiosidad es el misterioso pozo de Bir Barrouta, que data del siglo VIII, cuando se fundó la ciudad. Se dice que está unido por ríos subterráneos al pozo sagrado de La Meca. Un dromedario extrae el agua sagrada conduciendo una noria. Hay vasos disponibles por si quiere probar la experiencia.
8. La medina de Sfax, protegida por las mejores murallas del país.
La principal joya de Sfax es su medina, rodeada de murallas consideradas entre las mejores del país. El Gobierno tunecino desea inscribirlas en la lista de la UNESCO, que considera la medina de Sfax "el ejemplo más representativo y mejor conservado de urbanismo arboislámico de toda la cuenca mediterránea". Está en lista de espera... Se accede a través de puertas monumentales que conducen a una impresionante variedad de zocos con un ambiente auténtico y una población bulliciosa. El punto culminante de una visita a la medina es la Gran Mezquita, que en algunos aspectos recuerda a la de Kairuán. En el extremo suroeste de la medina, diríjase a la Kasbah, antigua residencia fortificada del siglo XVI, con sus llamativas torres y su bastión de artillería.
Consejos del editor
🧭 Es fácil perderse en una medina. Lo mejor es intentar encontrar un punto de referencia. Suele ser el minarete de la Mezquita Mayor.
🥾 La medina es una zona peatonal sin coches, ¡bastante verde! Así que coge unos buenos zapatos para caminar y un mapa, ¡y a perderse por el laberinto de callejuelas! Sí, perderse en una medina forma parte del juego.
🛍️ La medina está inextricablemente unida a los zocos y otros bazares: prepárese para un duro regateo, una vez que se haya asegurado de que ya no lleva la pulsera de todo incluido de su club... El momento ideal para explorar los zocos es a primera hora de la mañana, antes de que lleguen las hordas de turistas, cuando los lugareños acuden a abastecerse de fruta fresca, verduras y pescado.