La Rochelle: La ciudad portuaria rebelde

La Rochelle: una ciudad volcada hacia el océano

Es imposible separar La Rochelle del océano Atlántico. La ciudad ha utilizado sus raíces marítimas como baza para desarrollar su economía, su cultura y su turismo. Para pasear, los curiosos tienen donde elegir, desde el Port des Minimes y la zona artesanal de Port-Neuf hasta el más emblemático de todos: el Puerto Viejo de La Rochelle, custodiado por las tres famosas torres de la ciudad (la Tour de la Chaîne, Saint Nicolas y los Quatre Sergents). El Puerto Viejo ofrece un entorno muy agradable, con numerosos bares y restaurantes. Tiene la particularidad de estar en el centro de la ciudad. Perfecto para explorar La Rochelle y su centro histórico a pie. Se ofrecen visitas guiadas para descubrir los secretos de la ciudad.

Para añadir un toque de magia y misterio a su visita, puede participar en una visita nocturna, igual de interesante y, sobre todo, teatralizada. Es una experiencia totalmente envolvente y apasionante.

La Grosse-Horloge: una visita obligada al entrar en la ciudad

El monumento "Grosse-Horloge" (como lo llaman los habitantes de La Rochelle) es una visita obligada, ya que marca la entrada al centro histórico de la ciudad. Ya en el siglo XII, servía de puerta de entrada a las murallas originales de la ciudad, construidas por Guillermo X. Con el paso del tiempo quedó obsoleta. Aunque quedó obsoleta con el crecimiento de la ciudad, sigue en pie con orgullo. En 1476 se añadió a la torre una magnífica campana.

Lugar de encuentro por excelencia de los habitantes de La Rochelle, la Grosse-Horloge es un auténtico nexo de unión entre el paseo del Puerto Viejo y el centro de la ciudad. A los pies del monumento hay una encantadora panadería donde podrá disfrutar de un tentempié. Al lado hay un restaurante especializado en gofres dulces. No se pierda el gofre de caramelo con mantequilla salada, ¡sin duda el mejor de la carta!

El encanto del centro de La Rochelle

Una vez pasado bajo la Grosse-Horloge, nos encontramos en pleno centro de La Rochelle, al comienzo de la rue du Temple, una de las calles comerciales más concurridas de la ciudad. Es estupendo pasar una tarde de compras bajo los soportales del centro. Grandes marcas y pequeños y discretos puestos se suceden, ofreciendo una amplia gama de hallazgos, desde artesanía y ropa hasta productos locales y objetos decorativos relacionados con el océano. A la vuelta de la esquina, encontrará a menudo una encantadora plaza con una brasserie donde relajarse tomando un café o una bebida refrescante.

Visite La Rochelle por sus playas

Uno de los puntos fuertes de La Rochelle es su proximidad al océano. Esto no sólo le confiere una calidad de vida muy agradable, sino que además cuenta con varias playas. Así que es la mezcla ideal para una escapada urbana, disfrutando al mismo tiempo de los placeres de los deportes náuticos.

Una de las playas más populares es la Plage des Minimes, muy frecuentada por familias y galardonada con el distintivo Tourisme et Handicap por su accesibilidad para personas con movilidad reducida. Desde esta playa de arena fina se puede disfrutar de una vista ininterrumpida del faro del fin del mundo.

Desde el centro de la ciudad, una playa más pequeña e íntima espera a los paseantes más curiosos. La playa Chef de Baie bordea el paseo de la Concurrence. Está protegida del viento y ha sido galardonada con la Bandera Azul.

Visite La Rochelle por su acuario

Auténtica atracción turística de la ciudad, el acuario de La Rochelle es perfecto para una excursión en familia. Los visitantes quedarán asombrados desde el primer momento en que entren en el túnel de cristal, donde caminarán entre medusas. Es un momento mágico antes de sumergirse (por así decirlo) en el abismo. ¡Comienza la visita!

El acuario de La Rochelle se compone de varios espacios que muestran las diferentes formas que puede adoptar el mundo submarino. En pocas cifras, el acuario de La Rochelle ocupa una superficie de 1.600 m² y contiene 550.000 litros de agua de mar.

Visite La Rochelle por sus monumentos

El centro de La Rochelle está repleto de magníficos monumentos. Numerosas huellas de la historia protestante se encuentran en las calles de la ciudad. El Ayuntamiento de La Rochelle es un edificio emblemático de la ciudad marítima, que permite a los visitantes comprender mejor la historia de la ciudad.

Y no olvidemos mencionar las grandes damas de La Rochelle, de las que hay tres: la Tour Saint Nicolas, la Tour de la Chaîne y la Tour de la Lanterne. No puede visitar la ciudad sin ver sus monumentos, emblemas de La Rochelle.