La subida en bicicleta al Col de l'Iseran es para todos los aficionados al ciclismo y a los deportes de montaña que buscan un reto en un entorno majestuoso. Se trata de una ascensión que requiere cierta experiencia y una forma física muy buena, ya que se realiza a gran altitud y puede resultar bastante exigente. Los ciclistas pueden afrontar el puerto en solitario o en grupo, y para los más ambiciosos, la ascensión puede formar parte de un itinerario más largo como la Ruta de los Grandes Alpes. Los amantes de la naturaleza y los magníficos paisajes también quedarán encantados con la belleza de la región, con impresionantes vistas de los glaciares del Val d'Isère y la Vanoise.
El Col de l'Iseran es una joya de los Alpes, el puerto de carretera más alto de la región, que alcanza una altitud de 2770 metros según el marcador, y de 2764 metros en realidad. Situado en la famosa Route des Grandes Alpes, marca la frontera entre las regiones de Maurienne y Tarentaise y ofrece unas vistas impresionantes de los glaciares de Val d'Isère y Vanoise. Esta subida es una de las etapas más legendarias y temidas del Tour de Francia, que atrae a ciclistas de todo el mundo. Los desniveles no son demasiado pronunciados, con una pendiente máxima del 7%, pero la mayor parte de la subida se desarrolla a más de 2.000 metros de altitud, en un ambiente de alta montaña. A finales de la primavera, la carretera puede estar bordeada de ventisqueros de varios metros de altura, lo que añade un toque de aventura a esta experiencia única. Los ciclistas también disponen de bicicletas con asistencia eléctrica para hacer más accesible este paso. Prepárese para una subida inolvidable hasta la cima del Col de l'Iseran, donde le esperan unas vistas panorámicas espectaculares.
¿Para quién está pensada la subida al Col de l'Iseran?
Un paso, dos lados que escalar
Puede elegir subir por el lado sur o por el lado norte.
Los puristas harán ambas.
Por la cara norte
Para afrontar la ascensión del Col de l'Iseran desde la vertiente norte en bicicleta, es aconsejable dividirla en tres etapas separadas. En primer lugar, la primera parte hasta la presa del Lac du Chevril será difícil y exigente. La segunda parte puede ser estresante, con túneles de avalancha más o menos bien iluminados hasta Val-d'Isère. La última etapa, desde Val-d'Isère hasta la cima, es un final grandioso en el que volverás a enfrentarte a la alta montaña. Es importante tener en cuenta que la cima suele ser fresca y ventosa.
Si se opta por subir todo el valle de la Tarentaise, la vertiente norte puede resultar muy larga, con casi 47 km a recorrer desde Bourg-Saint-Maurice. Sin embargo, la carretera está bastante transitada por coches, autobuses y camiones, lo que puede dificultar la subida y hacerla menos agradable. Por este motivo, muchos ciclistas optan por el ascenso desde Val d'Isère, donde la carretera está menos congestionada y la subida es más tranquila.
La subida desde Val d'Isère sólo tiene 17 km, pero es la más empinada de este puerto.
Desde el sur
La ascensión al Col de l'Iseran desde la vertiente sur es una auténtica odisea, con 32 km de subida desde Lanslebourg-Mont-Cenis y un desnivel positivo de más de 1.446 metros para alcanzar la cumbre a más de 2.564 metros de altitud. Desde Lanslebourg-Mont-Cenis, la subida comienza suavemente con 3 km de grava a entre el 2 y el 3%, pero la pendiente se vuelve muy pronunciada con 1.350 metros al 9/10%. Pasará el Col de Madeleine, luego descenderá al Plateau de Bessans para llegar a Bonneval-sur-Arc, punto de partida de la parte final de la subida. Las cifras son impresionantes: 12,8 km de subida con 956 m de D+ a una media del 7,5%. No habrá muchos llanos, así que tómese su tiempo para recuperar en los 2 puntos más llanos. El tramo final es duro para las piernas, con un largo tramo recto de 1,950 km con una pendiente media de casi el 9%, luego una última curva cerrada y 750 m al 7,5% para llegar al Col de l'Iseran.
Dormir en alojamientos sostenibles
Los proveedores de alojamiento calificados como "accueil cyclo" se comprometen a ofrecer servicios específicos a los ciclistas (habitaciones cerradas, lavandería, comidas adaptadas, pequeño equipamiento, etc.). En la Haute-Tarentaise se ha introducido una carta de alojamiento "accueil cyclo".
Después de un día en la carretera o por los senderos, diríjase a hoteles, chalés o pisos que dispongan de un cuarto seguro para bicicletas. Podrás relajarte sabiendo que tu equipo está a salvo.