La isla de Grand Bé, vistas impresionantes

Conocida desde hace miles de años

Hace unas decenas de años se encontró en la isla un sílex trabajado, lo que sugiere que allí hubo actividad humana en la prehistoria, hace más de 100.000 años. Al fin y al cabo, lo que hoy es una curiosidad para los humanos seguramente lo fue en su momento. Es fácil imaginar al hombre primitivo fascinado por esta isla intempestiva, accesible a pie.

La Segunda Guerra Mundial

La isla desempeñó un papel importante en la toma de Saint-Malo por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Su situación única frente a la costa de la ciudad y la facilidad con la que se podía introducir material con la marea baja la convirtieron en un emplazamiento privilegiado para un puesto de defensa. Se construyeron búnkeres para 4 puestos de tiro y depósitos para cañones antiaéreos, así como varios refugios. Los estadounidenses pudieron tomar posesión del puesto alemán en agosto de 1944, gracias a la información sobre los horarios de las mareas.

Le Grand Bé está a sólo 500 m de las murallas de Saint-Malo. Por supuesto, tendrá que comprobar los horarios de las mareas para evitar mojarse los calcetines. Una vez que el Grand Bé se ha convertido en isla, tarda 6 horas en volver a ser península. No sea uno de esos turistas poco pacientes que vuelven vadeando con el agua por encima de la cintura, ¡en realidad no es tan raro! El camino para llegar hasta allí es completamente llano y no muy largo.

Presente sus respetos en la curiosa tumba de Chateaubriand

Muchos visitantes acuden a la isla para conocer al célebre filósofo Chateaubriand, cuya tumba es lugar de peregrinación literaria y cultural. Fue el propio hombre de letras quien decidió que su tumba fuera enterrada aquí. Pidió un "trocito de tierra" para su sepultura, refiriéndose al Grand Bé. Su petición fue rechazada en un principio, pero finalmente fue aceptada por el siguiente alcalde. En 1848 fue enterrado en la famosa isla. Hoy, su tumba se encuentra en un pequeño promontorio, donde el epitafio reza: "Un gran escritor francés quiso descansar aquí para oír sólo el mar y el viento. Transeúntes, respetad su última voluntad". Su nombre no aparece, como él deseaba.

Magníficas vistas

Una vez llegados al punto más alto, basta con darse la vuelta para disfrutar de una vista impresionante de Saint-Malo y sus murallas. La isla es lo suficientemente grande como para pasear y disfrutar de sus alrededores. Los paseos por sus empinados senderos ofrecen impresionantes vistas del mar y los acantilados circundantes, creando un paisaje pintoresco digno de una postal. Sin embargo, tenga cuidado de no desviarse de los caminos trillados, ya que las bombas de la Segunda Guerra Mundial pueden estar todavía por ahí, listas para estropear su pequeña escapada: es difícil volver a Saint-Malo sin piernas.

Más atrás se encuentra el Petit Bé, un fuerte del siglo XVII diseñado por Vauban. Durante mucho tiempo estuvo abandonado por la ciudad de Saint-Malo. En 2000, una asociación decidió acometer su renovación. Desde entonces, las entradas permiten financiar la restauración del monumento. Al igual que su hermana mayor, la isla del Petit Bé sólo es accesible con marea baja.

🌊 Mareas: Para aprovechar al máximo la bajamar, recomendamos dejar 1 hora y media antes y después de la hora de bajamar para disfrutar de 3 horas de turismo con tranquilidad.

🥾 Es recomendable ir razonablemente bien equipado para caminar, aunque el camino de acceso a la isla está cementado, no ocurre lo mismo con los senderos de la isla.

👛 Precios: Sólo el acceso a Petit Bé cuesta 6 euros. El acceso a Grand Bé es totalmente gratuito.