Castillo de Ambras

El castillo de Ambras está considerado uno de los mejores ejemplos de arquitectura renacentista de Austria. Construido en lo alto, ofrece vistas ininterrumpidas de las montañas.

El vestíbulo que une los palacios inferior y superior se ha transformado en una magnífica sala de exposiciones multimedia, que recorre la historia de los pioneros del palacio y sus árboles genealógicos. También se expone una maqueta del castillo, que muestra cómo ha cambiado el edificio con el paso del tiempo.

Como verdadero príncipe renacentista, Fernando II sentía fascinación por los temas más variados. Entre ellos estaba la armería, como se puede ver en la inmensa colección del museo en este campo. Se pueden ver piezas únicas en el mundo, como la armadura de Bartelmä Bon, un hombre al servicio de Fernando, ¡que medía 2,60 metros de altura! Fascinado por los enemigos de los Habsburgo, el soberano también coleccionó un gran número de armaduras otomanas, que servían tanto de trofeos como de objetos de arte.

Igualmente apasionado por la ciencia, Fernando II de Habsburgo acumuló a lo largo de los años un impresionante gabinete de curiosidades, con objetos procedentes de todo el mundo.

Le sorprenderá la ecléctica gama de objetos recogidos: retratos de una familia que padecía hipertricosis (enfermedad que provoca el crecimiento del vello facial), tocados de los nativos americanos, herramientas de coral o marfil...

Incluso se puede ver el único retrato de Vlad Drácula que existe en el mundo. El montaje de la exposición reproduce lo más fielmente posible el gabinete de curiosidades del siglo XVI.

La Galería de los Habsburgo contiene más de 200 retratos de soberanos y otras personalidades eminentes que vivieron entre los siglos XV y XVIII. Estas obras fueron creadas por pintores famosos como Giuseppe Arcimboldo, Diego Velázquez y Tiziano.

Por último, ¿cómo hablar del Château d'Ambras sin mencionar el Salón Español? Situado en la parte superior del castillo, será el punto culminante de su visita. Este espacio de 43 metros de largo, con su techo de madera finamente tallada y su alicatado geométrico, es una joya de la arquitectura renacentista.

En verano, acoge conciertos de música clásica durante el Festival de Música Antigua de Innsbruck. También se celebran conciertos en el parque, donde tiene lugar el Festival del Renacimiento.

Tras la visita, pasee por los jardines que rodean el palacio. Podrá pasear entre los jardines de plantas aromáticas y medicinales y los parterres formales. Puede que incluso vea a los pavos reales que han hecho del parque su hogar. También tendrá unas vistas impresionantes del río Inn.

El jardín ha sido renovado varias veces a lo largo de los años, por lo que sólo quedan algunos vestigios del Renacimiento. Entre los elementos que han quedado intactos está la "Gruta de Baco", sostenida por un pilar y cuatro arcos. En el siglo XVI era habitual crear grutas artificiales inspiradas en los mitos romanos, con fuentes dedicadas a las ninfas (espíritus femeninos de la naturaleza).