En la ruta del vino de Alsacia

El encanto y la belleza de esta ruta del vino radican en su maravillosa variedad de coloridos pueblos alsacianos. La ruta del vino de Alsacia cuenta con 73 pueblos que harán las delicias de los amantes de la tradición y el patrimonio. Algunos incluso figuran en la lista de los pueblos más bonitos de Francia. Hay tantos para elegir que es imposible enumerarlos todos aquí, pero aquí tiene algunas sugerencias de los pueblos más bonitos de la ruta, cerca de Colmar.

Colmar

Colmar, de visita obligada, es por supuesto el punto de partida de su exploración. También conocida como la "capital de los vinos de Alsacia", Colmar es una versión condensada de lo mejor de Alsacia.

Su centro histórico perfectamente conservado, sus canales, sus sublimes casas con entramado de madera... En Colmar, todo invita al paseo y a la contemplación. Ya sea amante de la gastronomía, la cultura, la arquitectura o la historia, ¡seguro que encuentra lo que busca!

Zellenberg

A sólo 15 km de Colmar, Zellenberg es un pequeño pueblo ideal para los viajeros que buscan paz y autenticidad. Menos frecuentado por los turistas, este pueblo ofrece la posibilidad de impregnarse del apacible estilo de vida alsaciano. Encaramado en su colina de 285 metros de altura, Zellenberg ha conservado sus vestigios medievales y le invita a seguir un sendero histórico que recorre su pasado. También podrá descubrir los dos Grands Crus de la zona: Froehn y Schoenenbourg, recorriendo los senderos de los viñedos.

Mittelbergheim

A 45 km de Colmar, al pie del Monte Saint-Odile, el pueblo de Mittelbergheim alberga un magnífico patrimonio arquitectónico. Durante su visita, dejará atrás las casas con entramado de madera para admirar algunos soberbios edificios renacentistas, con grandes fachadas de piedra caliza. Y, por supuesto, aproveche para conocer a algunos de los viticultores locales y degustar el Grand Cru de Zotzenberg.

Obernai

Unos kilómetros más adelante, encontrará el pueblo de Obernai, conocido por ser el lugar de nacimiento de Sainte-Odile, patrona de Alsacia. Esta magnífica ciudad medieval es una de las paradas más bellas de la ruta del vino de Alsacia. No se pierda el ayuntamiento renacentista, el mercado del trigo, los antiguos baños municipales y el campanario, único en Alsacia. En cuanto a los viñedos, ¡los de Obernai datan del año 778!

Los vinos de Alsacia, en su mayoría blancos, son mundialmente conocidos por su finura, frescura y variada gama de sabores. En Alsacia hay siete variedades de uva: Pinot Blanc, Sylvaner, Riesling, Muscat, Pinot Gris, Gewurztraminer y Pinot Noir. Esta diversidad permite maridar los vinos alsacianos con platos muy variados.

En la ruta del vino de Alsacia, el momento más esperado es, por supuesto, la cata de vinos y el encuentro con los viticultores. Así que tómese su tiempo para visitar una o varias bodegas o fincas, y disfrute de una fascinante experiencia enológica en un ambiente agradable. Los viticultores estarán encantados de recibirle y transmitirle su pasión. Además de degustar unos vinos excepcionales, ¡lo pasará en grande!

La ruta del vino de Alsacia puede visitarse casi todo el año (evitando el invierno), dependiendo de lo que le apetezca. La primavera es la época ideal para explorar la ruta del vino de Alsacia en modo "slow". La temporada alta del enoturismo aún no ha comenzado, así que podrá disfrutar de los primeros rayos de sol en un entorno idílico y tranquilo.

Si quiere aprovechar al máximo la efervescencia de las fiestas de Alsacia, le aconsejamos que haga el viaje en verano. Descubra el maratón de viñedos en junio, disfrute de las procesiones y numerosas degustaciones durante las fiestas del vino que se celebran a lo largo del verano, y de otras muchas fiestas de pueblo.

Por último, pero no por ello menos importante, la ruta del vino adquiere un aspecto totalmente nuevo en otoño: las vides se tiñen de amarillos, naranjas y rojos ardientes, ofreciendo a los viajeros un espectáculo sublime. El otoño es también la estación ideal para degustar nuevos vinos.

Por supuesto, la ruta del vino está salpicada de una gran cantidad de alojamientos con encanto: hoteles boutique en ciudades y pueblos, castillos en los viñedos, casas rurales con cocina... hay para todos los gustos y presupuestos. He aquí una pequeña selección: