Actividades deportivas de invierno

No faltan actividades a lo largo del año, pero es en invierno, con la llegada de la nieve profunda y persistente, cuando Chamonix cobra realmente todo su esplendor. Los deportistas de buen nivel o incluso de alto nivel podrán expresar plenamente su arte, mientras que los aficionados ocasionales a los deportes de invierno se lo pasarán en grande durante sus vacaciones.

Alpinismo, esquí alpino, esquí de fondo, esquí nórdico y esquí de travesía, así como raquetas de nieve, trineos tirados por perros, ski joëring, patinaje sobre hielo, hockey sobre hielo, speed-riding, trineo, snowboard, snooc, escalada en hielo y parapente: el invierno ofrece toda una gama de actividades.

El parapente es un deporte que consiste en volar con un paracaídas. Para ello, primero hay que encontrar un punto de partida en altitud que permita lanzarse al vacío desde las alturas de un acantilado, montaña, pico, etc. Evidentemente, esto requiere unos conocimientos mínimos de aerodinámica y una formación sobre cómo dirigir, acelerar, frenar y, por supuesto, aterrizar el parapente.

Esta actividad está supervisada por monitores titulados por el Estado. No faltan lugares para volar en parapente en los alrededores de Chamonix. Puede despegar en un parapente biplaza, por ejemplo desde Planpraz-Brevent, a 2.050 metros de altitud, por encima del valle de Chamonix y volar hacia el Mont Blanc con un piloto.

El espectáculo dura entre 15 y 20 minutos y promete un aterrizaje 1000 metros más abajo. Para los más experimentados, otro "bautismo" acompañado parte de la Aiguille du Midi y dejará una huella imborrable en su memoria.

La elección es suya: Plan de l'Aiguille, Planpraz, Flégère, Grands Montets, y también Aiguille du Midi (para este último, tenga en cuenta: nivel difícil con importantes riesgos meteorológicos). La altitud de estos lugares oscila entre los 2.000 y los 3.840 metros. Los principiantes podrán volar desde los puntos más bajos.

En invierno, las raquetas de nieve son una de las actividades imprescindibles de Chamonix. De hecho, las raquetas permiten aumentar la capacidad de carga sobre la nieve. Por lo tanto, son una condición sine qua non para cualquier caminata larga sobre nieve espesa, ya que evitan hundirse hasta las rodillas en la nieve.

Para que conste, fueron los primeros habitantes de Norteamérica quienes construyeron las primeras raquetas de nieve, en el año 4000 a.C. En aquella época, las raquetas se utilizaban para desplazarse en invierno, pero hoy se usan sobre todo para hacer senderismo, que se ha convertido en una actividad de ocio.

Chamonix cuenta con numerosos senderos adecuados para practicar senderismo con raquetas de nieve. Podrá admirar diferentes relieves y paisajes nevados. Si lleva a sus hijos a este paseo, le recomendamos la ruta del golf, que le llevará poco más de media hora, con salida en la estación de Les Praz o en el aparcamiento del golf. El recorrido es llano y sin trampas.

Si es un buen caminante, le recomendamos el sendero de raquetas de nieve Index, que comienza en la cima del telesilla Index, a 2.595 m, un pico rocoso que se eleva hacia el cielo como un dedo. Le espera un bucle señalizado en dirección a La Floria, que ofrece menos de una hora de marcha con una vista impresionante de la Mer de Glace y las Grandes Jorasses. Imprescindible.

Los más valientes optarán por la ruta del Glaciar des Bossons, que comienza en la estación de Bossons o en el aparcamiento del Túnel del Mont Blanc, y le llevará por la orilla derecha del Glaciar des Bossons, a través de un hermoso bosque de alerces. En 1 hora y 45 minutos ascenderá 325 metros. Su recompensa será una vista impresionante del glaciar.

La ruta de Les Tines es una alternativa a las demás, más fácil y más corta que la anterior (duración: 1h20). Dejando el pueblo de Les Bois a sus espaldas, esta ruta le lleva a la antigua morrena de la Mer de Glace.

Las raquetas de nieve son una actividad ideal para las familias. Para los no esquiadores, es la mejor manera de disfrutar de la Madre Naturaleza a su ritmo. Además, aparte de ropa adecuada y el alquiler de raquetas, no se necesita ningún otro equipo.

Los perros de trineo son típicos de las regiones frías, incluida Saboya. Hay dos formas de disfrutar de este pasatiempo: como deporte de alto nivel o como pasatiempo tranquilo, acurrucado bajo una o varias mantas. No hay duda de que es una forma estimulante de sumergirse en la naturaleza, porque es una sensación tan inusual como vigorizante.

Además, la energía que ponen estos perros es contagiosa: necesitan hacer ejercicio, les encanta la nieve y les encanta retarse unos a otros. Esta compañía de perros que no se detienen ante nada, ni el frío ni los largos tramos de nieve, te subirá la moral.

Si, como nosotros, siempre ha soñado con dar un paseo en trineo tirado por perros, Chamonix le está esperando. No olvides vestirte adecuadamente, llevar algo para comer y beber y, si el musher te lo permite, algunas golosinas aptas para perros.

Los perros de tiro probablemente fueron inventados por el pueblo inuit, que dependía de ellos para desplazarse. En estas tierras, donde la adaptación al frío es un requisito para la supervivencia, la complicidad entre humanos y perros fue una bendición desde el principio.

Esta armonía con el animal es un requisito indispensable para estos equipos, que reúnen a hermosos y robustos perros de pelaje espeso y protector: huskies, samoyedos, esquimales canadienses y malamutes de Alaska serán sus compañeros de viaje. Para los amantes de la naturaleza, esta experiencia de deslizarse por las laderas tirados por nuestros amigos peludos es una forma estupenda de salir a pasear.

A los pies del macizo del Mont-Blanc, existen numerosos lugares donde practicar el trineo tirado por perros. Es una buena manera de pasar un buen rato en familia o en pareja.

Algunos trineos parten del refugio de Aiglons, donde podrá comer algo antes de lanzarse a la aventura.

¿Nunca ha oído hablar del esquí joering? Por suerte, Chamonix ofrece esta disciplina poco conocida, que se practica desde la antigüedad. Se trata del esquí ecuestre (o "esquí con arneses"), que consiste en que un esquiador es tirado por un caballo con arneses. Se practica con un caballo o un poni; en espíritu, puede compararse al trineo tirado por perros.

Para ello, asegúrese primero de que está en forma para esta actividad, que es un auténtico deporte y puede resultar dura para los muslos, las rodillas y la espalda. Irás equipado con un arnés sujeto a una estructura rígida con dos asas. Asegúrate de llevar un traje impermeable que se ajuste bien a tu cuerpo, porque una vez que te hayas puesto en marcha, no podrás ajustarte los guantes ni el gorro, ya que tus manos tendrán que mantener el control.

Una vez vestido, su caballo le regalará un emotivo momento en comunión con la naturaleza, en el que estará a solas con él y los elementos. También cabe destacar que esta actividad natural, que no tiene ningún impacto ecológico, no es dura para el caballo de tiro, a diferencia de la equitación, que le obliga a soportar mucho peso desde el principio.