La increíble Mer de Glace de Chamonix

La "Mer de Glace" lleva este nombre desde el siglo XVIII, debido a las numerosas grietas que parecen rompientes heladas. Procedente del Col du Midi, este glaciar desciende hacia el valle y se encuentra con el Glacier du Géant antes de fundirse más abajo en el Glacier du Tacul. Su cuenca principal, aguas arriba, se conoce como Vallée Blanche. Su aspecto característico se debe a las pequeñas olas visibles a simple vista, irisadas con tonalidades más oscuras. La Mer de Glace da la impresión de tener rayas de cebra, alternando bandas blancas y más oscuras, conocidas como las rayas de Forbes.

Se cree que se originó durante la última glaciación, cuando se derritió la capa de hielo que cubría los Alpes. Por tanto, se cree que la Mer de Glace se originó alrededor del 11.700 a.C.

En el siglo XVII, esta vía fluvial era una amenaza para las viviendas de los alrededores, pero hoy la Mer de Glace sigue reduciéndose. En 2019 se derritieron casi 10 metros de hielo, reduciendo el espesor de esta extensión. Se trata de una zona de ablación glaciar, ya que la fusión del hielo en verano es mayor que la acumulación de nieve en invierno. En realidad, el hielo procede de más arriba, en una zona situada a más de 3.000 metros de altitud.

Desde la Aiguille du Midi, se puede esquiar hasta la Mer de Glace. Basta con seguir a un guía y el itinerario fuera de pista, para atravesar la Vallée Blanche y terminar el tobogán en la Mer de Glace.

Pero si no le gusta este deporte de invierno, ¡que no cunda el pánico! La Mer de Glace es lo suficientemente grande para todos. Desde Chamonix, diríjase a la estación para coger el famoso tren de Montenvers. De color rojo, es fácil reconocer el andén y subirse a uno de los antiguos vagones.

El Tren de Montenvers circula por una vía férrea que data del siglo pasado y fue la primera en atravesar este valle. Su objetivo era mostrar estos lugares a los turistas que ya acudían en masa a Chamonix en aquella época. El tren de Montenvers circuló por primera vez en 1908.

Con salida de Chamonix, este pequeño tren rojo le llevará a las alturas, hasta una altitud de 1.913 metros. La estación de llegada está situada en una cresta rocosa y ofrece una vista impresionante de la Mer de Glace. Allí también se puede disfrutar de una comida caliente mientras se contemplan unas vistas maravillosas. En las inmediaciones también hay un museo dedicado a la fauna alpina y una exposición de cristales de montaña. Por último, si desea pasar una noche en estas alturas, el refugio de Montenvers ofrece magníficos atardeceres y amaneceres en plena montaña.

El Glaciorium está situado en las instalaciones de Montenvers Mer de Glace y solo abre en verano, de junio a septiembre. Creado en 2012, el Glaciorium es un centro de interpretación dedicado a responder a las preguntas de los visitantes sobre la Mer de Glace. ¿Desde cuándo existe? ¿Qué es un glaciar? ¿Puede haber vida? ¿Qué espesor tiene? Éstas son sólo algunas de las preguntas que encontrarán respuesta en el Glaciorium. Para los niños más curiosos, no hay duda de que esta pequeña visita les encantará y quizás les entusiasme aún más sobre el medio ambiente.

El centro también está pensado para responder a preguntas sobre el clima. Puede que incluso les resulte más fácil comprender el significado del término "calentamiento global", o entender el futuro de este glaciar.

Si desea dar un paseo por la Mer de Glace, nada más llegar el tren puede tomar un teleférico. Después sólo tendrá que tomar un pequeño sendero y descender más de 400 escalones. Después de este esfuerzo, podrá disfrutar de la Mer de Glace y contemplar su inmensidad.

Un poco más abajo se encuentra la Grotte de Glace, un lugar único para descubrir en familia o en solitario. Tanto si le apasiona el invierno como la belleza de la Madre Naturaleza, podrá deleitarse la vista con este corredor hecho enteramente de hielo.