Guadalupe en 10 días

Basse-Terre es una isla que vive al ritmo de sus volcanes y atrae a muchos excursionistas. También es mucho más salvaje que su vecina Grande-Terre. Nada más llegar a Guadalupe, le aconsejamos que se dirija a esta tierra volcánica, al oeste de la isla de las mariposas, para empaparse de toda la fuerza del archipiélago y apreciar sus espacios naturales, entre ellos el ineludible Parque Nacional de Guadalupe.

Trois-Rivières

En el extremo sur de la isla, Trois-Rivières es uno de los principales pueblos de Basse-Terre. Frente al mar Caribe y el archipiélago de Saintes, aquí es donde le recomendamos comprar ron, especias y flores exóticas. Diríjase al mercado de Trois-Rivières, uno de los más antiguos de la isla.

Lugar de surf por excelencia, la playa de Grande Anse también es conocida por su arena fina, ¡pero de color negro! Atención: lleve calzado de playa cuando vaya a bañarse, ya que la arena puede estar abrasadora a ciertas horas del día.

En su segundo día, es posible que quiera recuperarse del jet lag... Y no hay mejor manera de hacerlo que tomarse un momento de "calma y sosiego" enel bosque del Parque Nacional*.

Las termas de Dolé

Escondidas entre la vegetación tropical, las termas de Dolé hacen las delicias de grandes y pequeños. Tras un tranquilo paseo por el bosque, llegará poco a poco al baño en forma de corazón Amours, a la piscina natural Amours y al baño público. La guinda del pastel: el acceso a este lugar es totalmente gratuito.

Las cascadas de Carbet

Si te gusta el senderismo, te recomendamos las cascadas del Carbet, una serie de 3 saltos de agua de entre 20 y 125 metros de altura. El sendero está bien señalizado y es accesible para niños y personas mayores. La segunda cascada es, en nuestra opinión, la más bonita.

Para su tercer día en Guadalupe, le recomendamos la Route de la Traversée, una ruta panorámica por el macizo de Basse-Terre. Hay varias paradas a lo largo de los 17 kilómetros de recorrido, y un día no será demasiado para descubrir todos sus secretos. No se pierda la Maison de la Forêt, donde podrá visitar una exposición sobre los bosques de Guadalupe. Para saber más sobre la Route de la Traversée, lea nuestro artículo sobre esta visita obligada de Guadalupe.

La Reserva Cousteau es uno de los lugares imprescindibles de Guadalupe. Con más de 1.000 hectáreas de fondos marinos, tendrá la increíble oportunidad de ver peces multicolores y tortugas marinas. Para saber más sobre este lugar mágico y sus diversas actividades, le invitamos a leer nuestro artículo sobre la Réserve Cousteau.

Auténtico paraíso terrenal, este islote de 250 metros de largo y unos veinte de ancho promete maravillosos descubrimientos submarinos. Sorprendentemente, este pequeño rincón de paraíso es el resultado de corales muertos y de los efectos acumulativos del mar, el viento y los movimientos submarinos. Sin embargo, la vida ha reclamado el lugar que le corresponde, y hoy îlet Caret es un santuario de tortugas marinas y numerosas especies de aves.

Se puede acceder a la isla de Caret exclusivamente en barco. Se ofrecen varias salidas diarias desde los puertos de Marina Gosier, Sainte-Rose, Port-Louis y Deshaies.

Es hora de abandonar Basse-Terre para dirigirse a Grande-Terre. Para una transición fluida entre estas dos islas de caracteres muy diferentes, no dude en dedicarse a una** jornada 100% naturaleza**: ideal para descubrir los paisajes y parajes naturales más bellos de la isla.

La Pointe des Châteaux

Con su aire de Bretaña, la Pointe des Châteaux es el punto más oriental de la isla. Su promontorio se sumerge en el Atlántico, junto al municipio de Saint-François. Aunque está prohibido bañarse, la zona es muy recomendable por sus numerosos paseos. Puede pasar aquí unas horas o un día entero.

Si quiere descubrir la zona de una forma única, le recomendamos un vuelo en ultraligero. Es un vuelo de 20 minutos que te dejará sin aliento. Deberá presupuestar unos 50 euros por persona para este tipo de actividad.

La Pointe de la Grande Anse

Menos popular que el resto de la isla, la** Pointe de la Grande Anse** está situada al norte de Grande-Terre. Se caracteriza por escarpados acantilados de varias decenas de metros de altura. No muy lejos se encuentra la Porte de l'Enfer, una cala protegida del viento que sirve de telón de fondo a una laguna cristalina. Un lugar de baño único en Guadalupe. En el lugar también encontrará una zona de picnic y un restaurante criollo. Así podrá pasar el día en familia o con amigos en este lugar mágico.**

Prolongue su visita al norte de Grande-Terre y sumérjase en la cultura criolla. Déjese llevar de pueblo en pueblo y tómese su tiempo para charlar con los lugareños.

Petit-Canal

Para conocer mejor la historia de Guadalupe, diríjase al pueblo de Petit-Canal. Este lugar de memoria incluye las ruinas de la antigua prisión, las Marchas de los Esclavos (frente a la iglesia, donde antaño se vendían esclavos) y el Tronc des Âmes (símbolo de la abolición de la esclavitud). En el centro del pueblo, la Maison de l'Environnement organiza varias excursiones por el manglar.

Port-Louis es un pequeño puerto pesquero que merece la pena visitar, con sus casas criollas y su apacible estilo de vida. También es el pueblo ideal para almorzar. Si busca un buen plato de pescado fresco, diríjase al restaurante Poisson d'Or, frente al mar, para disfrutar de una vista increíble de las aguas cristalinas.

Pero el principal atractivo de la ciudad es, sin duda, su cementerio. Situado frente al mar, al final de la Plage du Souffleur, el cementerio tiene la particularidad de que sus tumbas están excavadas en la arena y rodeadas de caracolas.

Vieux-Bourg es un bonito municipio a las puertas del Parque Nacional de Grand Cul-De-Sac Marin. Es aquí donde le recomendamosexplorar los man glares a bordo de una pequeña lancha motora. No pierda de vista los manglares y algunos de los animales más emblemáticos de la isla.

Grande-Terre alberga las mayores estaciones balnearias de Guadalupe: Le Gosier, Sainte-Anne y Saint-François. Las playas más bonitas están sin duda en Sainte-Anne, con las playas de Caravelle y Bois Jolan. Para más información sobre estos lugares de visita obligada, lea nuestros artículos sobre Le Gosier y las estaciones balnearias de Saint-François y Sainte-Anne.

La Désirade es una isla desierta con un toque bretón. Pequeña isla de 11 km de largo y 2 km de ancho, cuenta con playas vírgenes, cocoteros, una laguna y el faro más antiguo de Guadalupe. Clasificada como reserva natural, alberga numerosas iguanas y otros animales endémicos del Caribe.

Una excursión de un día es muy recomendable para los amantes de la naturaleza. Para llegar a La Désirade, puede tomar el barco desde Saint-François. La travesía dura unos 30 minutos y cuesta 25 euros por persona. No se pierda el último barco de vuelta a las 16:30.

Como colofón a su estancia en Guadalupe, sería una pena no dedicar un día entero a visitar Pointe-à-Pitre. Es la principal ciudad del archipiélago guadalupeño. Aquí se encuentra el aeropuerto. La ciudad está repleta de restaurantes y tiendas donde comprar algún recuerdo que llevarse a casa. No olvide visitar la plaza del mercado para abastecerse de especias.