Golfo de Morbihan

La mejor manera de apreciar la riqueza visual del golfo de Morbihan y su profusión de islas es hacer un crucero. ¿Por qué no regalarse una experiencia única y navegar con un patrón profesional a bordo de un velero o un catamarán (menos contaminantes que las lanchas motoras)? Con salida del pintoresco Port-Navalo, el legendario velero Krog E Barz, réplica de un barco langostero de principios de siglo, zarpará para descubrir las islas del Golfo o para una excursión a las islas de Houat o Hoëdic. En el programa: descubrimientos a raudales y un sinfín de anécdotas sobre el barco y la región contadas con pasión por la tripulación.

El Krog e Barz sólo iza la vela mayor en julio y agosto. El precio de una excursión de medio día por el Golfo de Morbihan es de 38 euros para adultos y 33 euros para niños.

La opción "crucero al atardecer", con un tentempié a base de productos locales y vino de Nantes, también es una forma fantástica de revelar la magia de una cálida noche de verano (70 € para adultos, 60 € para niños).

Una salida al mar es también la ocasión de descubrir la rica fauna marina que puebla el litoral de Morbihan. Con un espíritu naturalista y respetuoso con los animales y el medio ambiente, la asociación Faune Océan propone salidas al mar en el Golfe de Mor Braz para encontrarse con delfines, marsopas y otros cetáceos de la zona. Es una experiencia muy conmovedora y una gran oportunidad para aprender sobre temas medioambientales y proteger el mundo marino. Salidas desde Locmariaquer y Port-Navalo. Precios : Adultos 87,00 euros - Adolescentes (de 12 a 18 años) y estudiantes 77,00 euros - Niños (menores de 12 años) 55,00 euros

La joya de la corona del golfo de Morbihan es, por supuesto, la multitud de islas que lo salpican. Varias de ellas son privadas y no se pueden visitar, pero no se preocupe, las que puede explorar no le dejarán indiferente.

Desde Larmor-Baden, puede llegar a la encantadora islita de Berder, con sus 2,5 km de senderos costeros bordeados de pinos, mimosas e incluso olivos. Se puede acceder a la isla con marea baja, pero tenga cuidado de no quedar atrapado por la marea o se quedará atascado. Recuerde consultar los horarios de paso. Una vez en tierra firme, disfrute del espectáculo de la marea sumergiendo la bahía desde la agradable terraza de La folie berder, donde podrá tomar una copa o degustar deliciosos platos de pescado y marisco (abierta de 10 a 1 de la madrugada, de miércoles a domingo).

Para los amantes de la historia y la arqueología, una visita a laisla de Gavrinis es una auténtica delicia. Alberga un impresionante monumento funerario neolítico, uno de los vestigios megalíticos de Bretaña. Su construcción es anterior a Stonehenge y a las pirámides de Egipto. Con 6 metros de altura y 50 metros de diámetro, este tesoro arqueológico impresiona por su titánica yuxtaposición de losas de piedra y sus largos corredores con paredes grabadas con espirales. La belleza del yacimiento le dejará sin aliento.

Se puede llegar al majano de Gavrinis en una visita guiada desde el puerto de Larmor-Baden (travesía de 15 minutos). En temporada alta, se organizan otras salidas desde Vannes, Port-Navalo y Locmariaquer. Los billetes cuestan 19 euros para adultos, 8 euros para estudiantes y jóvenes de 10 a 17 años, y 4 euros para niños de 4 a 10 años (gratis para menores de 4 años). El resto de la isla Gavrinis es propiedad privada, y sólo el majano está abierto al público.

Île aux Moines es una visita obligada cuando se visita el golfo de Morbihan, con su encantador y animado pueblo, su sendero costero lleno de pinos y sus bonitas calas secretas. Situada a sólo 5 minutos en barco de Port-Blanc, en Baden, la isla más grande del Golfo, tranquila y arbolada, es un paraíso para los senderistas.

El sendero costero, parte del famoso "sentier des douaniers", forma un bucle de 18 kilómetros (5 horas a pie) y permite contemplar algunos de los mejores miradores de la isla, como la Pointe du Trec'h, en el extremo norte, que ofrece una hermosa vista de Arradon y la isla de Olavre, y la Pointe de Nioul, que significa "punta del sol" en bretón, y ofrece una magnífica panorámica de la península de Rhuys. Muy cerca se encuentra el majestuoso Dolmen de Penhap, que domina el paisaje circundante desde lo alto de su colina.

Una parada obligada para bañarse es Grande plage, donde una hilera de encantadoras casetas de baño de madera pintadas de amarillo y azul, combinadas con las elegantes villas que dominan los alrededores, le confieren un encanto antiguo irresistible.

Increíblemente bonita, con sus casas de piedra cubiertas de glicinas y sus animadas terrazas de cafés, la pequeña ciudad-mercado de Ile aux Moines es la parada gastronómica perfecta después de un día de excursión. En verano, todas las mañanas se celebra en la plaza un encantador mercadillo. También es la ocasión perfecta para deleitarse con un buen restaurante en un entorno muy agradable.

Para degustar una mariscada o rape con salsa de estragón, diríjase a Les Embruns, un acogedor restaurante tradicional ubicado en una casa de piedra. Temporada baja: abierto de jueves a martes para almuerzos y cenas. Temporada alta: abierto todos los días para almuerzos y cenas. Se recomienda reservar.

¿Prefiere comer sobre la marcha? El fantástico camión de comida libanesa Bara Pita se instala en el pueblo en verano y sirve excelentes bocadillos de falafel y sabrosos mezze. No es cocina local, pero está delicioso.

Ya ha disfrutado de los placeres del mar y ahora le apetece un bucólico descanso en el interior de Morbihan? Al norte de Vannes, encontrará los famosos páramos de Lanvaux, donde las colinas onduladas, últimos vestigios del macizo armoricano, ofrecen magníficos paseos entre ríos, maleza y verdes pastos. Siga los senderos y déjese sorprender por la autenticidad de los pueblos con carácter, las venerables casas solariegas y los yacimientos megalíticos con su pátina de antigüedad. Le encantará la capilla de Notre-Dame du Burgo, que se alza solitaria en ruinas en medio del bosque, aparentemente envuelta en un aura mística. Se diría que el canto de los pájaros deja oír a los espíritus del bosque.

Pasee por los senderos y déjese sorprender por la autenticidad de los pueblos con carácter, las venerables casas solariegas y los yacimientos megalíticos con su pátina de antigüedad. Le encantará la capilla de Notre-Dame du Burgo, que se alza solitaria en ruinas en medio del bosque, aparentemente envuelta en un aura mística. A través del canto de los pájaros, se oyen los espíritus del bosque.

Otro lugar histórico notable es la fortaleza de Largoët, un soberbio edificio del siglo XIV cuya imponente torre del homenaje se refleja en el agua del lago. Precio: 6 euros por persona. Gratuito para menores de 10 años.