Estrasburgo: La Venecia de Alsacia

Capital europea, capital de la Navidad, Ciudad de Arte e Historia, centro histórico declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, Estrasburgo es innegablemente una ciudad de historia y cultura que mira hacia el futuro. Si el tópico de tradición frente a modernidad se utiliza con demasiada frecuencia, es difícil no atribuir esta expresión a la capital de Alsacia.

Con su rica historia y su extraordinario patrimonio, heredado en gran parte de la Edad Media, la ciudad está situada en la encrucijada de Europa, y Estrasburgo ha sabido tender desde hace mucho tiempo puentes entre culturas y épocas diferentes. Ha sabido conservar y valorizar lo mejor de ambas, como demuestra el interés demostrado por la protección de su patrimonio arquitectónico. Desde su catedral hasta el Parlamento Europeo, la ciudad de Estrasburgo es como un libro abierto sobre la Historia de Francia, pero sobre todo sobre la Historia de Europa, de la que se ha convertido en la mejor embajadora.

El rico patrimonio cultural de Estrasburgo se ve por todas partes. Catedral de Notre-Dame, Petite France, Grande Île, Maison Kammerzell... pero cuando se trata del patrimonio de Estrasburgo, la cultura alsaciana nunca está lejos, recordando a los visitantes que elrespeto por la tradición es tan importante como una mente abierta. Con sus chefs galardonados con estrellas Michelin, sus recetas típicas y sus productos regionales de calidad (cerveza, embutidos, etc.), Estrasburgo es el lugar ideal para gourmets y sibaritas. Con sus vinos de fama mundial, los enólogos no se quedan atrás.

Y por si no fuera suficientemente famosa, en invierno la ciudad se convierte en destino predilecto de los amantes de la Navidad, que no se pierden por nada del mundo el mercado navideño más grande y antiguo de Europa. Tanto si planea una escapada en pareja, una semana en familia o un road trip alsaciano con amigos, Estrasburgo es una apuesta segura. ¡Lo tiene todo!

Museos, espacios de descubrimiento, parques y jardines: en Estrasburgo no faltan los lugares culturales y de descanso. Entre ellos, el Palacio Rohan es tan elegante como lleno de atractivos. Esta antigua residencia de los príncipes-obispos, construida entre 1732 y 1742, alberga el Museo Arqueológico, el Museo de Bellas Artes y el Museo de Artes Decorativas. Cuesta creer que un lugar así pueda satisfacer la curiosidad de tantos visitantes.

Otro monumento es el Musée de l'Oeuvre Notre-Dame, que desde 1931 ocupa edificios de los siglos XIV y XVI. En su interior, los visitantes pueden admirar obras maestras de la escultura de la Edad Media, la mayoría procedentes de la catedral de Notre-Dame, obras del arte renano del siglo XV y algunas vidrieras de gran belleza. El museo también alberga objetos de arte decorativo de Estrasburgo y una colección de bodegones de Sébastien Stoskopff.

En el Museo Alsaciano de Estrasburgo, podrá descubrir la esencia misma del arte popular de la región a través de muebles pintados, trajes, cerámica popular, juguetes e imaginería religiosa y profana. El museo está instalado enantiguas casas de Es trasburgo, y en algunas salas se reconstruyen interiores típicamente alsacianos.

El Vaisseau es un centro donde los niños pueden descubrir la ciencia a través de 6 mundos compuestos por 130 elementos interactivos que pueden probar, manipular y explorar en compañía de sus padres. La construcción, el cuerpo humano, el agua, el mundo animal... todos estos temas dejarán de tener secretos para ellos.

En Estrasburgo abundan los espacios verdes. Para una pausa bucólica, el Jardin Botanique, situado en el corazón de la ciudad a un kilómetro al este de la catedral, con sus 3,5 hectáreas es el pulmón verde del centro, donde podrá descubrir más de 6.600 especies de plantas instaladas en el invernadero tropical, en el invernadero frío de 207 m² o al aire libre. El Jardin des Deux Rives está situado a ambos lados del Rin y simboliza la amistad entre Francia y Alemania. Durante todo el año se celebran aquí exposiciones de plantas, conciertos, eventos y espectáculos (circo, danza).

En la capital de Alsacia hay casi de todo por ver. El centro histórico de la Grande Île, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO, ha sido designado Ciudad de Arte e Historia. Alberga un rico patrimonio arquitectónico que abarca desde la Edad Media hasta nuestros días. Nuestros dos ojos no bastan para contemplarlo todo.

A pesar de ello, si tuviéramos que hacer una selección de sitios, lugares o monumentos que no hay que perderse durante una estancia en Estrasburgo, la catedral encabezaría obviamente la lista. Obra maestra del arte gótico, la catedral de Notre-Dame de Estrasburgo es todo ligereza y elegancia. Desde su fachada, un gigantesco libro ilustrado rematado por cientos de esculturas, hasta su color rosa, que cambia constantemente con la luz, pasando por sus vidrieras de los siglos XII, XIII y XIV y su reloj astronómico del Renacimiento, todo es impresionante.

Una visita a la Maison Kammerzell mata tres pájaros de un tiro: se ve la casa más bonita de Estrasburgo, se come algo en su restaurante y se obtiene información en la Oficina de Turismo, justo al lado. Sin embargo, el principal atractivo de la visita es la propia casa, cuyos entramados tallados en los pisos superiores datan de 1589. En el siglo XV, los soportales de su planta baja de sillería albergaban tiendas.