Lausana: Una Riviera nostálgica y encantadora

Reposando tranquilamente en las altas colinas que dominan el lago Lemán, Lausana posee un ambiente vacacional propio. La cuarta ciudad más grande de Suiza, fue fundada en época romana y construida sobre tres colinas. Geográficamente, se extiende sobre un desnivel de unos 500 metros al norte del lago Lemán.

A lo largo del siglo XX, la ciudad experimentó una dinámica expansión, dando lugar a una arquitectura moderna que facilita la vida a los turistas. A veces apodada el San Francisco de Suiza (debido a sus calles en pendiente), Lausana es conocida por su apacible calidad de vida.

Lejos de atraer multitudes de turistas, la ciudad es agradable todo el año. La vida nocturna también es intensa, gracias sobre todo a la presencia de estudiantes, y se concentra en particular en los barrios de moda de Flon, Saint-Pierre y Place du Tunnel.

Cuando se piensa en Lausana, es inevitable pensar en la plaza Saint-François, la plaza de la Palud y su fuente, el castillo de Ouchy y el palacio Beau-Rivage. Sin embargo, el mayor atractivo de la ciudad es su imponente catedral gótica, que data de 1080. Dominando toda la ciudad, su construcción se extendió a lo largo de varios siglos, lo que explica las diferentes piezas de distintas épocas. Por último, para impregnarse del ambiente encantador y más bien local de Lausana, hay que venir los días de mercado (miércoles o sábado).

Generosa en cultura y deporte, Lausana esparce sus pepitas por todos los barrios: Plateforme 10 (sede de tres museos), el Palacio de Rumine (auténtica reliquia arqueológica que alberga también numerosas curiosidades), el Teatro de Vidy y el Museo Olímpico. Hablando de deporte... La capital del cantón de Vaud es famosa en el mundo entero por ser la sede del Comité Olímpico Internacional, máxima autoridad en materia de Juegos Olímpicos, encargada de designar las sedes. La ciudad alberga también las sedes de una docena de federaciones deportivas internacionales, lo que la convierte en una ciudad deportiva de primer orden.

Lausana sería triste sin el lago Lemán... Esta masa de agua, a la vez suiza y francesa, ha dejado su impronta en el paisaje de la ciudad. A lo largo de sus orillas, encontrará una gran variedad de lugares para dar agradables paseos, de día o de noche. Si desea ir aún más lejos, varias compañías navieras ofrecen diversos cruceros a bordo de encantadores barcos de época por el lago.

La naturaleza está en todas partes. Parques, jardines, colinas, bosques y llanuras rodean la ciudad. Lausana ofrece un estilo de vida apacible. Y para los amantes de los grandes espacios y los panoramas impresionantes, diríjase a las alturas para admirar los horizontes, desde la ciudad a través del lago hasta los Alpes de Vaud.