Aquatis, el acuario de Lausana

Jack, Wallace y Narga son las grandes estrellas. Son una piraña amazónica, un caimán del Misisipi y un dragón de Komodo, respectivamente. Estas criaturas son las mascotas del acuario Aquatis de Lausana.

Situado en lo alto de Lausana, este acuario alberga 46 peceras, vivarios y terrarios. Más de 10.000 peces, reptiles y anfibios de todo el mundo han hecho de Suiza su hogar. También hay más de 300 especies de plantas en los invernaderos.

Diseñado por la firma Ritcher y Dahl Rocha, el edificio cumple las normas medioambientales al optimizar el uso del suelo, la elección de materiales y la gestión de la energía y el agua (recuperación del agua del río, tratamiento del agua de las piscinas). La fascinante fachada del museo está revestida de espejos que brillan como escamas de pez.

El museo está dividido en dos plantas: la primera está dedicada a la fauna acuática de agua dulce y la segunda nos sumerge en un ambiente tropical entre ríos y arroyos.

El agua es el hilo conductor del museo, atravesando los cinco continentes, entre la flora y la fauna. El acuario contiene más de 2 millones de litros de agua dulce y ofrece una vuelta al mundo de 3500 m2.

Aquatis de Lausana apoya incondicionalmente los programas nacionales e internacionales de protección de especies amenazadas y entornos naturales frágiles.

Para despertar la curiosidad de los visitantes, el museo utiliza las nuevas tecnologías para dar vida a sus espacios y piscinas. Descubrir el agua en todas sus formas promete ser divertido e interactivo, con piscinas táctiles, talleres animados, conferencias, exposiciones temáticas y salas de descubrimiento. Todo está pensado para que los visitantes se conviertan en actores responsables y conscientes de lo que está en juego.

En la sección de ríos y lagos, el grupo Boas ha creado un recorrido escenográfico con reconstrucciones digitales similares a las de la cueva de Chauvet, en la Ardèche. Proyecciones en el suelo y espejos, e imágenes ilusorias transportan a los visitantes alrededor del mundo... de una cueva glaciar a un barco, pasando por un tren en el lago Leman o sobrevolando los cielos de la Camarga. Los efectos especiales son dignos de los estudios de Hollywood: morphing, 3D, maquetas, autómatas, efectos de luz y sonido.

Uno de los efectos imperdibles es un espinosaurio (uno de los mayores dinosaurios acuáticos conocidos) en la escalera que conduce al segundo nivel. Es en la 2ª planta donde por fin se puede ver a Wallace, el caimán que convive pacíficamente con otros peces, un gran esturión de lago y un pez espátula.

Al llegar a la zona de África, podrá admirar los pequeños y coloridos peces tropicales, los ciprínidos del lago Malawi. En Asia, el ambiente cambia y se vuelve más exótico. Naga, el dragón de Komodo, le espera en el tronco de su árbol bajo su lámpara de calor. Un corto paseo le acerca al recinto del lagarto monitor gigante.

En dirección al calor americano, los manglares son la principal característica de este humedal. Hay iguanas, rayas y, sobre todo, Jack la piraña y su familia. El viaje tropical termina con la explicación de un científico sobre los ríos y las precipitaciones.

⭐ ¿Dónde dormir?

Aquatis ha incorporado su propio hotel a su museo. Adyacente a un centro de conferencias, el hotel nos sumerge de nuevo en un acuario, entre blanco, azul y turquesa... Ofrece 131 cómodas habitaciones con fotos del fondo marino. El hotel también cuenta con un restaurante, una zona de relajación y una sala de juegos para niños.

Una de las experiencias que se ofrecen es el descubrimiento del vivero. Para grandes y pequeños, este vivero de especies amenazadas permite a los visitantes conocer mejor el desarrollo de crías como cocodrilos, rayas, ranas, peces, víboras, etc. También es un lugar donde trabajan y viven los cuidadores, y los visitantes pueden seguir a los equipos en acción. Los visitantes pueden seguir a los equipos en acción, y una entrada estándar da acceso a la guardería.