Seúl: Una capital vibrante que combina tradición y modernidad

El yin y el yang blasonados en la bandera de Corea del Sur representan el equilibrio perfecto, un ideal que se refleja en su capital, Seúl. Tras el armisticio de 1953, floreció una Seúl moderna. La ciudad de Seúl se caracteriza por una arquitectura impresionante, una cultura vibrante y una economía próspera, todo ello testimonio de la resistencia de la capital.

La península coreana es una parte por descubrir de Asia Oriental: una tierra de montañas de pinos, archipiélagos brumosos y arrozales verde esmeralda, salpicada de zonas urbanas habitables.

Antaño una nación pobre y devastada por la guerra, ha crecido en sólo 50 años hasta convertirse en una de las ciudades financieras más importantes de Asia. Sorprendentemente, sus tradiciones y costumbres han permanecido intactas. Seúl combina a la perfección su historia, su tecnología punta y su promesa de futuro.

El palacio de Gyeongbok, el mayor y más antiguo de los cinco palacios de la dinastía Joseon, se alza en un cuidado recinto a pocos minutos del centro de Seúl. Cerca, las casas de madera de una sola planta del pueblo de Bukchon contrastan con los rascacielos circundantes. Los tejados de teja de las hanok (casas tradicionales) de madera se dirigen suavemente hacia las rocas de granito de Bukhansan, el parque nacional más visitado del mundo.

Milagrosamente, el pasado y el presente de Seúl no chocan, sino que se complementan. Esta armoniosa mezcla de lo antiguo y lo nuevo es el secreto de la belleza de Seúl, de hecho, un principio de vida.

La capital coreana está viva, con una actividad frenética durante el día y luces de neón por la noche. Los tímpanos responden al clamor de los paseantes durante el día y al ruido nocturno de mil salas de karaoke.

Seúl alberga un número casi infinito de bulliciosos mercados y centros comerciales que venden de todo, desde pescado fresco hasta moda de alta gama en el COEX Mall, el mayor centro comercial subterráneo de Asia.

En cuanto a los propios coreanos, son una delicia: ferozmente orgullosos y con un carácter casi tan picante como su comida, son abiertos de mente y están dispuestos a acoger a los extranjeros que vienen a vivir o de vacaciones a su país.

Rápidamente se hacen nuevos amigos y se acaba adoptando el mismo estilo de vida: pasear cerca de las montañas; almorzar y disfrutar de un delicioso galbi a la parrilla; cantar toda la noche en un noraebang (sala de karaoke). Pocos son los viajeros que se marchan sin hacer un escándalo, lo que demuestra lo amables que son los coreanos.

Un vistazo a Seúl:

La población estimada es de 10,29 millones de habitantes en 2019, pero incluyendo el área circundante, esa cifra asciende a 25,6 millones, lo que la convierte en la segunda área metropolitana más grande del mundo. Con una fuerza laboral tan grande impulsando su economía, no es de extrañar que Seúl sea la 4ª ciudad con mayor poder económico, por detrás de Tokio, Nueva York y Los Ángeles.

Seúl ha sido noticia en los últimos años en los sectores de la tecnología, la automoción y el entretenimiento. Marcas coreanas como Samsung y Hyundai han saltado a la fama internacional, y culturalmente, gente de todo el mundo ve K-dramas y escucha K-pop. El país también se ha convertido en un hervidero de cosméticos y casi todo el mundo disfruta de la comida coreana. Ni que decir tiene que Corea del Sur está en pleno auge, y en el centro de todo este entusiasmo se encuentra Seúl.

Esta ciudad y sus gentes tienen un alma muy especial. De los palacios a los mercados, de la comida a las compras y al encuentro con los lugareños, este destino único es una experiencia personal.