Tailandia: sucumbe al país de las sonrisas

El palpable aroma de la comida callejera, los coloridos tuk-tuks, el eterno bullicio de vendedores y turistas haciendo la típica canción tailandesa de trueque, por no hablar de los serenos templos y las impresionantes vistas de la exuberante naturaleza... Tailandia es un festín para todos los sentidos. Está claro que no hay otro destino igual. Este país rebosa aventura en cada esquina, tanto si busca un ambiente festivo como un momento de serenidad en un templo o una cala secreta.

Tailandia es uno de los países más diversos de Asia: desde selvas y escarpadas cordilleras hasta impresionantes costas y ciudades rebosantes de encanto histórico y cultural. Desde bulliciosos mercados y sensacionales balnearios hasta el descubrimiento de la vida salvaje... las opciones son realmente infinitas.

Playas y relax

Tailandia está bendecida con kilómetros de idílicas costas donde pasear por la arena fina mientras se aloja en la villa perfecta. Phuket y Koh Samui son perfectas para una escapada isleña. La primera es la isla más grande del país y es una opción popular para familias y grupos de amigos. Cuenta con algunos de los mejores hoteles de lujo cerca del mar azul de Andamán.

Koh Samui, en el golfo de Tailandia, presume de numerosas calas privadas donde bañarse y tomar el sol. Otra opción es Tropical Island Paradise, que constituye una magnífica introducción a los destinos costeros y una mezcla de estimulantes actividades.

Costas cautivadoras

En la costa sur del país, Krabi está cerca de pintorescas localidades con acceso directo a extraordinarios parques marinos. Esta costa también cuenta con una amplia gama de divertidas actividades, desde deportes acuáticos hasta excursiones de escalada en escarpados acantilados de piedra caliza.

Por su parte, Khao Lak ofrece playas de arena suave y maravillosos parques naturales. La ciudad costera se encuentra al norte de Phuket y junto al Parque Nacional de Khao Lak-Lam Ru. Aquí se puede caminar hasta cascadas secretas o incluso navegar en canoa por rápidos.

Para un viaje fuera de lo común

Para quienes busquen joyas ocultas que explorar, el destino está repleto de tesoros culturales. De hecho, en Kui Buri es posible combinar la cultura con emocionantes interacciones con animales. Los amantes de los elefantes apreciarán sin duda este lugar, considerado uno de los mejores de Tailandia para avistar paquidermos salvajes.

Tailandia cuenta con numerosos balnearios, como Hua Hin, una de las ciudades costeras más antiguas del país. También ha sido uno de los destinos vacacionales favoritos de la familia real tailandesa desde la década de 1920. Aún conserva gran parte de su encanto tradicional y cuenta con algunos lugares de interés histórico, como el gran palacio de Klai Kangwon. Hua Hin también es conocida por sus cuidados campos de golf, sus bonitos espacios verdes y su excelente oferta de marisquerías.

Templos tranquilos

Aquí los templos parecen haberse detenido en el tiempo. Se puede visitar Lampang en particular por su mágico templo en la cima de una montaña. Wat Chalermprakiat se encuentra justo encima de la ciudad y es uno de los templos budistas más llamativos del país. Tras visitar las encantadoras pagodas de Wat Chalermprakiat, vuelva a la ciudad para cenar en una de las casas de fideos de Lampang. La especialidad de este rincón del norte de Tailandia es el khao soi, un plato que contiene fideos crujientes, carne o verduras cocinadas en un delicioso caldo de curry.

Cocina asiática

Hablando de comida, la gastronomía del país es famosa en todo el mundo. Bangkok y Chiang Mai son lugares perfectos para degustar la cocina tailandesa, desde currys con cremoso sabor a coco hasta deliciosos platos llenos de fragantes especias. También puede plantearse asistir a una clase de cocina tailandesa.

En Bangkok hay hileras de tiendas, bares y puestos que venden de todo, desde albóndigas recién hechas al vapor hasta deliciosos tazones de fideos. No deje de visitar uno de los mercados flotantes de la ciudad, como Amphawa o Damnoen Saduak, donde amables vendedores ofrecen productos frescos y aperitivos directamente desde el agua.