El barrio de Bouffay, corazón histórico de la ciudad

Un poco de historia

A dos pasos del castillo de los Duques de Bretaña y de las catedrales de San Pedro y San Pablo, el barrio de Bouffay es el centro histórico de Nantes, que se remonta a la llegada de los Namnètes, pueblo galo que dio su nombre a la ciudad. Bouffay fue el corazón de Nantes en la Edad Media, y su identidad medieval perdura en sus callejuelas y en la presencia de varias casas con entramado de madera construidas en el siglo XV, entre ellas la magnífica Maison des Apothicaires, que hoy alberga un restaurante.

Place du Bouffay 📍

El barrio de Bouffay se construyó en torno a esta ilustre plaza, antaño bordeada por el Loira y hoy punto de encuentro diario de los nanteses. La gente se reúne aquí para tomar una copa en uno de los numerosos bares que instalan sus terrazas cuando hace buen tiempo. Sin embargo, la plaza del Bouffay no siempre ha sido tan acogedora, ya que en la Edad Media fue lugar de ejecuciones públicas. Entre los ejecutados figura el tristemente célebre Gilles de Rais, condenado a la horca y a la hoguera el 25 de octubre de 1440. Este escudero nacido en Pornic, que luchó junto a Juana de Arco, fue declarado culpable de torturar y asesinar a más de 140 niños. Este sórdido asunto inspiró a Charles Perrault para escribir uno de los cuentos de hadas más famosos del mundo, Barba Azul.

Afortunadamente, la plaza del Bouffay, que durante mucho tiempo albergó un mercado cubierto que sustituía a las ejecuciones públicas, es ahora más propicia a las horas felices que el Pilori.

La iglesia y el pasaje Sainte-Croix 📍

En el centro del barrio, corra a admirar la deslumbrante iglesia Sainte-Croix, construida en el siglo XVII en estilo clásico y modificada en el siglo XIX. Podrá admirar la ronda de ángeles en el magnífico campanario de la parte superior del edificio. Tenga en cuenta que la bonita Place de l'Eglise suele estar ocupada por libreros de segunda mano, que ofrecen una amplia selección de libros antiguos y contribuyen a la vida y el encanto del barrio.

El Passage Sainte-Croix es un pasaje cubierto rematado por un hermoso techo de cristal que une la calle de la Bâclerie y la plaza Sainte-Croix y atraviesa el antiguo priorato construido por monjes benedictinos en el siglo XI. Todos los meses, el priorato organiza exposiciones y actos culturales, a menudo relacionados con la historia de Nantes, con mención especial para el encantador jardín del Passage Sainte-Croix, una isla de bucólica tranquilidad en medio de este ajetreado barrio.

El barrio está repleto de tiendas y restaurantes, por lo que no le costará encontrar un lugar donde comer o pasar la noche. La estrecha y encantadora Rue de la Juiverie es especialmente festiva, con sus numerosos bares y excelentes creperías donde disfrutar de una buena galette acompañada de un tazón de sidra.

Nuestro favorito:🍴 Situado en la calle Sainte-Croix, justo al lado de la iglesia, La Cantine Du Curé ofrece deliciosas y originales galettes elaboradas con productos frescos. La acogida es cálida y atenta, y los precios muy asequibles.

La terraza más secreta de Nantes:🍴 ¡Para los amantes de las direcciones escondidas! Atraviese el porche verde del 6 rue des Carmélites y se encontrará con la espléndida terraza del bar Chez Marius. En realidad, se trata del Bar du Café Théâtre, abierto a todos de martes a sábado por la noche, de 19:00 a 24:00. Situado en el antiguo emplazamiento del convento carmelita, podrá disfrutar de una copa tranquilamente rodeado de jazmines y olivos. Y quién sabe, ¿quizá se cruce con su cómico favorito?

📍 La Île Feydeau, a unos cientos de metros del barrio de Bouffay, en pleno centro de la ciudad, forma parte de la historia de Nantes. Este magnífico conjunto de edificios del siglo XVII estaba originalmente rodeado por un brazo del Loira, que hasta la década de 1930 extendía su cauce a los pies del castillo de los Duques. Hoy en día, la isla Feydeau ya no es una isla, aunque conserve su título. Pero ofrece a los visitantes una de las mayores curiosidades arquitectónicas de la ciudad: los edificios que la componen están inclinados, lo que confiere a Île Feydeau un aspecto surrealista..... ¿La razón de esta rareza? El terreno original era inestable. Como la mayoría de las islas del Loira, el suelo era arenoso. Nada más erigirse, los edificios empezaron a hundirse, dando a la fachada el aspecto irregular que vemos hoy. En el siglo XVII, los habitantes de Île Feydeau eran los ricos armadores de la ciudad, que prosperaba entonces "gracias" al comercio triangular. Algunos de los pisos de Île Feydeau son testigos de esta triste época, con trampillas que se utilizaban entonces para almacenar a los esclavos. A veces se les hacinaba durante varios días antes de zarpar de nuevo hacia las Américas.