La Nave de las Máquinas de l'Île no siempre albergó animales de desguace. Originalmente fue el Chantiers Dubigeon, una antigua empresa de construcción naval de Nantes fundada en 1760 y cerrada en 1987. En el siglo XVIII, Nantes era el primer puerto comercial de Francia, una gloria sombría debida en parte al "comercio triangular" y a la "trata de esclavos" que hizo prosperar a los armadores. Tras reconvertirse a la construcción de submarinos durante la Segunda Guerra Mundial, los astilleros Dubigeon cesaron toda actividad en 1987. Las autoridades locales se dedicaron entonces a preservar la memoria de la construcción naval en Nantes, en particular mediante la recompra de una de las impresionantes grúas amarillas del astillero, que ahora se alza en la isla de Nantes como símbolo y testigo del pasado.
A principios de los años 2000, en el marco de la renovación urbana de la Île de Nantes, François Delarozière, creador de algunas de las máquinas utilizadas en los espectáculos de la compañía Royal de Luxe, que trabaja en Nantes desde los años 90, y Pierre Orefice, de las asociaciones Manaüs, propusieron a la ciudad desarrollar un proyecto turístico en la isla: "Les Machines de l'île", que se ha convertido en la atracción emblemática de la ciudad.