Lima: Dos días para descubrir la capital bohemia de Perú

Empezar el día en Miraflores

Nada más llegar al aeropuerto, Lima marca la pauta con sus carteles de "Bienvenido a Perú" con símbolos del país, como alpacas, toros, surf, palmeras, parapente y numerosos monumentos. Antes de embarcarse en un viaje por carretera hacia los lugares míticos de Perú, era imposible no visitar la capital. Durante dos días, Lima estará llena de sorpresas, con sus monumentos históricos, parques, museos y yacimientos arqueológicos en pleno centro de la ciudad.

Al caminar por la costa del Pacífico hasta el distrito de Miraflores, verá una cruz que domina la ciudad. Se erigió para conmemorar la visita de Juan Pablo II en 1988. Sobresale en lo alto de una colina de Miraflores y ofrece un brillante telón de fondo por la noche, cuando está iluminada.

El parque Kennedy y su centenar de gatos

Miraflores es uno de los barrios más exclusivos y seguros de la ciudad. Es la zona ideal para pasar unos días en Lima, ya que aquí se agrupan muchos hoteles. Tras dejar el equipaje en el hotel Casa Andina Select, nos dirigimos al Parque Kennedy, a pocos minutos a pie. Situado en medio de grandes avenidas repletas de tiendas y boutiques, el Parque Kennedy es el reino de los gatos. Voluntarios y residentes locales se ocupan de los felinos, alimentándolos y cuidándolos.

Es un lugar estupendo para ir por la mañana, cuando está más tranquilo, disfrutar de un café peruano en un banco y empaparse del ambiente de la capital despierta. Durante el día y la noche, encontrarás animación callejera, artesanos y tiendas abiertas hasta las 22:00 horas. Es un lugar de encuentro para familias, parejas y grupos de amigos. Alrededor del parque, restaurantes, cafés y bares de copas facilitan el disfrute de la zona a cualquier hora del día.

Huaca Pucllana, un yacimiento arqueológico en plena ciudad

El yacimiento arqueológico de Huaca Pucllana se encuentra en pleno centro de la ciudad y del distrito de Miraflores. Este yacimiento preincaico demuestra que Perú es mucho más que Machu Picchu. Se trata de una pirámide que no tiene nada que envidiar a las egipcias. Construida por los limeños entre los siglos I y VI, está compuesta por piedras de adobe colocadas verticalmente, una técnica que evita la actividad sísmica. Esto demuestra el ingenio de los habitantes de la época. Otras civilizaciones se han apropiado del lugar, hasta llegar a los incas, y sus funciones han sido diversas y variadas. La Huaca Pucllana sirvió de centro administrativo, puesto comercial y lugar ceremonial donde se realizaban sacrificios.

En 2013, se descubrió una tumba Huari en la pirámide, que contenía las momias de dos personas. Durante su visita, podrá ver una reproducción de la tumba, así como descubrir la vida cotidiana de los habitantes a través de representaciones de escenas de su vida, con figuras vestidas con trajes tradicionales. Con más de 1.600 años de antigüedad, el yacimiento fue descubierto bajo un montículo que servía de campo de fútbol a los lugareños. Desde entonces, las excavaciones no han cesado. La mejor manera de aprender más sobre las civilizaciones es visitarlas con un guía.

Para saborear la cocina peruana, vaya a comer aLa Mar Cebichería, una visita obligada en Lima. Es uno de los restaurantes de Gastón Acurio, el chef peruano más famoso de Sudamérica. La especialidad de este restaurante diáfano es el pescado. Cocinado de diversas maneras, se prepara delante de los clientes, con la cocina abierta al comedor. Entre los platos típicos, es imposible no mencionar la causa de cangrejo, un entrante a base de patata, cangrejo y aguacate, y el ceviche del día, marinado en zumo de limón, un favorito de los peruanos. Aquí, grupos de amigos, colegas y parejas se reúnen para compartir un momento de convivencia en un ambiente sencillo pero chic. Las cevicherías suelen abrir sólo al mediodía para preservar la frescura del pescado, pero La Mar no rompe con la tradición, ya que el restaurante cierra a las 17.00 horas.

Un paseo por el Parque del Amor

Con vistas al océano Pacífico, el Parque del Amor está dedicado a todos los enamorados. Locales y turistas pueden sentarse en los coloridos bancos de mosaico para disfrutar de la vista panorámica desde lo alto del acantilado. Mientras pasea, tómese su tiempo para leer las citas y frases de poetas y escritores peruanos. Entre los autores, Jorge Dias Herrera y Augusto Tamayo Vargas están representados por sus frases románticas.

En medio del pequeño parque destaca una escultura de 12 metros de altura que es el verdadero símbolo del lugar. Llamada "El Beso", representa a dos personas abrazándose y besándose. Es un mensaje poderoso y majestuoso de nada menos que Víctor Delfín, pintor y escultor peruano muy conocido en Sudamérica. También puede pasear por las avenidas del parque arbolado y dirigirse al paseo marítimo. Junto al parque, un café francés pone música en el exterior y ofrece a los clientes un crêpe para saborear este momento de libertad.

Fin del día en el bohemio distrito de Barranco.

A poca distancia en auto, el distrito de Barranco es el lugar perfecto para pasear al final del día. Con sus coloridas paredes, fachadas cubiertas de arte callejero, galerías de arte y músicos callejeros tocando música en vivo, Barranco tiene todas las características de un barrio bohemio. En la plaza se puede admirar una estatua de María Isabel Granda, también conocida como Chabuca Granda, una de las cantantes peruanas más adoradas. Mientras pasea por sus calles, fíjese en los edificios históricos, como la iglesia de La Ermita y su fachada amarilla, que, aunque abandonada desde un terremoto, es un referente del barrio.

Antes de la hora de cierre, diríjase a la galería de Jade Riveira. El artista peruano expone por todo el mundo y en las paredes del barrio se han creado muchas de sus obras de arte callejero, todas ellas pensadas para hacer reflexionar sobre el mundo, la sociedad y las relaciones personales. También hay una tienda museo cerca del Pont des Soupirs, ideal para comprar una reproducción de uno de sus cuadros.

Tras un día lleno de descubrimientos, es hora de ir a cenar y disfrutar del ambiente bohemio del distrito de Barranco. Aquí es donde la fiesta está en pleno apogeo, en el Café Victoria, un bar de cócteles y restaurante ubicado en una antigua mansión colonial. Con su majestuoso entorno, su ambiente festivo y sus deliciosos cócteles, ¡no podemos recomendarlo lo suficiente!

Mañana en el centro histórico

Este nuevo día comienza con una visita al centro histórico de Lima, donde se encuentran los monumentos más importantes y antiguos de la capital. La mayoría de los edificios datan del siglo XVIII y fueron construidos tras el terremoto de 1746. Todos giran en torno a la Plaza Mayor, también conocida como Plaza de Armas, y la Plaza San Martín, que merece una visita simbólica, ya que fue aquí donde se fundó la ciudad de Lima en la época de la conquista española, y también hay edificios que datan de la época preincaica.

Empecemos por la Catedral de Lima, construida en el siglo XVI y renovada en el XIX. Nada más entrar, le impresionará su arquitectura, que mezcla diferentes estilos, desde el barroco hasta el neoclásico. Cuenta con 14 capillas que representan distintas épocas a través de pinturas y decoraciones. Una de las más impresionantes es la de la entrada, que representa la vida de Pizarro. El conquistador español está enterrado en una tumba en la catedral. Es imposible no dejarse cautivar por la ornamentación del edificio, como su nave principal y su altar de madera y pan de oro.

Se necesitaría más de un día para visitar todos los edificios del centro histórico, pero puede simplemente pasear para admirar la arquitectura colonial de los edificios, algunos de los cuales, como el palacio arzobispal, tienen grandes balcones de madera. Un poco más allá, a 5 minutos, diríjase al convento de Santo Domingo. Es uno de los lugares que no debe perderse en su visita a Lima. Al llegar, quedará fascinado por la iglesia y su color rosado, luego, al entrar, la visita continúa hacia los claustros y sus galerías que conducen a diferentes estancias. Es un remanso de paz donde no sentirás el calor del mundo exterior. Admire los jardines del claustro, la fuente y los azulejos que decoran las paredes y las vigas de las galerías.

Tras contemplar los numerosos edificios de colores y sus balcones de madera, es hora de tomarse un respiro con un auténtico café peruano. También puedes comprar recuerdos en la tienda contigua.

Almuerzo y visita al Museo Larco

A la hora de comer, nos dirigimos al barrio de Pueblo Libre para visitar el restaurante del Museo Larco. El restaurante tiene una terraza con vistas a un jardín en el que las buganvillas ofrecen un festival de colores.

La carta es variada y los platos típicos se preparan y presentan con esmero. Calamares fritos, causa de atún, postres refrescantes, zumos de frutas locales y pisco sour, podrá degustar todas las especialidades peruanas.

El museo recorre la vida de las civilizaciones preincaicas a través de objetos, cerámicas y ornamentos de las culturas Moche, Chimú, Huari y otras. En total, 5.000 años de historia están representados en este museo, fundado en 1926. Al recorrer las galerías y las distintas salas, comprenderá mejor los ritos y costumbres de los pueblos antiguos, así como su vida cotidiana a través del trabajo y las relaciones humanas. Dedique unas 2 horas a la visita.

Demostración de coctelería al final del día

Para terminar su estancia de la mejor manera posible, diríjase al Hôtel B para asistir a una demostración de coctelería. Este establecimiento Relais & Châteaux deslumbra por su arquitectura Belle Epoque y su espíritu bohemio, similar al del barrio de Barranco.

Los cócteles son tan famosos en Perú que teníamos curiosidad por saber cómo se elaboran. En el Hotel B se organizan talleres para elaborar las recetas típicas. La estrella de la coctelería peruana es el Pisco Sour. Se elabora con licor de uva, lima, angostura amarga y clara de huevo. Una bebida deliciosa para disfrutar con moderación, y que los peruanos están encantados de compartir con los turistas.

En la azotea del hotel, el barman Axel Romero hace una demostración de 4 cócteles, que acompaña con mignardises dulces o salados según la receta. En esta terraza, se puede admirar la puesta de sol mientras se disfruta de una bebida bellamente presentada y ambientada con música. En esta última velada, Lima nos conquistó definitivamente.

Para más información, diríjase a la Oficina de Turismo de Perú.