Un paseo por el centro histórico de Lima, un viaje en el tiempo

Fundada en 1535, la Plaza Mayor es la más antigua de la ciudad. La arquitectura de los edificios erigidos alrededor de la plaza lo hace evidente. Fue Francisco Pizarro, el conquistador español, quien fundó la ciudad de Lima alrededor de esta plaza cuando ganó la batalla contra los incas. Construyó su palacio en el lugar que hoy ocupa el Palacio de Gobierno.

La plaza de San Martín es una de las más grandes de la ciudad. Se reconoce por la estatua que se alza en su centro. Es del general José de San Martín, el hombre que entregó el país y proclamó la independencia de Perú en 1921. En esta plaza, no se pierda el Hotel Bolívar, que ha acogido a numerosos personajes famosos, desde Charles de Gaulle hasta Mick Jagger en 1980.

La Catedral de San Juan de Lima destaca en la plaza y es testigo de una rica historia a través de su arquitectura, que mezcla varios estilos: barroco, gótico, neoclásico y renacentista. Fue destruida varias veces y luego reconstruida a causa de los terremotos, en el mismo lugar donde los incas habían erigido un lugar de culto. La catedral impresiona nada más entrar, con su nave principal y su altar de madera y pan de oro.

La visita continúa por las 14 capillas. Todas diferentes, están decoradas con pinturas o estatuas religiosas que representan distintas épocas. En una de las primeras capillas se puede aprender más sobre la vida y la conquista de Pizarro. Es aquí donde descansa el conquistador español, junto con familias nobles, arzobispos y el primer cardenal de Lima, en una tumba situada en la catedral. Hasta la fecha, es posible que existan otras tumbas que aún no han sido descubiertas en el interior de la catedral.

Merece la pena visitar el Palacio de Gobierno por la historia que representa. Aunque la construcción del palacio presidencial data de 1938, el lugar sobre el que se levantó ha sido testigo del paso de varias civilizaciones, incluidos los incas. El último emperador inca vivió aquí en un edificio con connotaciones religiosas. Y cuando Pizarro, el conquistador español, se hizo con la ciudad, también construyó su palacio antes de organizar y desarrollar la ciudad de Lima en torno a la Plaza de Armas.

Desgraciadamente, un terremoto destruyó el palacio en 1746. En la actualidad, el Palacio de Gobierno no ha perdido nada de su función, ya que ha sido reconstruido en el mismo emplazamiento y sirve de sede del gobierno, así como de residencia del Presidente de Perú. De la época de Pizarro sólo queda un árbol plantado por el propio conquistador.

Lo mejor es reservar con antelación para poder ver el palacio por dentro, admirar las salas y los objetos de la época colonial y asistir al cambio de guardia a mediodía. Aunque la visita es gratuita, le aconsejamos que reserve con unos días de antelación.

Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, el monasterio de San Francisco destaca en la Plaza Mayor. Comprende dos iglesias, un templo, un convento, una biblioteca y catacumbas. La influencia española está claramente presente en este edificio, como demuestran la arquitectura barroca y los azulejos andaluces del claustro y las catacumbas. Alrededor de 70.000 personas fueron enterradas en el cementerio subterráneo. Para saber más y vivir un momento real de la historia, visite la biblioteca del convento, que contiene miles de textos, muchos de los cuales se remontan a la llegada de los españoles a Perú.

La iglesia y el convento de Santo Domingo son el punto culminante de un paseo por el centro histórico. Fue uno de los primeros edificios construidos cuando Pizarro llegó a Lima en 1535. Aunque renovados, la iglesia y el convento son de los pocos edificios que han sobrevivido a los terremotos. La torre rosa, cuyo color procede de los ladrillos utilizados en la época y de la arquitectura española, así como las columnas, alcobas y mosaicos, conocidos como azulejos, que rodean una fuente en el centro del segundo claustro, son especialmente impresionantes.

Es el lugar ideal para disfrutar de un momento de frescor cuando suben las temperaturas en el exterior. Durante su visita, podrá subir a lo alto de una de las torres para disfrutar de una vista panorámica de la ciudad. Una visita obligada.

El centro histórico de Lima está comunicado por la línea norte del Bus Metropolitano; puedes parar en la parada Jirón de la Unión y caminar unos minutos hasta la Plaza Mayor.