Conocer América a través de su cine

Hay pocos grandes países que puedan ser descubiertos, y luego conocidos, a través de su cine, en términos de su geografía, cultura e historia, así como de su mentalidad y tejido político. Estados Unidos**, por el tamaño de su industria cinematográfica y su necesidad de introspección conmemorativa, es uno de esos países, con una riqueza, precisión y profundidad inigualables.

Las superestrellas estadounidenses: John Wayne, Elvis Presley, Marilyn Monroe et Charlot.

- © Víctor Hugo Garibay Sandoval / 123RF

Sólo se puede conocer un destino a través de la experiencia de vivir allí, o incluso de viajar, a través de su literatura, de conocer a su gente, de la conexión que se puede establecer con ellos y su cultura. Pero en el caso de Estados Unidos, la regla parece un poco diferente porque su cine, a menudo enmarcado en un ámbito sociológico tan marcado como bien definido, es tan diverso como rico. Nos proporciona una gran cantidad de ventanas a través del tiempo, de sus territorios y de sus etnias. Muchas de ellas son adaptaciones de su literatura, o producciones de grandes cineastas. O ambas cosas.

La saga americana

Esta película nos habla de la conquista del Oeste y la expropiación de los indios, la colonización, el crisol de razas y el establecimiento de comunidades de inmigrantes, las condiciones de vida en las reservas indias, pero también en el campo y en los condados, y la evolución de la comunidad negra a lo largo del tiempo, el nacimiento de los negros importados deItalia,Europa Central oAsia, con su impacto en las grandes ciudades, el fenómeno de las bandas y su gangrena entre los jóvenes, los estragos de la droga, la criminología, las consecuencias de las guerras libradas al otro lado del Atlántico y el tentacular capitalismo salvaje inventado aquí, como tantas otras cosas...

En definitiva, su cine y su literatura son los grandes libros de historia de Estados Unidos.

© Everett Collection / Shutterstock

Todo empieza en Nueva York

Martin Scorcese es un auténtico pintor de la sociedad estadounidense. También tiene un don para el drama. En 2002, el cineasta cosechó un renovado éxito con su película ** Gangs of New York**, que narra la amarga disputa por el territorio de la isla de Manhattan entre ingleses e irlandeses en la década de 1850. Este Manhattan tiene poco que ver con el Manhattan actual, pero está lleno de enseñanzas sobre las rivalidades políticas y territoriales que existían entre las dos comunidades de la época. Hay que decir que Scorcese no adapta aquí una novela, sino un estudio muy serio del periodista e historiador Herbert Asbury, publicado en 1927.

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Para ello hay que ahondar un poco más en la historia de la Costa Este. Los primeros asentamientos se produjeron en Florida en 1565, en Saint-Augustine, y en Plymouth en 1620 por los Padres Peregrinos. La bahía de Nueva York, entonces conocida como New-Angouleme, fue descubierta en 1524 a instancias del rey francés Francisco I. Éste era territorio lenape (delawares), donde siempre habían vivido los nativos. Éste era territorio lenape ( delawares), donde siempre habían vivido los nativos.

Se rodaron varias películas de vaqueros en esta época y lugar, pero no fue hasta la maravillosa ** El último mohicano**, de Michael Mann, en 1992, cuando se llevó a la pantalla un relato fiel de los acontecimientos de la época. Esta undécima adaptación de la famosa novela de James Fenimore Cooper narra el enfrentamiento entre franceses e ingleses con motivo de la batalla de Fort William Henry (1757), en la provincia de Nueva York, y las desastrosas consecuencias para las tribus indias que participaron en el conflicto. Los hurón-wendat fueron aliados de los franceses, mientras que los mohicanos prestaron su apoyo a los ingleses, y más concretamente a las hijas del coronel Monro. El conflicto entre los europeos provocó sangrientos enfrentamientos entre las tribus indias.

El oscarizado Daniel-Day Lewis presta sus rasgos, y su excepcional interpretación, al personaje de Ojo de Halcón, como ya hiciera con Scorcese en "Gangs of New York", pero también le veremos como Abraham Lincoln en la película de Steven Spielberg de 2012.

En cuanto a Martin Scorcese, prosigue su introspección sobre la enrevesada historia de Estados Unidos revelándonos en 2023 el asesinato de los amerindiosde Oklahoma que habían encontrado petróleo en sus tierras en los años veinte, en la película "Killers of the Flower Moon. Una historia real.

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La conquista de Occidente

Todo el mundo conoce este periodo dela historia de Estados Unidos. Pero lo que es menos conocido es que laindustria cinematográfica estadounidense, después de haber producido varias películas mudas sobre este tema, desempeñó un papel importante en la ampliación de esta conquista aún más extendiendo sus actividades a la Costa Oeste. Los estudios de producción se situaron en la costa Este, sobre todo en Nueva York, y se utilizaron decorados artificiales para simular las vastas extensiones deArizona y Nevada.

Desde principios del siglo XX, los productores se sintieron atraídos por la Costa Oeste, el bajo coste de la propiedad, la mano de obra barata, el ambiente de riviera de Los Ángeles y, sobre todo, la ausencia de sindicatos. Empezaron a instalarse. A medida que mejoraba la cinematografía (con la llegada del cine sonoro en 1927, seguido del Technicolor), se animaba a los productores a rodar en entornos naturales. Toda la industria trasladó sus oficinas a California, donde tendrían lugar todos los rodajes. Había nacido Hollywood. Y se convirtió en una de las principales industrias del país.

Charlie Chaplin émigre à Los Angeles en décembre 1913 où il fondera United Artists, avec ses amis stars Mary Pickford et Douglas Fairbanks Jr. Superstar du cinéma muet, il sera pourtant expulsé du territoire en 1952, victime du maccarthisme !

- © First National Studios

En 1938, en plena efervescencia del género western, John Ford, cineasta de talento que destacaba en el género, partió de madrugada en busca de un escenario digno de la formidable cabalgata dantesca que había imaginado para su película"La Chevauchée Fantastique" (1938), con su amigo John Wayne. Se adentró en las tierras de los navajos, entreUtah yArizona, y descubrió una meseta desértica de la que emergían varias rocas monumentales que los navajos llamaban "El Gran Jefe Indio", "La Bota Vaquera" y "El Águila Imperial". John Ford quedó prendado. Había encontrado lo que buscaba. Para agradecérselo a los navajos, les dio el papel de villanos apaches en su película. Y así fue como un lugar que sólo conocían los navajos y unos cuantos vaqueros se convirtió en Monument Valley, uno de los paisajes más emblemáticos de EE UU.

En Monument Valley, este mirador recibe el nombre de "John Ford Point", en homenaje al director.

- © MisterStock / Shutterstock

En 1956, rodó "El prisionero del desierto", de nuevo con John Wayne, que era entonces a la vez el arquetipo del héroe americano como personaje y el representante integrado de la emigración irlandesa como personalidad del mundo del espectáculo, al igual que John Ford.

En aquella época, los vaqueros de los westerns, que no tenían vacas, eran vistos como justicieros que disparaban a los indios sin ningún reparo. Fue en los años setenta cuando una nueva generación de estadounidenses empezó a cuestionar los patrones impuestos hasta entonces por laindustria cinematográfica: que el maniqueísmo estuviera a la orden del día en Hollywood no significaba que hubiera que convertir a los indios en villanos.

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En 1970, AManCalled Horse, de E. Silverstein, cuenta la historia de un lord inglés que es secuestrado por los sioux en su territorio, adonde había acudido para cazar descaradamente con sus compañeros. Silverstein cuenta la historia de un lord inglés que es secuestrado por los sioux en su territorio, adonde había acudido para cazar descaradamente con sus compañeros. Para enseñarle la vida y las buenas costumbres, los sioux lo reducen a esclavo y lo someten a todos los rituales, algunos de ellos crueles, que lo convertirán en uno de ellos. Una forma simbólica de poner a los colonos en su sitio. Pero también de integrarlos.

© CarlottaFilms

En 1980, Michael Cimino, una de las promesas de la nueva guardia de Hollywood, dirigióHeaven's Gate, una grandiosa película que narraba la guerra del condado de Johnson, Wyoming (1889-1893), el enfrentamiento entreemigrantes de Europa del Este que pretendían establecerse en elOeste y ricos terratenientes de origen germánico que privatizaron "salvajemente" las tierras del condado que consideraban legítimamente suyas, por razones de supremacía racial. Isabelle Huppert forma parte del reparto.

Hampa, corrupción y capitalismo salvaje

El mismo Cimino, que sólo hizo 8 películas en toda su carrera pero dejó una huella indeleble en la historia del cine, escribió y dirigió"El año del dragón" en 1985, una brillante adaptación de la novela "Year of the Dragon" de Robert Daley. La película nos sumerge en el corazón del barrio chino de Nueva York, una ciudad dentro de otra ciudad. Lejos de ser una postal turística, y al igual que en su anterior película, Cimino nos sumerge en la tragedia de los conflictos humanos provocados por el choque de culturas, la conquista de territorios y la explotación del hombre por el hombre. La ley del más fuerte se impone, una y otra vez.

Stanley White, el policía (Mickey Rourke), es un veterano de la guerra de Vietnam de origen polaco decidido a poner orden en Chinatown. Pero los bajos fondos chinos, que operan desde Hong Kong, no tienen nada que hacer. Para empeorar las cosas, Stanley White se enamora de una bella periodista de la comunidad deinmigrantes chinos, que por supuesto tiene fuertes lazos con su comunidad. Es una especie de Romeo y Julieta 2.0 (dos años después, Abel Ferrara rodó suChina Girl, sobre el romance imposible entre un italiano de Little Italy y una china de Chinatown).

© CarlottaFilms

A finales del siglo XIX, los bajos fondos se encontraban principalmente en el Norte, sobre todo en Chicago, donde campaba a sus anchas Al Capone, y en la Costa Este, donde se asentaban las mafias judía e italiana.

Durante mucho tiempo, las películas de gángsters (películas de mafiosos) fueron las llamadas películas de género, es decir, cine codificado que se repite al tiempo que busca renovarse. Numerosas en la época muda, estas películas llegaron a la era sonora con los mismos actores, directores y productores. Tal fue el caso de"Scarface", deHoward Hawks, en 1932, adaptación de la vida de Al Capone, condenado el año anterior tras haber mantenido a raya a los federales de Chicago durante mucho tiempo. Era una oportunidad para mostrar al resto de Estados Unidos que no sólo las autoridades se salían siempre con la suya, sino también la excepcional arquitectura de esta megalópolis, que ya rivalizaba con Nueva York en su desmesura.

Al Capone

- © IgorGolovniov / Shutterstock

La película causó una impresión indeleble, y años más tarde Brian de Palma estrenó"Scarface", una adaptación libre del filme, a la que siguió"Los intocables " (protagonizada por Kevin Costner y Sean Connery), adaptación de la serie de televisión del mismo nombre, que narraba la caza de la mafia, y deAl Capone en particular, por parte de agentes del Tesoro estadounidense durante la Ley Seca. En la primera película, De Palma decidió que su gángster, interpretado por Al Pacino, fuera un inmigrante cubano que operaba en Miami, en lugar de un italiano afincado en Chicago.

Miami y sus coloridos edificios Art Nouveau.

- © Sean Pavone / Shutterstock

En este género, que constantemente arroja luz sobre la corrupción de la policía y las ramificaciones del hampa en todo el país, hay otras películas dignas de mención, como las notables biografías:"Serpico", de Sidney Lumet, de nuevo con Al Pacino, o"Bugsy", en la que Warren Beatty interpreta al gángster Bugsy Siegel, creador de la ciudad de Las Vegas, donde finalmente fue eliminado por sus iguales.

Puede que "El Padrino" de Francis F. Coppola y sus secuelas sean obras de ficción, pero nos ofrecen una visión magistralmente documentada de la historia de la presencia de la mafia italiana en Estados Unidos. Para lograr este realismo, Coppola rodó en localizaciones del Lower East Side, en concreto en 6th Street y Mott Street, entre Little Italy y Chinatown. El hijo del padrino, Michael Corleone, recibe su condecoración en la famosa catedral de San Patricio, en la 5ª Avenida.

Catedral de San Partick en la 5ª Avenida.

- © HannaTor / 123RF

Unos años más tarde, en 1985, el inmenso Coppola volvió a este lugar y a esta época con su grandioso"Cotton Club", un club de jazz regentado por la mafia que existió realmente durante la época de la Ley Seca en Nueva York. Duke Ellington y Cab Calloway actuaron allí (George Gershwin, Louis Armstrong y Sidney Bechet también lo hicieron), al igual que Charlie Chaplin y Gloria Swanson. Era una época en la que blancos y negros ni se mezclaban ni se codeaban. Como muestra Coppola, los negros estaban en el escenario y los blancos en el espectáculo.

20 años más tarde, cuando Marilyn Monroe se enteró de que el Mocambo, el famoso club sólo para blancos de Los Ángeles, se negaba a permitir que Ella Fitzgerald actuara allí, intervino ante el propietario y consiguió que la contrataran (pero a cambio tuvo que prometer su propia presencia en el club para cada nueva actuación). Gracias a ella, la inmensa artista negra inició su carrera nacional y luego internacional.

© Orion Pictures

La condición humana americana

Si la literatura estadounidense siempre ha nutrido su cine, es ante todo porque es el testimonio histórico de su sociedad.

Hollywood se ha servido de todos sus autores: Jack London (La llamada de lo salvaje), Fenimore Cooper (El último mohicano), Mark Twain (Las aventuras de Tom Sawyer), Scott Fitzgerald (Gatsby el magnífico, El curioso caso de Benjamin Button, El último magnate), el premio Pulitzer John Steinbeck (Las uvas de la ira, De ratones y hombres), Ernest Hemingway, (Por quién doblan las campanas, Las nieves del Kilimanjaro), Daphne du Maurier (Los pájaros, Rebeca), Tom Wolfe (La hoguera de las vanidades), John Irving (El mundo según Garp, Hotel New Hampshire), Stephen King (Dolores Claiborne, Shawshank, El resplandor) y Russell Banks (Un bello mañana, Aflicción). Todos ellos son pintores de la condición humana.

El cine de los años 70, deseoso de ser a la vez realista, justo y abierto al futuro, produjo muchas películas excepcionales. Trataron de la miseria en un mundo que prometía lo mejor, de la lucha de clases, de los delincuentes de guante blanco y la insolencia del dinero, de los tejemanejes políticos y ¡de la guerra de Vietnam! Así es como Michael Cimino -una vez más- se dio a conocer en 1978 con"Viaje al fin del infierno" (The Deer Hunter). Por primera vez, Hollywood nos hablaba del estrés postraumático que sufren los soldados que regresan de la guerra. La película es conmovedora y nos obliga a abrir la mente a los puntos ciegos de nuestras vidas. El tema del trauma de la guerra se utilizaría después ampliamente en la literatura y el cine.

Cuatro años más tarde, volvemos a encontrar este tema en"Rambo", donde este soldado sin par rompe a llorar al mencionar lo que vivió en el frente de Vietnam, en una guerra que no era la suya. Fue una oportunidad para que el mundo entero se enterara de que los veteranos de Vietnam se habían convertido a menudo en parias, incluso parias, en su propio país. Oliver Stone llevará este tema al cine con"Nacido el 4 de julio", adaptación de una autobiografía, protagonizada por Tom Cruise en el papel del veterano Ron Kovic.

En 2020, el prolífico e innovador oscarizado Steven Soderbergh ofreció dos documentadísimos relatos sobre cuestiones sociales con"Traffic", sobre las ramificaciones del tráfico de drogas en todo Estados Unidos, y"Erin Brockovich", sobre la contaminación del agua que provoca cáncer en el campo, y la batalla de una madre para obtener una indemnización de la fábrica responsable. Siguieron varias películas en esta línea. Entre ellas, "Contaminaciones", sobre la contaminación de las aguas subterráneas y las consecuencias para los cultivos, y"Crisis", sobre el tráfico de potentes analgésicos. En cuanto a escándalos basados en hechos reales, "Spotlight" investiga la pederastia en las parroquias de Boston en los años 70 y 80.

En los últimos años, el cine parece haber delegado en las series de televisión este deber de memoria y de relativización de la aventura humana. Hace 30 años, Steven Spielberg y Michael Crichton, el autor de Parque Jurásico, concibieron y produjeron la serie Urgencias, que dramatizaba la sala de urgencias del hospital Cook County de Chicago, con todo su dramatismo y emoción humanos. La serie perduró porque todo el mundo podía identificarse con ella. Crichton conocía el tema, ya que fue un joven médico antes de escribir guiones para Hollywood. John Carter era un poco como él en sus comienzos.

© Amblin Entertainment

Al mismo tiempo, el productor Dick Wolf lanzó una serie policíaca, Ley y Orden, muy realista y bien documentada. Explica el sistema judicial y penal estadounidense. Producida en localizaciones de Nueva York, a pulso o en planos, no resultaba muy cara de producir. Además, cuenta con excelentes actores y guionistas. Las tramas están muy bien elaboradas y los giros y sorpresas sobre un telón de fondo de arcanos jurídicos son imprevisibles.

El éxito de la serie llevó a la creación de no menos de 7 series derivadas. Después de 1.300 episodios, la serie sigue siendo tan cautivadora como siempre 30 años después. Ahora lo sabemos todo sobre el sistema judicial estadounidense y sus leyes. Y hemos visto Nueva York desde todos los ángulos. Lo mismo ocurre con los ciudadanos estadounidenses de toda condición, que ahora tienen acceso a un conocimiento completo de los arcanos de su país.

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En otro orden de cosas, la serie"Malcolm" era ciertamente humorística y a veces abofeteaba, pero abría nuevos caminos al pintar un retrato detallado de las clases media y trabajadora estadounidenses. El humor servía para abordar temas serios, incluso graves: la pobreza y las tensiones que engendra en el hogar, la educación, la lucha de clases, la desigualdad y la enfermedad, pero también temas puramente humanos como los padres, la estupidez, la avaricia, los celos, la ambición, las diferencias intrínsecas entre los individuos, así como la malicia, el espíritu de venganza, la fraternidad y la resiliencia.

"The Good Fight", actualmente producida por el inmenso Ridley Scott, explora el mundo de los negocios de Chicago, a través de la expansión de un gran bufete de abogados dirigido por afroamericanos, sus batallas a veces ideológicas, una ácida crítica del trumpismo, los estragos del fraude y la violencia policial contra los negros. En la misma línea, la serie"Goliat" narra la batalla moderna de David contra Goliat a través del renacimiento de un importante abogado. La lucha de los pequeños contra la codicia tóxica de las grandes empresas, que parecen no detenerse ante nada.

© Amazon Prime Video
por Salomé Busson
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