Pirineos Orientales: una semana en familia

Para tener una primera impresión de los Pirineos Orientales, ¿por qué no visitar su capital, Perpiñán? Perpiñán es el paradigma de la cultura catalana. Con sus callejuelas estrechas y sus barrios auténticos y coloristas, le encantará perderse por el hipercentro de la ciudad y contemplar sus monumentos emblemáticos, como el Castillet, que fue puerta fortificada de la ciudad en el siglo XIV, luego se convirtió en prisión del Estado, antes de convertirse en la sede permanente del Musée des Arts et des Traditions populaires. El museo expone el patrimonio catalán, con tres salas dedicadas a los grandes acontecimientos que han marcado la historia de la región y de la ciudad. El Castillet es mucho más que un monumento, es el emblema de Perpiñán.

Otro monumento que no debe perderse en Perpiñán es el Château des Rois de Majorque. Esta antigua fortaleza se puede visitar y permite descubrir otra faceta de Perpiñán, en una época en la que la ciudad era la capital continental, abarcando todo el territorio de las Islas Baleares, así como la aglomeración de Montpellier y partes del norte y sur de Cataluña.

A poca distancia en coche de Perpiñán (como les gusta llamarla a los lugareños), encontrará un precioso lago donde pasar un agradable día en familia y disfrutar de un chapuzón. Se trata del lago de Villeneuve-de-la-Raho, que cuenta con varias zonas: una reservada al baño y al ocio acuático, otra para pasear a orillas del lago y otra para hacer picnic, con barbacoas a disposición de los visitantes. Turistas y lugareños disfrutan especialmente reuniéndose en torno al lago para disfrutar de un momento de convivencia.

Argelès-sur-Mer, conocida como la capital europea del camping, es el destino preferido de los jóvenes de los Pirineos Orientales. Además de zonas de juegos infantiles en los campings, la ciudad ofrece una amplia gama de actividades de ocio, como minigolf, parques de atracciones y clubes infantiles en las playas. Si quiere estar seguro de complacer a su pequeño, ¡un día en Argelès-sur-Mer es una apuesta segura!

Collioure es un pequeño pueblo de los Pirineos Orientales, ideal para unas vacaciones soleadas entre mar y montaña. Situada en una cala a sólo 26 kilómetros de España, Collioure es una ciudad colorida y animada que atrae por igual a los más enérgicos y a los aficionados a la historia. Su playa de arena fina es el lugar ideal para extender la toalla y entregarse a una sesión de sol o de lectura en la playa.

Por último, sería una pena ir a Collioure sin explorar el casco antiguo, en particular el quartier Moré, el barrio más pintoresco de la ciudad. Se reconoce por el colorido de las fachadas de sus casas. Antiguo barrio de marineros y pescadores, está formado por un laberinto de calles empinadas y pintorescas. Aquí sentirá el ambiente de antaño de Collioure.

Tras varios días lejos de los lugares turísticos más populares del departamento, es hora de descubrir el interior de Cataluña y sus tesoros poco conocidos. Pero que sea poco conocido no significa que sea menos suntuoso. Sorède es un pueblo típicamente catalán, con casas de piedra de colores y numerosas plazas, a menudo con terraza, donde los lugareños se reúnen y se mezclan de la mañana a la noche. Aquí reina un ambiente muy especial.

Para una excursión en plena naturaleza, diríjase a la Vallée heureuse de Sorède, acertadamente bautizada, y a la Vallée des tortues, un parque de animales familiar dedicado a este animal tan especial.

En el casco antiguo de Céret, podrá perderse por sus callejuelas y disfrutar de un merecido descanso en una de sus sombreadas plazas. Éstas confieren a Céret mucho carácter. No deje de visitar el Museo de Arte Moderno, con obras de Picasso, Chagall, Dufy y Dalí.