10 días en el paraíso azul de Zanzíbar

Recién llegado a la capital de Zanzíbar, deje las maletas en el hotel y relájese unas horas junto a la piscina.

Después de recargar las pilas, salga a explorar el casco antiguo. Piérdase en el laberinto de callejuelas y arquitectura sorprendente. Descubrirá una deliciosa mezcla cultural de Oriente y Occidente. Aquí comienza el viaje y se despliega el picante encanto de Zanzíbar. El casco antiguo está repleto de suntuosos edificios cargados de historia y diversas influencias. Hay mezquitas, palacios de la época omaní, edificios coloniales y templos hindúes. Pero Stone Town es más conocida por sus majestuosas puertas de madera. He aquí una pequeña pista para reconocer su origen: las puertas con frontón cuadrado y friso con motivos de cadenas son de origen árabe, mientras que las que tienen un friso floral y frontón redondeado son de origen indio.

Por la noche, diríjase al mercado nocturno de Forodhani Garden. Aquí podrá descubrir la comida callejera de Zanzíbar. A los amantes de la comida picante les espera un agradable paseo por el paseo marítimo. Naans, kebabs, marisco, zumo fresco de caña. Hay para todos los gustos.

Desde Stone Town, se tarda menos de 20 minutos en barco en llegar a la enigmática Isla de la Prisión. Hogar de casi 200 tortugas gigantes, algunas de ellas casi bicentenarias, la isla puede visitarse en una tarde. La excursión suele combinarse con un paseo por la playa y buceo de superficie en el arrecife de coral. Una de las más bellas del archipiélago.

El precio puede oscilar entre 10 y 80 dólares por día, en función de tus necesidades y capacidad de negociación.

Los pintorescos pueblos de Jambiani y Paje están a una hora en coche de la capital. El ambiente aquí es el de un pueblo de pescadores, con canoas de balancín y redes remendadas. Este paisaje de ensueño es una sucesión de postales tropicales frente a una laguna azul bordeada de lánguidos cocoteros. Toda la costa oriental de la isla de Zanzíbar es, de hecho, una larga playa de arena blanca y brillante, soberbia.

Desde Jambiani, hay 30 minutos de autobús, o 15 si se alquila un coche, hasta Paje. También este pueblo goza de un ambiente maravilloso, donde relajarse a la sombra de los cocoteros. El este de la isla aún está relativamente poco afectado por el turismo de masas y goza de un ambiente muy tranquilo.

Un poco más al norte de Jambiani se encuentran los magníficos hoteles Pingwe, donde podrá darse un capricho. Aquí también se encuentra el emblemático restaurante "The Rock ", encaramado a una roca en el océano Índico. Mítico.

Frente a Pingwe se encuentra el pequeño atolón de las "estrellas de mar". Descubra este sublime arrecife de coral, donde encontrará cientos de estrellas de mar, cada una más colorida que la anterior. Disfrute de un cóctel al atardecer.

Tome la carretera y en hora y media llegará al encantador pueblecito de Matemwe. Un remanso de paz con poco turismo, donde podrá disfrutar de la playa más larga de Zanzíbar. Enclavada en la hondonada de esta extensión blanca de casi 10 kilómetros, Matemwe revela su encanto por su calma y tranquilidad.

La vida local aquí es más tradicional y auténtica, con pocos bares o restaurantes; ni siquiera hay máquinas expendedoras en el pueblo.

Navegue un poco más al norte para desembarcar en Nungwi, la emblemática localidad costera de Zanzíbar. Algunos dirán que es la playa más bonita de la isla, otros la encontrarán demasiado ruidosa y festiva. En cualquier caso, es el punto de partida de algunas de las mejores inmersiones de la isla. Mar adentro, el sublime atolón de Mnemba.

Mnemba, una pequeña isla triangular que bordea el majestuoso arrecife de coral de Zanzíbar, es famosa por la increíble belleza de sus fondos marinos. De hecho, es uno de los lugares de buceo más bellos de África. El lugar no ha sido tocado por el turismo de masas y ofrece magníficas salidas al mar. No es raro cruzarse con tortugas, mantarrayas, delfines y, según la temporada (y si se tiene suerte), ballenas jorobadas y tiburones ballena.

Antes de regresar a la capital, aproveche su último día en el norte de la isla para relajarse en la playa. A pesar de su popularidad, esta magnífica extensión de arena sigue siendo espléndida.

Y lo que es más importante, en Nungwi se puede nadar a cualquier hora del día. De hecho, el norte de la isla se libra del fenómeno de las mareas altas de Zanzíbar. ¿Y por qué no admirar la puesta de sol en un romántico crucero por el mar? Podrá contemplar el espectáculo en alta mar, mientras disfruta de los cantos y tambores tradicionales. Un cambio de aires garantizado.

De vuelta a Stone Town, aproveche para hacer algunas compras de recuerdos. Artesanía, telas, pinturas, pequeñas esculturas... éste es sin duda el lugar donde encontrará los tesoros más bellos traídos de Zanzíbar.