Ifrane, la "pequeña Suiza" de Marruecos

Cuando uno llega a Ifrane, sobre todo en invierno, tiene la sensación de haberse trasladado a otro país. Aquí, las casas tienen tejados inclinados, las palmeras han dado paso a los plátanos y hay poco o nada que recuerde a Marruecos, aparte de algún que otro minarete.

La región está habitada desde hace siglos, pero la ciudad de Ifrane tal y como la conocemos hoy en día fue construida por los franceses durante el protectorado, en la década de 1930. Entonces era una pequeña estación de deportes de invierno y senderismo. La ciudad recibió el sobrenombre de la Pequeña Suiza de Marruecos.

La arquitectura aquí es tan exclusiva de Marruecos, porque la intención en aquel momento era que ningún francés se sintiera fuera de lugar. Por eso verá tejados típicos de varias regiones francesas, como una casa con entramado de madera que le recordará más a Alsacia que a Marruecos.

Ifrane se puede visitar todo el año y tiene dos caras diferentes, ¡ambas igual de encantadoras! En verano, podrá disfrutar de un clima fresco cuando Fez y sus alrededores sufren un calor sofocante. Ideal para practicar senderismo. En invierno, las temperaturas descienden a menudo por debajo de 0 °C, la nieve asoma la cabeza y... ¡se puede esquiar!

Ya entonces, Ifrane se concebía como una estación de montaña donde las familias coloniales venían de vacaciones todo el año. Hoy en día, son las familias marroquíes más acomodadas las que aprovechan este lugar verdaderamente inesperado, ¡tanto en verano como en invierno!

El Parque Nacional de Ifrane, con sus 53.000 hectáreas, es majestuoso y alberga el mayor bosque de cedros del mundo, ¡una auténtica maravilla para la vista! Creado en 2004 para proteger este ecosistema único, el parque es un magnífico terreno de juego para los amantes del senderismo.

Para sumergirse en la inmensidad de este bosque de cedros, diríjase a Azrou, a pocos kilómetros de Ifrane. En medio de este "reino de cedros", la estrella del bosque es el cedro de Gouraud. Se le calcula una edad de 800 años y se dice que es el más grande de Marruecos. Aunque puede haber cedros aún más grandes en el Medio Atlas, hay que reconocer que éste es gigantesco.

Otra característica interesante de este bosque son los macacos de Berbería. Suelen ser numerosos al pie del cedro de Gouraud y no son muy tímidos, ya que los turistas les dan de comer (¡cosa que no recomendamos, por supuesto!). Pero también es posible cruzarse con algunos más salvajes en el bosque. Con su hermoso pelaje, estos monos no temen el frío cuando nieva, y es fascinante observarlos. Pero tenga cuidado, ya que estos animales pueden ser bastante impredecibles.

La región también es conocida por sus numerosos lagos, entre ellos algunos de los más famosos de Marruecos. Especialmente populares en verano, una excursión a uno de estos lagos es un verdadero soplo de aire fresco en el sofocante calor de la ciudad. Visite el lago Dayet Aoua, a sólo 15 km de Ifrane. Este bonito lago está situado a 1.460 metros de altitud y rodeado de bosques.

Para un tentempié o una comida económica, diríjase al mercado, donde encontrará varios restaurantes pequeños y establecimientos de comida rápida. Para una cena más elegante frente al fuego, diríjase a la parte alta de la ciudad, cerca de la estatua del león. Allí podrá elegir entre restaurantes y hoteles con un abanico de precios más amplio y una cocina más internacional.

Pero si lo que busca es una experiencia gastronómica, diríjase al hotel Michlifen Resort & Golf, con sus cuatro restaurantes, uno de los cuales sirve platos tradicionales marroquíes. Una experiencia culinaria inolvidable.

En el Michlifen Resort & Golf. Este complejo, situado a 1.650 metros de altitud, posee todas las ventajas de un hotel de lujo, pero en estilo chalet. El ambiente es refinado y cálido, las vistas de los alrededores son impresionantes y el hotel cuenta con varias piscinas, una pista de tenis y un spa de 3.500 m2. En resumen, una estancia chic y chill.