El valle del Dades y sus paisajes lunares

La creación de las gargantas del Dades es casi tan antigua como el propio mundo, remontándose a la era jurásica. Hace 200 millones de años, el océano ocupaba toda la zona y, con un clima tropical, se establecieron vastas extensiones de coral bajo el mar. Con el tiempo, los sedimentos se compactaron para formar las rocas areniscas y calizas que encontramos hoy en las paredes rocosas.

Los movimientos de las placas tectónicas han dado forma a estas largas cordilleras, entre ellas el Alto Atlas. Todo el arrecife de coral ha acabado en la cima de las montañas. Las aguas del río Dades se abrieron paso entre estas rocas, y el duro clima invernal dio lugar a las gargantas que vemos hoy.

El valle tiene 25 kilómetros de largo y una extraordinaria diversidad de paisajes. Situado a medio camino entre Imdiazen y Boulmane Dadès, cuenta con fabulosos paisajes donde la roca y las casas se funden en un marco sorprendente. ¡El valle es sorprendentemente rico! Pasará de almendros en flor a acantilados desérticos y de kasbahs a las escarpadas estribaciones del Atlas...

El valle del Dad és revela toda una serie de exuberantes oasis verdes alimentados por el oued del Dadés, en el corazón de un paisaje desértico. El oued du Dadès nace en el Alto Atlas y recorre 200 kilómetros para unirse al oued Drâa, no lejos de Ouarzazate. A lo largo de su recorrido, serpentea por el corazón del valle del Dadés, creando hermosos oasis de higueras, dátiles y almendros. Se dice que el valle produce los mejores dátiles de Marruecos.

Y aquí, justo en medio de este panorama lunar, se encuentran las gargantas del Dades, con sus rocas calizas y areniscas formadas hace millones de años. La famosa carretera que conduce a las gargantas y se adentra en el Atlas es una aventura en sí misma. En las gargantas, los colores de las rocas cambian a rojo, ocre o malva según la hora del día. Un espectáculo inolvidable.

Las sorprendentes formaciones geológicas que salpican el paisaje contribuyen en gran medida a la atmósfera misteriosa que reina aquí. El macizo de los "dedos de mono ", en particular, es una visita obligada. Los inmensos acantilados pueden alcanzar los 500 metros de altura, y se encontrará serpenteando por una impresionante carretera, encajada en las profundidades de las monumentales paredes.

La mejor manera de descubrir las gargantas del Dades es a pie, ¡desde dentro! Así podrá sumergirse de lleno en la majestuosidad que desprenden. Además del viaje en coche, que ya de por sí es estimulante, existen numerosas rutas de senderismo y paseos por las gargantas y sus alrededores.

Si decide hacer senderismo en el Dades, debe saber que la mayoría de los alojamientos pueden proporcionarle un guía. Es una buena oportunidad para conocer mejor la vegetación y la geología de la zona, así como la cultura de los habitantes del valle. De hecho, si el nivel del agua en las gargantas es alto, es obligatorio contar con un guía. En algunos lugares, las fallas son tan estrechas que la subida del agua puede ser peligrosa en los cañones.

Los "dedos de mono" son probablemente el espectáculo natural más famoso del Dades. Para descubrirlos, puede aparcar el coche en el mirador y bajar hacia los huertos. Cruce el uadi y encontrará el inicio del cañón (no dude en utilizar maps.me para orientarse o pregunte a alguien del pueblo que estará encantado de ayudarle).

A medida que avance por la grieta del cañón, ¡sentirá un auténtico placer! Una vez más, esto sólo es posible sin guía cuando el cañón está seco. Entonces llegará a los famosos "dedos de mono". Aquí, la erosión ha moldeado la roca en grandes bloques que se asemejan a dedos de mono. Los acantilados parecen esculpidos y ofrecen un espectáculo extraordinario.