Aït Ben Haddou, el mítico ksar del Atlas

Aït Ben Haddou es un ksar construido en el verde valle de Ounila. En otros tiempos, este valle era uno de los puntos de paso de las caravanas entre Marrakech y el sur del Sáhara. Un ksar es un pueblo fortificado de arquitectura bereber, rodeado por una muralla con viviendas en su interior. No debe confundirse con una kasbah (numerosas en Marruecos), que es un edificio cuadrado con una torre en cada esquina.

Los elementos más antiguos de Aït Ben Haddou datan del siglo XVII

. El ksar de Aït Ben Haddou ha conservado su autenticidad en cuanto a organización y construcción, así como sus materiales, con el uso de tierra roja, muy común en el sur de Marruecos.

El ksar de Aït Ben Haddou está inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Muy bien conservado, este ksar sigue siendo un excelente ejemplo de la arquitectura del sur de Marruecos, pero también del modo de vida y de organización de esta región de Marruecos en aquella época.

El ksar de Aït Ben Haddou incluye una mezquita, dos cementerios (uno musulmán y otro judío), una plaza pública y un granero comunal. Este último se utilizaba para almacenar los cereales cosechados para los años siguientes en caso de sequía, algo frecuente en esta región. También cuenta con un caravasar, un vasto patio rodeado de edificios utilizados para alojar a los caravaneros durante su largo viaje.

Y en el lado (mucho) más contemporáneo, Aït Ben Haddou también es famoso por haber servido de telón de fondo para varias películas, como las famosas Gladiator, Lawrence de Arabia y, más recientemente, la serie Juego de Tronos.

¿Por qué visitar este ksar en lugar de otro? Pues sencillamente porque es probablemente el más bello y uno de los mejor conservados del reino. Pero también porque los paisajes que rodean el ksar son soberbios, con exuberantes jardines y montañas resplandecientes.

La belleza de este lugar reside principalmente en su exterior. Aït Ben Haddou llama la atención por su arquitectura, típica del sur tradicional de Marruecos. Su estructura y sus viviendas de color ocre la hacen muy fotogénica. Así que, antes de visitarlo, no olvide detenerse en el mirador que hay junto a la carretera (hay mucho aparcamiento) para disfrutar de una magnífica vista panorámica del ksar y las montañas circundantes.

A continuación, llegará al ksar tras cruzar un pequeño río: el Oued Assif Ounila. Este río suele estar seco. Sin embargo, en época de lluvias se llena y se cruza sobre unas piedras improvisadas. Si lo prefiere, existe otra vía de entrada (que es más comúnmente la vía de salida) cruzando el puente.

El paseo hasta el pueblo es agradable, ya que transcurre por calles estrechas llenas de encanto. Encontrará numerosas tiendas de artesanos y artistas. Y como en la mayoría de los lugares turísticos de Marruecos, los comerciantes intentarán sin duda que entre en sus tiendas, pero nada insistentes, el ambiente es más bien relajado.

Le recomendamos que suba a la cima del ksar, al antiguo granero, para contemplar el pueblo de abajo y las montañas del Atlas. Es magnífica, sobre todo al atardecer.

Por último, en lo alto del ksar, a la altura de las últimas viviendas (antes de subir al desván), no dude en hacer una breve pausa en el salón de té. La terraza es un lugar ideal para saborear un té a la menta admirando el panorama.

Para disfrutar al máximo de Ait Ben Haddou, puede optar por pasar una noche dentro del ksar. Sólo hay una opción de alojamiento para ello: la Kasbah Tebi. Se trata de una casa tradicional del ksar, sin electricidad y a la luz de las velas. Una experiencia encantadora e inolvidable.