En el siglo XIII, el Duero era el principal medio de transporte de fruta y vino de Oporto, gracias a los "Barcos Rabelos", embarcaciones de fondo plano sin quilla, un solo mástil y vela cuadrada. Eran la forma más rápida y eficaz de transportar barriles de vino desde el valle del Duero hasta la ciudad de Oporto. Desde allí, el vino se comercializaba y exportaba a todo el mundo. Posteriormente, a finales del siglo XIX, se construyó una línea de ferrocarril a lo largo del Duero, seguida de carreteras de carruajes durante el siglo XX.
La actividad empezó a declinar y casi desapareció a partir de 1961 con el nuevo programa hidroeléctrico, con la instalación de varias presas por todo Portugal para producir electricidad y crear reservas de agua para regar las tierras. En aquella época, sólo quedaban 6 barcazas en funcionamiento, y hoy todas se han transformado en actividades turísticas con minicruceros o simplemente expuestas frente a las bodegas de Oporto. El 24 de junio, día de San Juan, si está en Oporto, podrá revivir esta época con una regata de barcos rabelos, que podrá contemplar por la tarde en el río Duero.