Al aterrizar en la capital tunecina, uno se da cuenta enseguida de la importancia de este lugar mítico, que ha dado nombre a más de sesenta ciudades de todo el mundo. Las más famosas son Cartagena, en Colombia, y Cartagena, en la provincia española de Murcia. Inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1979, el yacimiento arqueológico de Cartago se encuentra a sólo 20 minutos de las pistas y es una visita obligada en cualquier viaje a Túnez.
No se pierda: el anfiteatro, el Museo Nacional de Cartago y su jardín, el foro romano, el barrio de Aníbal, la catedral de Saint-Louis en lo alto de la colina de Birza, las termas de Antonino, las cisternas de 60.000 m3 y el museo oceanográfico de Salammbô, entre los dos puertos púnicos, junto a la necrópolis para niños pequeños (el Tofet). Los vestigios de la época púnica (es decir, antes de los romanos) incluyen el Tophet, el lugar de culto púnico más antiguo, situado en un gran jardín en el barrio de Salammbô, y los antiguos puertos de guerra y comercio.