Las murallas de Saint-Malo

Uno de los rasgos arquitectónicos más característicos de Saint-Malo son las famosas casas corsarias, que fueron viviendas de ricos armadores maluines y son fácilmente reconocibles gracias a sus altas fachadas de granito. Estas casas forman parte del encanto de esta pequeña ciudad bretona, por lo que le recomendamos que se detenga un momento para admirarlas, y en particular el Hôtel d'Asfeld, que es la residencia corsaria más conocida. Construido para el armador Magon de la Lande, está catalogado como Monumento Histórico desde el año 2000, y puede visitarse con comentarios de los propietarios.

Continúe su visita hasta el Bastión de la Hollande, que sigue repleto de cañones y es un recuerdo de su pasado defensivo. Desde aquí, podrá admirar la playa de Bon Secours, donde se encuentran los famosos trampolines y la piscina de agua de mar creada por René Lesaunier, que se ha convertido en un punto de referencia para turistas y lugareños.

Gracias a su excepcional ubicación, las murallas son el lugar ideal para admirar la magnífica vista sobre el panorama y la bahía de Saint-Malo, en particular desde la Tour Bidouane, que ofrece una vista sobre toda la bahía, y será el lugar perfecto para admirar las islas de Grand Bé y Petit Bé, donde está enterrado el gran escritor Chateaubriand.

En este punto del recorrido, continúe a lo largo de las murallas hasta la Porte y la Place Saint Vincent, actual puerta principal del Intra-Muros. Justo al lado se encuentra la Grand' Porte, la puerta más antigua y origen de las murallas medievales. Admire la arquitectura, que rápidamente nos traslada a este patrimonio histórico, y deténgase un momento ante la magnífica Cathédrale Saint-Vincent, que combina un estilo románico y gótico.

Frente a la Porte Saint Vincent, puede cruzar el jardín del foso, que conduce directamente al Château de la Duchesse Anne, del siglo XV, un magnífico legado de la época medieval. Por supuesto, puede visitar el castillo, que también es fascinante, ya que alberga el Museo de Historia de Saint-Malo en el Grand Donjon, así como el Museo Etnográfico en la Tour Générale.

Por último, déjese llevar al sur del puerto de Saint-Malo, donde encontrará el encantador barrio de Saint-Servan, repleto de deliciosos restaurantes y lugares históricos. Uno de los principales monumentos es la hermosa Tour Solidor, que cuenta con una larga historia. Construida en 1382 para controlar la ciudad, más tarde fue ocupada por los militares, utilizada como prisión durante la Revolución y como almacén durante el Imperio. Aunque hasta hace poco era posible visitar su museo Cap Horniers, sus colecciones se han trasladado ahora al Museo de Historia Marítima de Saint-Malo.

El barrio de Saint-Servan también alberga el puerto deportivo de Sablons, donde podrá admirar la elegancia de los yates, pasear tranquilamente por el muelle, así como la playa de Bas Sablons, un lugar tranquilo y familiar, antes de terminar su paseo con un tazón de sidra y un crêpe en una de las creperías tradicionales del barrio.