El salto de esquí olímpico de Bergisel

Bergisel es una importante atracción turística por su historia. La primera competición se celebró aquí en 1927, sentando las bases para muchas otras. A lo largo de los años, el trampolín se ha remodelado varias veces, ya sea por motivos de seguridad (en 1941 se derrumbó la torre de salida) o para albergar grandes acontecimientos deportivos, como los Juegos Olímpicos de Invierno entre 1964 y 1976.

Tras otro problema de seguridad en 1999, la ciudad de Innsbruck convocó un concurso internacional para transformar por completo el salto de esquí. La propuesta de la arquitecta Zaha Hadid destacó sobre las demás. En 2002, se voló el antiguo trampolín, se reconstruyó y se cubrió con alfombras para poder utilizarlo en los saltos de verano.

El arquitecto ha descrito su creación como un "híbrido orgánico", ya que la estructura combina un gran edificio con un puente, que a su vez está unido a una torre. En lo alto de la torre se ha instalado la rampa. Zaha Hadid también ha añadido un ascensor que recorre 250 metros en dos minutos, una escalera de 255 peldaños y un restaurante con terraza panorámica.

👛 La entrada cuesta 10 euros por adulto. Pero también forma parte de la Innsbruck Card , que da acceso a todas las atracciones turísticas de la capital del Tirol.

¿Cómo se llega?

👉 Hay dos formas de llegar a la cima: subir los 255 escalones o tomar el ascensor, que te lleva 250 metros más arriba en sólo dos minutos. Así podrás llegar a la terraza del tejado de la torre y disfrutar de una increíble vista panorámica.