El museo de la vida burgalesa, una escapada pintoresca

El Museo de la Vida Borgoñona nació de la pasión de Maurice Bonnefond Perrin de Puycousin. Inicialmente conservador, este hombre acabó interesándose especialmente por la vida en los alrededores de Dijon durante los siglos XVII y XVIII. Hoy en día, en este museo se pueden contemplar numerosas colecciones que incluyen objetos cotidianos de esta época, trajes y tocados tradicionales, loza... Además, el Musée de la Vie bourguignonne está instalado en un antiguo convento, el monasterio de las Bernardas. Podrá disfrutar de un completo cambio de aires, entre edificios antiguos y objetos antiguos, durante su estancia en Dijon. En pareja, en familia o con amigos, el museo de la Vie bourguignonne le espera.

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La historia del Museo de la Vida Bourguignonne

El Musée de la Vie bourguignonne está situado en la ciudad de Dijon, a dos pasos de la iglesia de Notre-Dame. Se trata de un museo de etnología borgoñona, la mayor parte de cuyas colecciones fueron reunidas por Maurice Bonnefond Perrin de Puycousin. Este gran coleccionista fue primero conservador del museo de Tournus, antes de lanzarse a la creación del Musée de la Vie Bourguignonne en 1938.

Si le interesa saber más sobre los comercios de Dijon, éste es el lugar indicado. Entre 1886 y 1991, la vida comercial de Dijon estuvo en pleno auge. Durante este periodo se construyó la Halle Ballard y se introdujeron nuevas normas. Para mantener las calles despejadas, todos los puestos se instalan en el interior, en tiendas adaptadas. Peluquerías, farmacias, ultramarinos, carnicerías y otros comercios llenaban las calles. Algunas reliquias, como carteles publicitarios de la época, pueden verse en el Musée de la vie bourguignonne.

No olvidemos que Dijon también ha estado marcada por el paso de la industria. La industria fue especialmente activa en 1875, y la importancia de este periodo sigue patente hoy en día en las colecciones del museo.

Ubicación del museo

Desde 1985, el Museo de la Vida Bourguignonne ocupa el emplazamiento del monasterio de las Bernardas. Así que no sólo podrá disfrutar de las colecciones, sino también de la arquitectura de este edificio del siglo XVII.

© Jean-Marc Pierard / Shutterstock

La Guerra de los Cien Años afectó especialmente a las comunidades monásticas cistercienses, que quedaron desorganizadas y reducidas en tamaño tras este acontecimiento. En respuesta a estos nuevos problemas, nació la Contrarreforma para oponerse a la Reforma protestante. A partir de entonces, las mujeres desempeñaron un papel más importante en estas comunidades. Una de las más famosas fue Jeanne de Courcelles de Pourlans, que ingresó en la primera abadía femenina de la orden cisterciense. Jeanne de Pourlans llegó a Dijon en 1623 y se instaló en una casa con jardín en 1624. Con el tiempo, el edificio se amplió hasta alcanzar las murallas de la ciudad de Dijon en 1679, año en que se iniciaron las obras del claustro.

Las colecciones del museo

El Musée de la vie bourguignonne cuenta con un amplio abanico de colecciones, no todas relacionadas con el periodo industrial.

En primer lugar, se pueden admirar los trajes regionales femeninos, que se suelen llevar en días festivos. Se exponen encajes, trenzas, vestidos de seda, etc. Cada traje tiene su propia explicación. También se exponen los tocados, que demuestran la destreza y el refinamiento sin igual de las encajeras y costureras. En aquella época, era necesario ocultar parte del cabello bajo estos tocados, que diferían de una región a otra. He aquí una retrospectiva de los trajes y tocados tradicionales de Dijon a través de los tiempos.

Vista exterior del monasterio de las Bernardas, Dijon, Borgoña-Franco Condado, Francia.

- © Borisb17 / Shutterstock

Otra colección está dedicada a los objetos cotidianos, recogidos entre 1880 y 1930. Aquí se evoca la vida en el campo, se relata la vida de los escolares de los siglos XIX y XX y se muestran ilustraciones de bodas de la época. Pero cuando hablamos de objetos cotidianos, también hablamos de comida y vida doméstica. La conservación de alimentos, la preparación de comidas, los utensilios de cocina, los percheros, las tinajas y muchos otros objetos están expuestos.

Por último, también podrá disfrutar de dos dioramas, o grandes cuadros, que ilustran a la perfección el interior de una casa durante aquellos años.

La loza también es un elemento básico de Dijon, y se ha arraigado firmemente en la ciudad a lo largo de las décadas. Muchos grandes nombres han pasado por estas paredes, mientras que la técnica grand feu nunca ha dejado de dar que hablar. Las cerámicas están recubiertas de todo tipo de decoraciones, y la producción de Dijon se destinaba a clientes particulares. Lo interesante es que las decoraciones de esta loza permanecieron inalteradas entre los siglos XVII y XVIII.

Si desea conocer más de cerca esta producción típica de Dijon, puede aprovechar esta colección completa, con cerámicas en muy buen estado.

🍴 ¿Dónde comer?

A pocas calles de distancia, el Piano qui Fume es un restaurante tradicional que ofrece una gama de menús basados en productos frescos y locales, todos caseros. El restaurante también cuenta con una amplia carta de vinos.

por Naomi Tapiero
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