Los 10 hoteles más lujosos de Mauricio

Situado en una cala de arena de Grand Baie, este hotel de cinco estrellas es una pequeña joya refinada. El Royal Palm Beachcomber es todo elegancia con sus techos de paja y relajación junto a la playa o en el spa. Debe su nombre a las 500 palmeras que rodean sus edificios de mármol gris dorado y madera de nogal.

Favorito de las celebridades, el hotel ha acogido en su suite presidencial a ex presidentes, grandes futbolistas y actores de todo el mundo. En una galería de arte se exponen artistas mauricianos contemporáneos en ciernes, como Gael Froget, y las cómicas fotografías en blanco y negro de Eric Cuvillier.

Las 69 espaciosas suites tienen como telón de fondo naranjas, verdes y azules tropicales. Todas las habitaciones disponen de bañera en forma de cuenco con ducha separada, ventanas correderas del suelo al techo, biombo con motivos Mashrabiya de estilo árabe y minibar de cortesía.

One&Only St Géran es un icono en su género, situado en una península privada y que ofrece un servicio legendario. El hotel debe su nombre al barco Le Saint Géran, que naufragó frente a la costa, dando origen a la leyenda de Paul y Virginia, una historia similar a la de Romeo y Julieta.

Construido en 1975, es el primer complejo de lujo de la isla. Su arquitectura de estilo colonial se mezcla con un discreto clasicismo contemporáneo en cálido mármol blanco, teca y obras de arte que reflejan el entorno tropical. La decoración se inspira en las antiguas fábricas de caña de azúcar y las casas de las plantaciones.

A lo largo de la península, las 142 espaciosas habitaciones y suites tienen vistas al océano o a la cala. Los interiores contemporáneos son elegantes y confortables, con suelos de efecto madera, sofás y muebles de roble americano. Todas las suites incluyen servicio de mayordomo y una cabaña privada en la playa o junto a la piscina.

Propiedad de una familia mauriciana desde hace cinco generaciones, este galardonado hotel es el único de la isla compuesto exclusivamente por villas. Situado en exuberantes jardines tropicales, el hotel es uno de los más privados de la isla, con la montaña Tamarin como telón de fondo. El hotel está a unos 30 minutos a pie de la playa.

La arquitectura del Maradiva refleja la herencia mestiza de la isla. Con techos de catedral y paredes amarillas y ocres, el hotel es lujoso sin ser ostentoso. Su espacioso spa ayurvédico parece un templo, con objetos indios y piscinas en cascada a la sombra de hibiscos.

Las 65 elegantes villas y la piscina están discretamente ocultas a la vista. Las villas del jardín ofrecen las mejores vistas de la montaña Tamarin, enmarcadas por árboles exóticos. Las habitaciones cuentan con nuevos suelos de madera noble, suave mobiliario naranja oscuro y obras de arte originales.

Con tres empleados por villa, el servicio personal es impecable. Los huéspedes pasan la mayor parte del tiempo en el gran porche con piscina y tumbonas.

Este hotel de cinco estrellas en la península de Le Morne ofrece un lujo a medida tanto para parejas como para kitesurfistas. Con las montañas como telón de fondo, ofrece habitaciones de estilo balinés, un auténtico restaurante tailandés y un excelente spa.

LUX* Le Morne es un lugar de relajación y romanticismo. Hay impresionantes vistas al mar desde el vestíbulo y cinco piscinas esculpidas que serpentean por el jardín, así como un encantador spa LUX* Me. En los jardines tropicales hay sofás profundos, una cama colgante y un columpio.

Con suelos de madera, techos altos de ratán con ventiladores, baños de mármol y amplios balcones, las habitaciones son sencillas, elegantes y confortables.

El énfasis se pone en las experiencias extraordinarias, hechas a medida, como cestas de picnic gourmet personalizadas, clases magistrales con chefs locales y clases de kitesurf.

En esta suntuosa casa de plantación, el JW Marriott Mauritius Resort opta por un estilo elegante con servicio de mayordomo y una excelente selección de restaurantes. Situado en uno de los tramos de playa más magníficos del suroeste de Mauricio, el hotel se asoma al gigantesco monolito Le Morne Brabant.

Hechas de basalto y madera, y pintadas de color topo, las columnatas victorianas y las tumbonas de tela junto a la gran piscina central invocan un glamour pasado, mientras que el spa es atrevidamente contemporáneo.

172 habitaciones están orientadas al mar y reflejan una discreta elegancia con artefactos modernos. Las suntuosas suites frente al mar tienen techos altos, amplias terrazas, camas con dosel y camas de hidromasaje para parejas en el baño.

El amable personal le hará sentirse como en casa. El hotel cuenta con un cine privado junto a la gran biblioteca. El spa ofrece experiencias exquisitas, como un masaje de ylang ylang para parejas en una cabaña junto a la playa, con un desayuno detox.

El Touessrok by Shangri-La ofrece una elegancia de estilo asiático con un toque mauriciano en un entorno tropical divino. Situado en un promontorio de la costa este, cerca de Trou D'Eau Douce, el hotel cuenta con cinco playas de arena blanca. Islet Mangénie, una isla privada exclusiva para huéspedes, e Ile aux Cerfs están a 10 minutos en barco.

Touessrok cuenta con senderos bordeados de palmeras que atraviesan jardines tropicales hasta llegar a villas de estilo mediterráneo.

El excepcional servicio es uno de los más amables de la isla: personal en segway reparte brochetas de fruta, sorbetes y bebidas en la playa; un mayordomo está disponible las 24 horas en las villas.

Las 203 habitaciones y suites reformadas frente al mar presentan madera de mango tropical en bruto, suelos de mármol y muebles y obras de arte hechos a medida. Las suites más codiciadas se encuentran en el ala Frangipani, más privada, a la que se accede por un puente de madera desde el vestíbulo central del hotel.

Este espacioso pero íntimo refugio debe su nombre al príncipe Maurice Van Nassau, pionero del comercio de especias en el Océano Índico. El carácter rico y cálido del hotel impregna su arquitectura colonial y su cocina con especias regionales.

Protegido en la costa noreste, parte del hotel se alza en los manglares con vistas a las montañas y a algunas playas solitarias de arena blanca. La piscina infinita es una de las más bonitas de la isla, con cabañas para dos personas.

La comodidad de los huéspedes es una prioridad, y con casi dos empleados por huésped, la atención está garantizada. El discreto y encantador personal hace todo lo posible para garantizar una experiencia especial.

Este hotel tranquilo, discreto y apartado rezuma lujo, con 89 suites y villas enclavadas en 60 hectáreas de vegetación tropical. La Princely Villa es una de las más privadas de la isla, con playa propia, dos piscinas, tres terrazas y mayordomo 24 horas. Un precioso paseo iluminado con farolillos por los manglares permite admirar una puesta de sol perfecta sobre las montañas.

El hotel, situado en una apartada laguna de la costa este, ofrece villas con piscinas ultraprivadas y elegantes, restaurantes junto al agua y un spa sobre pilotes en los manglares. El servicio Four Seasons también se extiende a una playa exclusiva en Île aux Cerfs.

El hotel más glamuroso de la costa está rodeado de jardines tropicales y ofrece una decoración interior y exterior de estilo mauriciano contemporáneo, con pabellones de agua, suelos de madera y hermosas terrazas.

Cada huésped recibe una bicicleta, lo que da al complejo un aire de pueblo. Los carriles bici bordeados de hierba se mezclan con los jardines. La guinda del pastel: el hotel cuenta con tres playas privadas con un servicio excepcional y cuatro piscinas, incluida una piscina infinita de varios niveles.

El énfasis se pone en las experiencias de alto nivel, como clases de boxeo, buceo con tubo con un guía de WiseOceans, green fees gratuitos e ilimitados en dos campos de golf de campeonato, excursiones privadas en barco para ver los monos cerca de Grand Riviere, en el sureste.

Inspirado en el naturalista irlandés del siglo XIX Charles Telfair, este complejo de cinco estrellas de estilo colonial está situado en la finca azucarera de Bel Ombre. Ofrece tanto privacidad como espacios verdes abiertos.

Es uno de los pocos hoteles de estilo colonial de la isla, con un pintoresco estilo de "pueblo francés" y letreros antiguos. Este hotel de lujo combina la arquitectura de las plantaciones con líneas contemporáneas relajantes y colores inspirados en la naturaleza.

Las habitaciones y suites, diseñadas en estilo colonial frente al mar, son generosas en tamaño y cuentan con ventanales, amplios cuartos de baño y balcones, e interiores contemporáneos con una pieza decorativa inspirada en la naturaleza de Christian Lacroix.

Todas las habitaciones disponen de servicio de mayordomo 24 horas. Dos piscinas, un centro de buceo PADI y un campo de golf de 18 hoyos completan las instalaciones del hotel. Por último, el spa, ubicado en un pabellón de bienestar total, es perfecto para equilibrar los chakras. Las actividades incluyen yoga al atardecer y "natación en el bosque", safaris a pie, paseos en quad y bicicleta de montaña por la Reserva Natural del Patrimonio y excursiones en bicicleta eléctrica.

Enclavado en jardines tropicales llenos de flores, el Lakaz Chamarel es un refugio para un retiro completo en plena naturaleza. Situado a 400 m de altitud en las verdes colinas, a 10 minutos a pie del pueblo de Chamarel, en el suroeste, el hotel está a las puertas de la garganta del río Negro.

El ambiente es acogedor y bohemio, con estatuas de divinidades en el hermoso jardín. Un techo de palma, asientos de cuero y granito recuperado se combinan con obras de arte originales y muebles familiares antiguos en la casa principal.

Los ecolodges y las suites están discretamente enclavados entre árboles de mango, frangipani e hibisco, y los huéspedes pueden explorar los terrenos con los jardineros. El hotel es como una casa de huéspedes, pero con un servicio de primera clase.