Regreso a la época colonial. Fundada por la familia Wiehe (que sigue siendo su propietaria) en 1776, la finca ocupa 540 hectáreas. El castillo, construido en 1856, tiene un estilo típico de las residencias coloniales del siglo XIX. Durante mucho tiempo fue propiedad privada, pero ahora está abierto al público y puede visitarse casi en su totalidad, desde los salones hasta los comedores y dormitorios. Se exponen lujosos muebles de época.
Diríjase al castillo de Labourdonnais. Aquí todo rezuma historia colonial. Situado en la ciudad de Mapou, a pocos kilómetros de Grand Baie y Port Louis. Esta joya del patrimonio mauriciano ostenta una decoración de más de 150 años. Jóvenes y mayores pueden sumergirse y maravillarse con su estilo de vida del siglo XIX y su encanto francés. Aquí conviven la historia, los huertos, la flora, la gastronomía, el saber hacer local y el savoir-vivre. La residencia de dos plantas, con sus altas columnas y su balcón con vistas al horizonte azul, es un éxito inmediato entre los visitantes. Es fácil imaginarse aquí, saboreando un poco de ron o disfrutando de una papaya del huerto con la suave brisa. En las cocinas, el chef va a recoger a su huerto para preparar el menú del día. Una parada en este restaurante garantiza un delicioso interludio culinario en un entorno auténticamente mauriciano.
La historia del castillo
Su carácter histórico fascina y atrae a los visitantes. Por ello, se han desarrollado varios proyectos para poner de relieve sus facetas culturales e históricas y, al mismo tiempo, revalorizar su patrimonio. Gracias al museólogo Claude Fauque y al renombrado escenógrafo francés Alexandre Fruh, la finca se ha posicionado para convertirse en un destino imprescindible en Mauricio.
Four Seasons Resort Mauricio en Anahita
Situado en la costa este de Mauricio, con la montaña Bambous al fondo, el Four Seasons Resort Mauritius at Anahita se extiende por una finca de 26 hectáreas, incluida una isla privada de más de 4 hectáreas.Entre 2006 y 2010 se llevaron a cabo importantes obras y renovaciones. El castillo alberga actualmente una exposición con un cortometraje de gran calidad sobre las obras y la renovación. También se ha añadido un pequeño museo que recorre la historia de la finca y la vida colonial en la isla.
¿Qué puede ver en esta zona?
Alrededor del castillo, los campos de caña de azúcar se extienden hasta donde alcanza la vista. Son la fuente principal de la historia de la finca, donde han trabajado muchas personas. Desde 1959, un huerto complementa este magnífico marco natural. Además de la fruta, la producción de la finca se ha diversificado con las hortalizas, con la llegada de un vivero. Por último, en 2000 se instaló aquí una plantación de vainilla, una intensa actividad típica de Mauricio.
Hoy en día, los visitantes pueden pasear por los jardines y huertos, encontrando plantas endémicas como unas cincuenta especies de mangos centenarios, árboles de especias y árboles exóticos.
Los visitantes tienen dos opciones para recorrer esta inmensa finca: un paseo por los senderos para descubrir los diferentes jardines, o un paseo en el expreso de Labourdonnais, un pequeño tren que pasa por los lugares de visita obligada. Los más afortunados podrán cruzarse con las tortugas gigantes de Aldabra, que descansan a la sombra de árboles centenarios.
Tras un recorrido por el castillo y los jardines, los visitantes se adentran en un sorprendente viaje culinario. La visita termina en el bar de degustación, donde podrá despertar sus sentidos con productos 100% mauricianos. Se puede pasear por la destilería, donde se ofrece una amplia gama de rones, entre ellos diez que han ganado medallas internacionales. También está abierta al público una charcutería, La Corbeille, que ofrece productos locales. Encontrará zumos de fruta fresca y mermeladas, así como helados y sorbetes elaborados con recetas tradicionales. No hay duda de que sus papilas gustativas serán mimadas en esta zona.
El viaje gustativo continúa con dos restaurantes. La Table du Château da la bienvenida a los gourmets para que descubran la gastronomía mauriciana, generosa y refinada. El chef ofrece un menú creativo, evolutivo y único, inspirado en recetas familiares. Todas las verduras se cultivan en la finca. La cocina del chef destaca por su toque de cítricos, hierbas y especias. Por último, la otra dirección que no hay que perderse es La Terrasse. Se encuentra a dos minutos del castillo. Es una cafetería acogedora y agradable que ofrece una cocina sabrosa con opciones más europeas para todos los gustos: ensaladas, croque-monsieur, pasta, quiches y mucho más.
Información práctica
⏰ El dominio de Labourdonnais abre todos los días de 9.00 a 17.00 h, con entrada final a las 16.00 h. Por término medio, la visita del conjunto (castillo y jardines) dura 2 horas.
👉 Si busca un bonito recuerdo, la tienda del castillo dispone de una amplia gama de regalos típicos de la isla, así como productos de los Domaines de Labourdonnais, objetos decorativos relacionados con el arte de vivir colonial y artesanía de los artesanos locales.
👛 Existen varios paquetes para visitar el dominio. Los grupos que deseen realizar una visita más original y divertida pueden optar por la visita con cata a ciegas de productos mauricianos o por un taller de elaboración de rhum arrangé (que luego pueden llevarse a casa).
👉 Es posible reservar ciertas partes de la finca para eventos, como la Table du Château o la sala Ernest Wiehe. Esta última se utiliza a menudo para recepciones, conferencias, sesiones de formación o exposiciones.