Todo comienza en la impresionante antigua entrada principal a la Ciudad Vieja, la Puerta de la Prisión, que actúa como una máquina del tiempo para los visitantes. Una vez atravesado este portal espacio-temporal, se sumergirá en la época medieval, ya que es el punto de partida para descubrir la estructura general de las murallas defensivas de la ciudad. Prueba de la importancia estratégica de la situación de Vannes en el fondo del golfo de Morbihan, los restos de la muralla galo-romana son también testimonio de su pasado secular.
Como si hubiera sido creada para un curso sobre la evolución de la arquitectura militar, esta muralla presenta también una sucesión de puertas fortificadas y torres defensivas de los siglos XIV y XV, entre las que destaca la Tour du Connétable, verdadero símbolo de la ciudad.