La ruta comienza con un corto paseo de aproximación desde el telecabina Mottaret, donde podrá descubrir las primeras dificultades de la vía ferrata. A continuación, cruzará puentes de mono y tirolinas para llegar a la parte más difícil de la ruta, una vertical de 300 metros. Tras este tramo, podrá alcanzar la cima de la Dent du Burgin, desde donde podrá disfrutar de unas impresionantes vistas de los Alpes circundantes.
El descenso se realiza en rápel, con una longitud total de unos 600 metros. Se recomienda estar en buena forma física y tener experiencia previa en vías ferratas antes de embarcarse en esta ruta. También debe ir debidamente equipado con arnés, casco, guantes y calzado de escalada.