Ciudades lacustres, otras maravillas de la Alta Saboya

Yvoire, un pueblo que se adentra en el agua, se eleva sobre un pequeño puerto y está flanqueado por calles serpenteantes que descienden hasta el lago Lemán. Se entra en el pueblo por la Porte de Rovorée y se avanza por las calles bordeadas de casas de piedra adornadas con flores. Instintivamente, se siente atraído por el reluciente campanario de acero inoxidable, que recuerda el vientre plateado del pez féra. El castillo del siglo XIV domina el lago Lemán.

A continuación, podrá realizar un breve crucero por el lago a bordo de una embarcación electrosolar. Disfrutará del silencio y de las hermosas vistas del pueblo. Y si no le gustan los barcos, vaya al Jardin des Cinq Sens (Jardín de los Cinco Sentidos ) de Yvoire, clasificado como Jardín Notable por el Ministerio de Cultura y Comunicación francés. Este laberinto de plantas ofrece un viaje sensorial. Pasee con la nariz al aire para despertar sus sentidos.

Capital de la región saboyana de Chablais, Thonon-les-Bains domina el lago Lemán con audacia y gracia. Esta ciudad lacustre cautiva por su bonito puerto, su animado y bullicioso centro y sus increíbles vistas al lago azul. Thonon-les-Bains es un gran lugar para vivir, con una amplia oferta de eventos culturales, deportes náuticos y actividades comerciales.

Una vez en la ciudad, puede visitar la iglesia de Saint-Hippolyte, la basílica de Saint-François-de-Sales y el Musée du Chablais. Este último se encuentra en los sótanos abovedados del castillo de Sonnaz. Una sala de exposiciones cuenta con humor la historia del contrabando en la región. Otra sala está dedicada al transporte fluvial por el lago Lemán. El emblema de la ciudad sigue siendo el castillo de Ripaille, donde historia y naturaleza se dan la mano. El edificio fue adquirido en 1892 por Frédéric Engel-Gros, amante del arte. Este restauró el castillo, que hoy combina arquitectura medieval y Art Nouveau.

Tan tranquila como fotogénica, Evian-les-Bains es el destino perfecto para un fin de semana de relax. Tras un paseo por sus calles peatonales, puede darse un capricho en un balneario. La ciudad está repleta de tratamientos termales, sobre todo en las Thermes Evian, situadas entre el centro y el puerto.

In situ, podrá visitar los jardines acuáticos de Pré-Curieux, una casa neocolonial donde podrá observar flora y fauna protegidas. Te sumergirás en una atmósfera zen entre torrente, estanque y delta.

No necesita presentación... Annecy es lo que podríamos llamar una joya emblemática de Francia. Conocida, reconocida... a veces demasiado conocida, la ciudad atrae a turistas de todo el mundo. Las multitudes vienen a refugiarse entre el agua y las montañas, en medio de una naturaleza pura y virgen. Una excursión a pie o en bicicleta permite descubrir los pueblos vecinos, desde Veyrier, un bonito pueblo recientemente renovado, hasta Talloires. La naturaleza reina desde Angon hasta Doussard.

Annecy es también la cuna del parapente desde los años setenta. Hoy en día, las escuelas de parapente son habituales. Los aficionados al deporte también pueden practicar senderismo, ciclismo, deportes acuáticos y esquí en invierno. No se pierda la visita a la abadía de Talloires, del siglo XVII, hoy convertida en hotel-restaurante de 4 estrellas. Las antiguas celdas de los monjes benedictinos en el claustro se han convertido en cómodas habitaciones. La Sala del Prior, monumento histórico protegido, merece una visita.