Descubrir el Museo Nacional de la Marina

En el corazón del castillo medieval de Brest, el Museo Nacional de la Marina destaca en sus bellas salas abovedadas. Cuenta la historia del mar, de la ciudad, de la región e incluso del país. Una gran parte del museo ha sido renovada, al igual que su museografía. Inaugurado el 20 de febrero de 2023, el museo alberga un patrimonio único que da testimonio de la gran aventura naval del arsenal de Brest. En su interior, encontrará obras maestras de la construcción naval, obras que relatan el periodo del arsenal de Brest desde finales del siglo XIX hasta el primer puente sobre el Penfeld. Al atravesar las torres y los muros cortina, la visita (guiada o autoguiada) ofrece magníficas vistas panorámicas del puerto, la ciudad, el río Penfeld y el puerto. Lejos de ser tan austero como podría imaginarse, el Museo Nacional de la Marina es una parada imprescindible para descubrir la historia de Brest.

El castillo medieval de Brest, sede del Museo de la Marina

La vocación marítima de Brest no es nueva. Al igual que Toulon, Brest fue elegida por Richelieu para desarrollar la flota de guerra francesa. El arsenal se construyó en Brest por orden de Luis XIII, que creó unos talleres de construcción naval, la Marina, entonces real y hoy nacional. Bajo Colbert, Ministro de Marina de 1669 a 1683, Brest alcanzó su apogeo. Se convirtió en el principal arsenal naval de Francia, con un nuevo sistema de defensa, edificios (penitenciarios, comerciales), muelles, etc.

Brest afirma con orgullo su faceta marítima con su puerto comercial (número uno de Francia en reparaciones navales), su puerto deportivo y, hoy en día, con su museo naval nacional.

© Ministère des Armées

Qué ver en el museo

Ubicado en el castillo medieval de Brest, milagrosamente intacto por la guerra, el museo recorre 17 siglos de historia. En cierto modo, es el heredero de los tesoros marinos de Brest. Ya en 1826, la primera planta del museo albergaba un taller de esculturas procedentes del arsenal de Brest. Estas colecciones se trasladaron a las torres Paradis del castillo en 1958. El museo también se trasladó al calabozo en 1985. Posteriormente, el museo sufrió una serie de remodelaciones para albergar exposiciones permanentes, una tienda y un centro de visitantes.

La entrada al museo a través de las murallas del castillo

- © triones0701 / 123RF

En varias salas con paredes de piedra vista, se expone una rica colección de objetos relacionados con el periodo naval, que recuerdan la construcción del emplazamiento, los recuerdos de la colonia penal, los buques emblemáticos de la posguerra y los submarinos nucleares.

Los visitantes también pueden ver maquetas de buques en distintas fases de construcción. El broche final lo pone una de las salas más grandes del museo, donde se exponen majestuosas estatuas que datan del reinado de Luis XIV, entre ellas un busto de La Pérouse.

Submarino de bolsillo de la clase Seehund, el S622 del Museo de la Marina en el recinto del castillo

- © Triones0701 / 123RF

También hay anécdotas sobre la expedición de Jean François de La Pérouse, que zarpó del puerto de Brest en 1785 para cuatro años... y nunca regresó. Las dos famosas fragatas, La Boussole y l'Astrolabe, naufragaron trágicamente. Gracias a las excavaciones, fue posible reunir objetos (utensilios de cocina, una campana de timón, etc.) que ahora pueden admirarse en el museo.

Las salas más modernas y recientes evocan la historia contemporánea con interiores y maquetas de submarinos. Al final de la visita, una película narra la historia de Brest -desde su destrucción hasta su reconstrucción- y la vida cotidiana de los convictos.

Un pequeño recorrido por el castillo después del museo

El castillo de Brest es una fortaleza, probablemente el testigo más antiguo de la construcción de la ciudad. El edificio fue terminado por Vauban en el siglo XVII y fue declarado monumento histórico en 1923. En la actualidad, el castillo alberga la Prefectura Marítima, parte del Museo Nacional de la Marina y el Mando de la Fuerza Estratégica Oceánica. Su increíble patrimonio es testigo de la gran época naval. Se pueden visitar tanto los pasadizos subterráneos como las murallas. Hay una vista ininterrumpida del puerto, el Penfeld y Recouvrance.

Testimonio

"Es sin duda una visita obligada en Brest y merece la pena desviarse, aunque sólo sea por las vistas sobre el puerto y la ciudad. Está bien documentado, bien estructurado, con sonido, bonitas fotos y maquetas. El tiempo pasó volando y aprendimos mucho. Una visita obligada".

Información práctica

🍽 ¿Dónde comer?

Les P'tites recettes: abierto desde 2018, este restaurante se ha instalado en un enorme antiguo estudio de pintura. Sus preciosos techos de cristal y su acogedor saloncito son todo un reclamo. La comida es fresca, moderna y sabrosa. Para saber más, haz clic aquí.

¿Dónde alojarse?

Hôtel de la Rade: situado cerca del puente de Recouvrance y del museo naval, el hotel ofrece 48 habitaciones confortables y bellamente decoradas. Gran ventaja: las habitaciones ofrecen vistas al puerto y a los barcos.

🎨 En el museo y el castillo de Brest :

Horario: de 10.30 a 18.30 h de abril a septiembre; de 13.30 a 18.30 h de octubre a marzo Tarifas 💰: gratis menores de 26 años - adulto: 7 euros y con descuento: 5,50 euros

🚕 Cómo llegar :

Tranvía 🚎: estación Château

Autobús 🚌: parada Musée de la Marine

por Hannah Slack
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