La Reserva de Yosemite protege más de 300.000 hectáreas de espacios naturales. Esto lo convierte en el tercer parque protegido más grande de California. Después de Joshua Tree y Death Valley.
Enclavado en las montañas de Sierra Nevada, el Parque Nacional de Yosemite ofrece paisajes de contrastes a altitudes de entre 600 y 4.000 metros.
Además de su extraordinario terreno y sus acantilados de granito (El Capitán, Half Dome), Yosemite alberga magníficas cascadas. La más alta es Yosemite Falls, a 739 metros sobre el nivel del mar.
También hay varios miradores que ofrecen grandiosas panorámicas, como Olmsted Point y Glacier Point.
Mención especial merece el Valle de Yosemite, un extraordinario valle glaciar en forma de U. Es una joya natural, pero en verano suele estar congestionado.
Así que es mejor visitarlo a finales de primavera o principios de otoño, evitando los fines de semana.
La variación de altitud y amplitud térmica favorece la existencia de biotopos muy diversos. Esto se aprecia en la variada vegetación que se adapta a los distintos climas.
En primer lugar, podrá admirar unas magníficas e imponentes secuoyas. No te pierdas la Grizzly Giant, la secuoya más antigua del parque, con 1.800 años.
Luego viene el bosque de alta montaña y, por último, el bosque subalpino (pino blanco), donde la vegetación es más rala y escasa.
En cuanto a la fauna, ¡el Parque Nacional de Yosemite alberga más de 80 tipos de mamíferos!
Entre las especies más emblemáticas se encuentran las siguientes:
- El oso negro (se han registrado más de 350 ejemplares, así que siga las recomendaciones facilitadas por el parque si se topa con uno)
- El puma
- El ciervo mulo
También hay más de 250 tipos de aves que frecuentan Yosemite (halcón peregrino, arrendajo de Steller, gran búho gris).