Monte Pantokrator, en la cima de Corfú

Se eleva sobre la parte norte de la isla y más allá. El monte Pantokrator, de 906 m, parece omnipresente cuando se pasea por Corfú. Además, siempre es una buena idea dejar atrás la costa, sus complejos turísticos y sus playas y explorar las zonas del interior de Corfú, donde encontrará exuberantes paisajes verdes, cientos de olivos y pueblos aún en su estado original...

El paisaje se vuelve rápidamente más accidentado a medida que nos acercamos a las faldas del monte Pantokrator. Una carretera sinuosa y a veces vertiginosa conduce a la cumbre en coche. Es una buena subida, que termina frente al monasterio que se asienta en la cima (y, por desgracia, algunas grandes antenas de telefonía móvil, que estropean un poco la imagen). El monasterio también está dedicado al Pantokrator, el Cristo Todopoderoso.

La vista es simplemente increíble, pero asegúrese de hacer el viaje en un día despejado: las nubes a veces se aferran a la cumbre, mientras que en pleno verano la bruma del calor limita un poco la visibilidad. Por lo demás, este panorama es el más espectacular de todo Corfú. En temporada alta, hay incluso una cafetería en la cima, donde se puede hacer una pausa para apreciar el paisaje.

Si se siente más deportista, puede optar por subir a pie al monte Pantokrator. Varias rutas de senderismo de dificultad variable permiten alcanzar la cima y su monasterio en apenas unas horas de marcha. Como puede ver, las vistas merecen la pena.

El principal es el Sendero de Corfú, una ruta de senderismo que cruza todo Corfú de norte a sur. El sendero está señalizado en amarillo en todo su recorrido, y atraviesa sobre todo el monte Pantokrator. Si se es buen caminante (5/6 horas de marcha), se puede partir del pueblo de Espartilas para subir a la cima, pasando por la capilla de los Taxiarcas y una vasta meseta kárstica: ¡el lugar más salvaje de la isla!

Otro punto de partida más fácil (2 horas a pie), Palea Perithia es uno de los pueblos más conmovedores de todo Corfú: en el flanco noreste del Pantokrator, invisible desde el mar para protegerse de los piratas, la fundación de este venerable pueblo se remonta a la época veneciana, en el siglo XIV. En la actualidad, aún se pueden admirar las antiguas casas, en mal estado, ya que el pueblo fue abandonado en los años sesenta.

Algunas casas, sin embargo, están volviendo a la vida: algunos cafés y tabernas tradicionales, una casa de huéspedes renovada... Palea Perithia tiene un encanto inimitable, y una atmósfera propia, a 400 m de altitud: sin duda, el pueblo más bonito de todo Corfú... ¡no se lo pierda!