La ciudad de Aksaray está comunicada con las principales ciudades del país por grandes carreteras secundarias. Hay varios autobuses a Aksaray desde Ankara, Kayseri y Konya. Los aeropuertos más cercanos son Nevşehir (a unos 60 kilómetros) y Kayseri (a 134 kilómetros).
Situada en el corazón de la Capadocia (Turquía), la ciudad de Aksaray es a veces ignorada por los viajeros en favor de Kayseri y Parque Nacional de Göreme. Sin embargo, la ciudad y sus alrededores están repletos de atracciones turísticas, sobre todo en el Valle de Ihlara, el segundo valle en forma de cañón más grande del mundo. En el centro de Aksaray, el monte Hasan**, un majestuoso volcán ya extinguido, se eleva a más de 3.250 metros. Es especialmente popular entre los entusiastas del deporte, gracias a sus pistas de esquí a través de las nieves eternas.
La ciudad de Aksaray es una parada ideal durante su estancia en Capadocia, y merece al menos medio día de visita. Además de por su museo y mezquitas, esta moderna ciudad también es conocida por sus caravasares, lugares de descanso de antiguos mercaderes. El más famoso, el caravasar Sultanhanı, es una de las mayores estaciones de la antigua Ruta de la Seda: una visita cultural que no hay que perderse bajo ningún concepto.
¿Cómo llegar a Aksaray?
Museo Arqueológico de Aksaray
Ubicado en un nuevo edificio inspirado en la arquitectura selyúcida, el Museo Arqueológico de Aksaray alberga reliquias de todas las épocas que han marcado la historia de Capadocia, desde el Neolítico hasta la época otomana. En las distintas salas del museo, descubrirá exposiciones de objetos antiguos y monedas procedentes de varias excavaciones de la región. El extenso jardín del museo también cuenta con una rica colección de estelas funerarias y otras curiosidades de piedra.
La Gran Mezquita de Akrasay
Entre los lugares turísticos destacados de Aksaray, las mezquitas de la ciudad no dejarán indiferente a ningún viajero. En el centro de la ciudad, la gran mezquita Karamanoğlu Ulu Camiidata de 1408. De planta rectangular, es uno de los mejores ejemplos dearquitectura selyúcida de la región.
El minarete de Eğri
Situado en la calle Nevşehir, en el centro de Aksaray, el minarete de Eğri tiene la particularidad de estar ligeramente inclinado, lo que recuerda a los turistas la famosa Torre Inclinada de Pisa. Esta característica le ha valido el sobrenombre de "Torre Inclinada de Aksaray" desde su construcción en los años 1220-1230. También conocido como "Minarete Carmesí" por sus ladrillos rojos, este minarete tiene más de 30 metros de altura y se ha convertido en uno de los símbolos de la ciudad.
El caravasar de Sultanhanı
Considerado el mayor caravasar selyúcida de Anatolia, el Caravasar Sultanhanı se encuentra a las afueras del centro de la ciudad de Aksaray, a 45 kilómetros al oeste. Este gigantesco edificio de 4.500 m² se construyó en el siglo XIII. Servía de refugio y parada a las caravanas de mercaderes que viajaban por la antigua Ruta de la Seda.
Desde el momento en que los visitantes acceden a la inmensa entrada de mármol de 13 metros de altura, no pueden dejar de quedar impresionados por la belleza del lugar. Ya sea el patio interior, la mezquita o el gran edificio de invierno, este caravasar se ha conservado a lo largo de los años y ahora es una visita obligada en Capadocia.
El valle de Ihlara
Los aficionados al senderismo y al trekking estarán encantados con el valle de Ihlara, situado cerca de la ciudad de Aksaray. Verdadera maravilla natural de Capadocia, antaño se conocía como Peristremma. Hoy, naturaleza, arte y cultura se mezclan en este valle, famoso por sus iglesias trogloditas y sus impresionantes panoramas.
Formado hace varios miles de años por erupciones volcánicas y terremotos, el valle de Ihlara contiene el único cañón de Capadocia. En el corazón del desfiladero, el río Melendiz permite el desarrollo de una exuberante vegetación que contrasta con los demás paisajes áridos de la región.
🍴 Dónde comer en el Valle de Ihlara
En el Valle de Ihlara hay varios cafés y restaurantes que amenizarán su visita y le proporcionarán refrescantes descansos. Directamente sobre el río Melendiz, gracias a plataformas sobre pilotes, varios restaurantes prometen una experiencia gustativa y cultural inolvidable.