Un día en el Palacio de Invierno

Arquitectura colonial, un bar de media luna de otro siglo, una piscina burguesa que cayó allí como un oasis celestial, un jardín tropical y palmeras más altas que el obelisco de Luxor, muebles antiguos, grandes habitaciones victorianas... sí, en Luxor, un remanso de paz del pasado le da la bienvenida como ha acogido a los grandes de este mundo: Winston Churchill, Alberto I, rey de los belgas en los años 30, Agatha Christie en 1933, el escritor Pierre Loti y muchas otras celebridades cuyos nombres no se han revelado, pero entre las que se cuentan presidentes franceses como Clémenceau y estrellas del rock.

Lo primero que notará al llegar frente al establecimiento, que luce un gigantesco PALACIO DE INVIERNO en lo alto de su frontón, es la doble escalera de piedra cubierta con una alfombra roja que baja hasta la calle, y la terraza elevada que añade altura a su visita. Aquí se puede admirar el bullicio de la actividad en torno al Nilo.

A continuación, atraviese la puerta giratoria de madera y se encontrará en un gran vestíbulo que le transportará a algún lugar entre los años veinte y la actualidad. Aquí le espera un sillón elevado de cuero de época para lustrar el cuero de sus zapatos. A ambos lados del vestíbulo, una escalera recorre las paredes para llevarle al piso superior. El vestíbulo cuadrado es amplio y luminoso. Sobre su cabeza, una inmensa araña de cristal le recuerda que se encuentra en un trozo del Oeste. Que los turistas vienen a visitar.

La experiencia merece la pena si se aloja allí, y debería hacerlo, ya que el precio de una habitación equivale al de un hotel normal de nuestra capital. ¿Por qué perdérselo? Vivirá una auténtica inmersión en el tiempo, mientras disfruta de los servicios de un auténtico palacio, cargado de historia.

Construido en 1886 en un exuberante jardín tropical, el Palacio de Invierno no se parece a ningún otro establecimiento. Durante más de un siglo, este palacio de estilo victoriano fue el hotel preferido de los europeos y la realeza oriental, ofreciendo todo el confort y el refinamiento de un hotel de 5 estrellas. El rey de Egipto, el rey Faruk, tenía aquí sus apartamentos.

El encanto y la autenticidad del recinto son irresistibles. El entorno es elegante y la decoración meticulosa. Si es un aficionado, le encantará el chic de las zonas públicas, sus 5 restaurantes, su bar inglés y su tranquila sala de lectura, que conservan su mobiliario de época.

El restaurante gastronómico 1886, con sus lámparas de araña de cristal, sus pequeñas mesas individuales y sus sillas al estilo de María Antonieta, conserva su acogedor chic. Sirve refinada cocina internacional y francesa a la carta. Sólo abre para cenar. Se requiere traje de noche.

El Bar Royal, un salón de terciopelo rojo para veladas íntimas junto a la chimenea, es el refugio más seductor para tomar una copa. Aquí se respira el encanto del palacio.

Quienes busquen intimidad también estarán encantados en la terraza y en el inmenso jardín, un auténtico arboreto perfectamente trazado. Se sentirá como en un oasis, con la ventaja añadida del lujo occidental. En el extremo del parque, la piscina ofrece 1.000 m2 de sombra fresca gracias aárboles centenarios y algunas especies únicas. Este jardín, en pleno centro de Luxor, hace del Palacio de Invierno un lugar sin igual en la región. A este carácter excepcional se añade el restaurante junto a la piscina, l'Oasis, que le acogerá desde el mediodía hasta las 23:00 horas si pasa aquí todo el día. Un pequeño rincón del paraíso.

Si prefiere comer en el lugar, Tarboush sirve cocina egipcia, también en el jardín. Aquí se celebran regularmente actuaciones de música folclórica.

Olvidamos mencionar que el Palacio de Invierno es francés. Si le gustan los establecimientos de estilo occidental, éste es su sitio. En cualquier caso, el restaurante le encantará. Hay 92 habitaciones para elegir, entre ellas 6 suites, 4 habitaciones reales y 2 habitaciones presidenciales. 13 dan al jardín. Se las recomendamos, ya que el lado de la calle es ruidoso y la vista sobre el Nilo no es imperdible, aunque permita admirar las puestas de sol sobre el desierto.

Este cuadro no estaría completo si no le dijéramos que el palacio se complementa con un segundo hotel en el lado norte del jardín, el Pavillon Winter Luxor Hotel, un hotel moderno con todas las comodidades necesarias. Si decide alojarse allí, podrá disfrutar del jardín y la piscina del Palacio de Invierno, así como de todos sus restaurantes, a un precio más económico.