Vamos de excursión, en felucca o dahabieh

Con salida de Luxor, en pleno centro de la ciudad, podrá elegir entre una excursión de unas dos horas, con escala en la isla Banana, por ejemplo, o simplemente pasar un rato navegando por el Nilo. Esta experiencia puede adoptar la forma de unas auténticas vacaciones orientales, en un dahabieh, un barco con pisos, cocina y tripulación, con excursiones a los parajes.

El Nilo es el río nutricio y venerado deEgipto. Tanto si viene a Luxor para visitar sus templos como las inmensas necrópolis que son los Valles de los Reyes y las Reinas, el Nilo sigue siendo el eje central de todos sus viajes. Viendo las felucas que navegan entre las dos orillas, no podrá resistirse a sus encantos. Así que déjese seducir.

Cerca del Palacio de Invierno, el embarcadero le invita a dar un paseo fluvial. Siempre encontrará felucas en el muelle y sus feluccanos recibiéndole con los brazos abiertos. Debería costar sólo unos euros, pero desde que los operadores turísticos han entrado en este mercado, ya no es raro encontrar viajes que cuestan alrededor de 30 euros. Dicho esto, la competencia es tan feroz que los precios podrían revisarse a la baja.

No es necesario planificar ni preparar un viaje en felucca de este tipo. Dicho esto, si prefiere planearlo con antelación y reservar una, debe saber que existen paquetes en línea, que tienen un precio, pero que le ahorrarán la molestia de regatear en la calle e incluyen algunos extras. Pero no confunda un paseo con una excursión. Un simple paseo de media hora para dos le costará unas 100 libras egipcias, o entre 6 y 7 euros, pero hay que dejar propina. En definitiva, es una forma muy asequible de vivir un momento que no olvidará tan fácilmente.

Una vez a bordo, se dejará llevar por el agua. Desde el principio, le sorprenderá gratamente la suavidad del aire, que le mantendrá fresco y oxigenado. Al subir a bordo de este velero de madera y tomar asiento, se encontrará en la piel de los egipcios que viven de la economía del río, pero también de su equilibrio. Respetan el Nilo, y prácticamente no verá contaminación.

Porque el valle del Nilo es un oasis, inmenso y largo, un jardín de 1.500 kilómetros, un refugio hospitalario en medio del desierto, plantado de palmeras, poblado de gente y pájaros, donde crecen frutas y verduras, caña de azúcar y trigo. Una dimensión esencial del maravilloso Egipto.

La estancia en un dahabieh no es para todo el mundo, ya que tiene un precio. Pero dado el precio de algunos hoteles hoy en día, merece la pena considerar esta alternativa.

Seamos claros: un dahabieh no se parece en nada a una feluca. Es una embarcación de madera de buen tamaño (entre 28 y 45 metros de eslora) equipada generalmente con dos velas y un motor, como todos los grandes veleros. En principio, durante su estancia no oirá mucho el motor -que se utiliza para maniobras como el amarre-, si es que lo oye. Así tendrá el placer de sentirse pura y simplemente en un velero.

Una tripulación estará a su servicio, así como servicio de habitaciones y una pequeña brigada de cocina, además del capitán. Puede hacer que el yate sea privado para su familia o amigos. Tendrá a su disposición varios camarotes. Suelen ser habitaciones de estilo victoriano con mobiliario refinado, ducha y aseo en cada piso, apliques y ropa de cama a elegir.

La cubierta superior le acogerá para las comidas y los refrescos de la mañana y la tarde. El té y el café se sirven con regularidad. La cena suele servirse a la luz de las velas o las lámparas de aceite. No olvide ponerse repelente de mosquitos.