Quintín fue un importante centro comercial entre los siglos XIX y XIX.
La ciudad era famosa por su comercio de lino. En el pueblo se instaló una fábrica de lino que contribuyó al desarrollo del comercio de tejidos de lino.
Testimonio de este pasado son los numerosos monumentos que aún pueden verse por todo el pueblo.
Podrá admirar el castillo, la basílica y las numerosas mansiones privadas de la pequeña ciudad. Las notables casas con entramado de madera se encuentran justo en el centro del pueblo de Quintín.
Todas ellas recuerdan, en parte, los suntuosos tiempos en los que Quintín dominaba el comercio de la región.
También hay una serie de lugares donde podrá hacer un descanso durante su visita.
Haga una pausa en la crepería Ty-Ann Chez Roger. Este pequeño establecimiento situado en el corazón de Quintin le encantará.
Pruebe las deliciosas galettes y crêpes elaboradas con ingredientes locales, una estupenda dirección familiar.
También encontrará restaurantes y panaderías en el centro de Quintin, ¡así que hay para todos los gustos!