Perú en la cumbre de la hospitalidad: los 10 mejores lugares para una estancia inolvidable

Situado en Cocachimba, este lodge goza de una ubicación ideal. El entorno es magnífico, y basta girar la cabeza para admirar las soberbias cataratas de Gocta.

La arquitectura es sencilla y típica, pero suficientemente confortable. La decoración, con motivos incas, encaja perfectamente con el entorno.

Los anfitriones son más que acogedores, y siempre están a mano para ofrecer consejos sobre paseos cercanos o una taza de buen té local. Los platos que sirven son sorprendentemente auténticos y de gran calidad.

Este segundo albergue se encuentra en Luqina, a poco más de cien kilómetros del aeropuerto Inca Manco Cápac. A pesar de la distancia, existe un autobús lanzadera que une ambos puntos.

La estancia tiene lugar con la familia Guido. Una vez allí, es un placer compartir la vida y la rutina diaria de estos lugareños peruanos. Los platos que sirven Sara y sus hijos son una delicia de sencillez y autenticidad.

El entorno es paradisíaco, justo en el agua. Y como ventaja añadida para las familias, los niños estarán encantados de hacer amistad con la familia Guido.

El albergue está a sólo unos treinta kilómetros de Machu Picchu, una ubicación ideal para visitar este lugar de visita obligada. Además, el albergue está muy cerca de una estación de tren, por lo que es fácil conectar el alojamiento con cualquiera de los lugares de interés.

Se pueden alquilar bicicletas para ir a las ruinas de Ollantaymbo o al poblado inca, ambos a sólo 800 metros.

Un pequeño extra para este alojamiento: puede reservar una sesión de masaje y luego disfrutar de la sauna. Relajación bien merecida tras un día de turismo o senderismo.

Aquí cambiamos de horizonte con un hotel más clásico de diseño occidental. El hotel ofrece un confort clásico para quienes desean la sencillez tal y como la conocen.

El primer alojamiento de la sección situado en la ciudad, Moquegua, es igualmente interesante de visitar y tiene muchos lugares de interés que descubrir. La ciudad cuenta con varios monumentos que atestiguan la arquitectura de la cultura Wari, el pueblo de Perú.

Todas las mañanas se sirve un desayuno americano, con la posibilidad de disfrutarlo en la cama. Dispone de todas las comodidades clásicas: artículos de aseo gratuitos, televisión, baño privado, etc.

La ubicación es un compromiso entre la naturaleza y la ciudad, con la ciudad grande más cercana y el aeropuerto a sólo 15 minutos en coche. Pero eso no significa que no pueda disfrutar del entorno natural y verde del jardín de la propiedad.

Las instalaciones son más que atractivas, con una piscina en plena vegetación y la posibilidad de reservar un buen masaje.

Además, el menú vegetariano del Kapievi es una auténtica delicia gracias a la pericia del gerente, que aprendió su oficio en una escuela de cocina francesa.

Otro compromiso, pero esta vez entre autenticidad y confort. El hotel, con su típico diseño de cabaña, ofrece comodidades de alta gama con un estilo innegable.

La piscina ofrece una vista excepcional del río cercano. Todo está pensado para fomentar la paz y la relajación, desde la comodidad de las habitaciones y las tumbonas hasta la amabilidad del personal, que estará encantado de aconsejarle sobre excursiones, visitas turísticas y cultura local.

No hay nada mejor que disfrutar de una buena comida en un entorno tan ydílico. Los desayunos y platos servidos son descritos por antiguos huéspedes como copiosos y de excelente calidad.

Los condominios de Calca ofrecen a sus residentes un enorme jardín en un entorno magnífico. En el exterior hay una piscina y, por supuesto, mucho espacio para relajarse al sol.

El lugar está muy bien situado en el corazón del Valle Sagrado. Es un verdadero placer caminar hasta las grandiosas cascadas cercanas. Si desea ir más lejos, puede alquilar bicicletas en el lugar.

Las comidas que se sirven son variadas para todos los gustos. Desde desayunos americanos hasta almuerzos vegetarianos y cenas totalmente locales.

Como su nombre indica, la fuerza del lugar reside en la disponibilidad de sus aguas termales. Los baños termales al aire libre son una forma deliciosa de empezar el día o relajarse tras un largo paseo.

Cerca hay una granja de alpacas. ¿Qué puede haber más local que ir a acariciar a estos animales por la mañana temprano antes de salir a pasear por las montañas? El encanto del lugar está garantizado.

El desayuno buffet libre incluye frutas tropicales frescas y mermeladas regionales. Para otras comidas del día, el restaurante Puye sirve cocina alpina y un bar barbacoa ofrece especialidades peruanas para degustar en el bar del río.

El hotel goza de una vista única de las montañas. Un jardín con abrevadero permite disfrutar del entorno. En este mismo jardín se hacen hogueras para disfrutar de una velada con los compañeros de viaje.

El desayuno es abundante y de buena calidad, con platos para todos los gustos. Otras comodidades incluyen una zona de estar en cada habitación con té y café ilimitados, y un cuarto de baño privado con bañera y ducha.

La cercana estación de tren facilita el acceso a otros puntos de interés de la región. Machu Picchu está a sólo 30 km y se puede llegar en bicicleta utilizando las bicicletas que proporciona el hotel.

El lugar juega la carta de la ecología mezclándose perfectamente con la naturaleza y su entorno. El verdor es omnipresente en un entorno muy bien cuidado, lo que confiere a todo el lugar un aura relajante.

El alojamiento es sumamente encantador, a medio camino entre una tienda y una cabaña, y no tiene nada que envidiar a la comodidad de un buen hotel.

Es un remanso de paz donde podrá relajarse con diversas actividades, como masajes, baños calientes y clases de yoga. Todo ello con unas vistas excepcionales de las montañas peruanas.