Es en los pueblos donde se descubre la verdadera personalidad de los Pirineos Orientales. Allí encontrará a los lugareños, los que dan vida al departamento y lo hacen sublime día tras día. Cada pueblo es diferente y tiene sus particularidades: arquitectura, monumentos, paisajes... Hay tantas buenas razones para visitarlos como pueblos hay en los Pirineos Orientales. Ille-sur-Tête, por ejemplo, es una visita obligada por su majestuoso paraje natural de Les Orgues.
Si Perpiñán es un buen resumen de lo que ofrece la cultura catalana de los Pirineos Orientales, la mejor manera de empaparse del arte de vivir tan único en Francia es explorar los pueblos del departamento. El corazón y el alma de los Pirineos Orientales cobran vida en estos pueblos, que son precisamente los lugares donde viven los catalanes.
La autenticidad y el arte de vivir se unen para mostrar a los visitantes la riqueza del departamento. Después, hay tantos que es difícil elegir. Esta guía, escrita por un catalán de adopción, le ayudará a organizar su visita a estos encantadores pueblos.
Los pueblos, corazón palpitante de los Pirineos Orientales
✈️ Vuelo a Perpiñán
Reserve ya sus entradasPueblos de visita obligada
👉 Laroque-des-Albères
Este pueblo es bueno para las pantorrillas, ¡e incluso para los muslos! Situado en la ladera de una montaña, el pueblo de Laroque-des-Albères es un poco empinado, pero eso es lo que lo hace tan encantador después de todo. Si sigue sus estrechas calles hacia arriba, podrá admirar unas vistas impresionantes de la llanura. En algunos lugares, incluso se puede ver el mar.
Le Refuge du Clocher
Antiguo edificio catalán reformado con una magnífica terraza donde disfrutar de la cocina casera.👉 Sorède
No es casualidad que Sorède sea conocida como la "Perla de las Albères". Este pueblo de menos de 2.000 habitantes es una pequeña joya escondida por la cordillera. Sus calles (mal) pavimentadas y sinuosas están llenas de encanto, al igual que sus placitas donde los lugareños se reúnen para mantener vivo el pueblo.
¿No se lo pierda? Las veladas de sardanas, todos los martes durante el verano, en las que se invita a todo el mundo a reunirse en círculo para bailar esta danza tradicional, emblemática de la región.
👉 Castelnou
El pueblo de Castelnou es una auténtica invitación a adentrarse en un escenario de otra época. Dominado por su castillo pentagonal construido sobre un peñasco rocoso, se accede a este pueblo de piedra a través de su puerta (la Porte de Millars), situada al norte y enmarcada por dos torres. Detrás de esta entrada monumental, los visitantes pueden descubrir el "carrer d'avall" y el "carrer del mig", dos calles paralelas en torno a las cuales se organiza todo el pueblo, y que están unidas por varias escaleras.
👉 El pueblo de Argelès
Puede que Argelès-sur-mer sea conocida como la capital europea del camping, con más de 50 campings en el municipio y una población que se duplica e incluso triplica en temporada alta, pero la parte más apartada del pueblo, Argelès-village, nos reconcilia con el encanto de esta localidad, sus villas mediterráneas y sus jardines magníficamente arbolados.
Si es madrugador, aproveche para visitar el mercado del pueblo, que se celebra todos los miércoles y sábados. Es el lugar perfecto para hacerse una idea de la vida cotidiana que bulle en el corazón del casco urbano.