Cayo Hueso y el archipiélago de los Cayos

Los Cayos, una cadena de islas situada en el extremo sur de Florida, forman un largo archipiélago de casi 180 km en forma de luna creciente, enclavado en las aguas claras y translúcidas del Golfo de México. El sabor del Caribe.

En los Cayos hay 1.700 islas e islotes, pero sólo una treintena están habitados. Las más grandes en cuanto a población son Cayo Hueso, la capital (25.000 habitantes), que está muy cerca de Cuba (a 150 km), y Marathon (8.000 habitantes). Cayo Largo se considera la isla más cercana a tierra firme, ya que Cayo Vizcaíno, vecina muy chic de Miami Beach y unida por un puente al área metropolitana de Miami, ya no forma parte del archipiélago desde un punto de vista práctico.

Durante mucho tiempo, los Cayos fueron refugio de piratas y contrabandistas caribeños. Pasaron a formar parte de Estados Unidos en 1845. Cayo Hueso se desarrolló en silencio y sin excesos hasta que despegó una auténtica industria turística: las playas de arena blanca y las aguas cristalinas de los Cayos atrajeron la atención de espíritus creativos en busca de libertad, un rasgo que aún hoy se percibe en el archipiélago.

Afortunadamente, el difícil acceso a los Cayos los ha salvado del excesivo hormigonado que ha asolado partes de la costa de Florida. Aquí no hay edificios altos, sino pequeñas casas de madera de estilo colonial, con algún toque Art Déco aquí y allá: ¡el encanto de los Cayos es incomparable!

En 1938 se construyó la Overseas Highway a través de los manglares para unir los Cayos con el continente: ¡hicieron falta 42 puentes para unirlos todos! En algunos puntos, como entre los Cayos Medios y los Cayos Bajos, la brecha entre las islas se ensanchó, necesitando impresionantes estructuras de ingeniería: ¡el espectacular puente de las Siete Millas es uno de los más largos del mundo!

Recorrer la Overseas Highway de punta a punta es una experiencia memorable en sí misma. Por el camino, no dude en detenerse en los distintos cayos que atraviese: el ambiente varía de una isla a otra, al igual que los paisajes. Numerosos parques naturales sirven de pretexto para diversas aventuras en los Cayos, en cuyo corazón el mar es omnipresente.

Nada más entrar en el archipiélago, en Cayo Largo, se pueden descubrir los magníficos arrecifes de coral del Parque Estatal de Arrecifes de Coral John Pennekamp, cuyo 95% está bajo el agua, practicando submarinismo o en un barco con fondo de cristal. Navegue en kayak por los manglares...

Cambie de escenario en No Name Key, con el National Key Deer Refuge, donde puede intentar avistar un ciervo de los Cayos en el bosque, una especie en peligro de extinción endémica del archipiélago. El Indian Key Historic State Park ofrece un vistazo al pasado de su pequeña isla, mientras que el Dry Tortugas National Park, aislado y de difícil acceso, está formado por islotes remotos donde florece una rica fauna marina en un entorno virgen.

Los placeres de la playa nunca están lejos en los Cayos: las blancas arenas del Parque Estatal de Bahía Honda, en la isla del mismo nombre, las playas de la bonita Islamorada o las de Marathon, la laguna del Parque Harry Harris y, en las afueras de Cayo Hueso, el Parque Estatal de Fort Zachary Taylor, sin duda el más confortable de todos. En todas partes, además de los días de playa, se puede disfrutar de actividades costeras: snorkel o submarinismo, kayak o alquiler de lanchas motoras...

Es en Key West, al final de la Overseas Highway, donde la gente suele quedarse más tiempo, como Ernest Hemingway o Tenessee Williams, dos antiguos escritores y famosos residentes de la pequeña ciudad.

En la "capital" de los Cayos reina un ambiente general de relajación y amplitud de miras, que se expresa de diversas maneras: a través del encanto de las bonitas casas caribeñas del centro histórico, en la terraza de un café aireada por la brisa del océano, o en el desenfreno de los bares nocturnos dedicados a la fiesta y a la bebida de las vacaciones de primavera, ¡nunca hay un momento aburrido en Cayo Hueso!