Ciudad portuaria y comercial, dejó su impronta en el siglo XVIII, aprovechando su posición estratégica entre Oriente y Occidente para enriquecerse con el comercio de especias y su desafortunado pasado esclavista. De esta época gloriosa queda un laberinto de calles empedradas con una magnífica arquitectura, y muchos se maravillarán ante su belleza.
Algunos dirían que hay que perderse en Stone Town para descubrirla de verdad. Sienta la cultura, hable con los lugareños, recorra los pasillos del mercado, pruebe los sabores locales. Y no olvide admirar la peculiar arquitectura de esta ciudad africana. La ciudad de piedra debe su nombre a su asombroso diseño arquitectónico. De hecho, algunos de los edificios están hechos con restos de mortero y piedras de coral. Aquí se puede pasear por las estrechas calles que rápidamente se convierten en un laberinto, compartiendo la zona con burros, vehículos de dos ruedas y carros ambulantes.
El casco antiguo está repleto de suntuosos edificios cargados de historia e influencias diversas. Hay mezquitas, palacios de la época omaní, edificios coloniales y templos hindúes. Pero la ciudad también es famosa por sus majestuosas puertas de madera. En Stone Town hay nada menos que 500.
He aquí una pequeña pista para ayudarle a reconocer su origen: las puertas con frontón cuadrado y friso con motivos de cadenas son de origen árabe, mientras que las que tienen un friso floral y frontón redondeado son de origen hindú.