Saint-Valery, ciudad medieval de la bahía del Somme

Empecemos por algunas cuestiones de ortografía y pronunciación: Saint-Valery se pronuncia localmente "Saint-Val'ry", sin acentuar la "e", y no "Saint-Valéry", como podría pensarse.

El causante fue un monje llamado Gualaric, cuyo nombre, tergiversado muchas veces, acabó pronunciándose "Valery". Nuestro Gualarico se instaló aquí en el año 611: ermitaño hacedor de milagros, atrajo a discípulos que, tras su muerte, fundaron la abadía de Saint-Valery-sur-Somme, de la que hoy sólo quedan algunos vestigios.

El puerto creció a partir de esta abadía hasta alcanzar un tamaño respetable en la Edad Media. En 1066, Guillermo el Conquistador, duque de Normandía, zarpó con su flota de guerra para reclamar la corona de Inglaterra. Mucho más tarde, en 1431, Juana de Arco fue encarcelada en Saint-Valery tras cruzar la bahía del Somme. Su siguiente parada fue la hoguera de Ruán. De este periodo histórico, la ciudad ha heredado su ciudad medieval, también conocida como la "ciudad alta".

Gracias al comercio de la sal, Saint-Valery-sur-Somme disfrutó de un auténtico periodo de prosperidad en los siglos XVII y XVIII, antes de entrar en un lento declive. Se desarrolló el barrio de Courtgain, con sus casas de pescadores que dan a Saint-Valery su encanto actual. Durante la Primera Guerra Mundial y la Batalla del Somme (1916), Saint-Valery demostró ser un puerto estratégico desde el que los británicos alimentaban y reabastecían el frente.

Tras la guerra, la pesca decayó en Saint-Valery debido al encenagamiento del puerto, y la pequeña ciudad se volcó en el turismo, hoy floreciente, como actividad principal.

Saint-Valery es un lugar encantador en plena bahía del Somme. Debe su caché a su patrimonio histórico, que se puede descubrir entre la parte alta y baja de la ciudad.

La parte alta de la ciudad es la ciudad medieval, encaramada en un espolón de piedra caliza: las antiguas murallas que ofrecen magníficas vistas, las puertas rodeadas de torres, entre las que destacan las emblemáticas Torres Guillaume, la iglesia de Saint-Martin, las callejuelas adoquinadas y las antiguas residencias de estilo medieval... ¡un entorno a la vez histórico y fotogénico!

El paisaje es diferente, pero no por ello menos encantador, en el barrio de Courtgain, la parte baja de la ciudad, donde se pueden ver las pequeñas casitas de pescadores que han sido renovadas para convertirse en bonitas y elegantes casas de vacaciones... Desde el Calvaire des Marins (Calvario de los Marineros), donde se esperaba desesperadamente para vislumbrar un barco que volvía del mar en los días de tormenta, hay una hermosa vista panorámica sobre la bahía del Somme.

El centro de Saint-Valery gira en torno a la rue de la Ferté, repleta de todo tipo de tiendas de alimentación, moda, interiorismo y souvenirs. También hay una amplia oferta de restaurantes de cocina picarda. Es aquí donde se concentra la animación de la ciudad, hasta la plaza de los Pilotes, donde se celebra el gran mercado: una cita ineludible todos los domingos.

Saint-Valery es apreciada por su proximidad al Somme y su vasto estuario, que podrá explorar paseando por los muelles, desde el puerto deportivo hasta el Cap Hornu y la conmovedora Chapelle des Marins. No dude en prolongar su paseo hasta la Pointe du Hourdel, hogar de focas grises y crías de mar...

Puede ir a pie, en bicicleta o incluso en tren: Saint-Valery está comunicada por el Chemin de Fer de la Baie de Somme, un tren antiguo que circula entre Noyelles, Le Crotoy y Cayeux-sur-Mer y Saint-Valery.

Otra opción es realizar un paseo guiado por las marismas de la Bahía de Somme, que podrá explorar con la marea baja. Todos los años, en junio, Saint-Valery es también el punto de partida de la Transbaie, una carrera de resistencia que discurre hasta Le Crotoy ¡y vuelta!