La bahía del Somme, uno de los parajes naturales más bellos de Francia

El Somme nace en Fonsomme, en el interior del departamento de Aisne. A medida que atraviesa la región de Hauts-de-France y absorbe sus afluentes, el Somme aumenta su caudal, convirtiéndose en un río que atraviesa la campiña de su departamento homónimo, antes de desembocar directamente en el mar.

Al hacerlo, sus aguas drenan por el camino grandes cantidades de sedimentos, que se depositan poco a poco en su estuario. Aquí es donde el Somme se encuentra con las corrientes opuestas del Canal de la Mancha, creando una vasta bahía de 70 km² con un fondo fangoso y arenoso. Las mareas se encargan de dar forma a este paisaje único, yendo y viniendo constantemente, dos veces al día: un metrónomo finamente afinado.

La sedimentación amenaza a los puertos de Le Crotoy y Saint-Valery, que un día podrían compartir el destino de Rue: este pequeño pueblo, enclavado en las marismas, fue un próspero puerto con vistas a la bahía en la Edad Media.

En la bahía de Somme se distinguen dos zonas. La slikke, que el mar cubre todos los días con todas las mareas, es la vasta zona de marismas y arena húmeda situada en el corazón de la bahía: es posible aventurarse en ella cuando el mar se aleja en la distancia. En cambio, las mollières, nombre local del schorre, son grandes extensiones de praderas salinas que el mar sólo llega a cubrir con la marea alta.

Estos dos entornos son la fuente de un rico ecosistema, moldeado tanto por la naturaleza como por el hombre. Las marismas albergan innumerables crustáceos y las aguas salobres de la bahía son un vivero de alevines. Esto constituye una deliciosa despensa para los cientos de especies de aves, tanto sedentarias como migratorias, que viven en la bahía del Somme, así como para uno de sus animales más emblemáticos, ¡la foca!

Los habitantes de la bahía de Somme son especialistas en la pesca y la recolección a pie, en busca de henons (berberechos) o hinojo marino. También han sabido sacar partido de las mollières, hogar de los hensons, raza local de caballos, vacas Highland de pelo largo y rebaños de ovejas: ¡el cordero de los prados salados de la bahía de Somme ha obtenido una AOC (denominación de origen protegida)!

La bahía del Somme es tan fascinante bajo un hermoso sol de verano como bajo un pesado cielo gris de invierno, en un luminoso día de otoño o en un lluvioso día de primavera.

Gracias a las mareas, el paisaje cambia constantemente: es imposible cansarse de esta paleta de colores, monocroma de azules y grises, que evoluciona hora a hora con los movimientos del mar... Muchos artistas han encontrado inspiración en la Bahía de Somme, entre ellos Alfred Sisley, Philippe Toulouse-Lautrec, Edgar Degas, Eugène Boudin, Julio Verne, Víctor Hugo y Colette.

Hoy en día, hay muchas formas de explorar la bahía del Somme. A pie, los guías locales le llevarán por las marismas y los arenales que quedan al descubierto con la marea baja, para observar las aves y, sobre todo, las focas, auténticas estrellas de la región.

En bicicleta, que podrá llevar en el tren, en el techo de su coche o alquilar en el lugar, podrá aprovechar la excelente red de carriles bici de la región, como la circunvalación completa de la bahía del Somme desde la punta del Hourdel hasta Le Crotoy, u otros bucles de fácil acceso para explorar el interior (circuito del Héron, circuito de la Avocette, etc.).

También puede cambiar su vehículo de dos ruedas por un paseo a cuatro patas: en la bahía de Somme se organizan excursiones a caballo que le permitirán montar en la mascota local, ¡el Henson!

Cuando sube la marea, la bahía de Somme también se puede explorar por mar. Tanto en Le Crotoy como en Saint-Valery hay empresas de alquiler de kayacs, individuales o acompañados. Hay mucho que hacer en la Bahía de Somme.